jueves, 14 de abril de 2011

Señales del futuro

¿Se acuerdan ustedes de la conversación que vivimos en la pasada entrada de la Agonía? Sí, sí esa en la que nuestro entrenador le comunicaba al presidente que tanto está haciendo para entrar en la oscura historia atlética su intención de no continuar la próxima temporada. Pues si no la han leído, hagan ustedes scroll al final de la página y se ponen al día, oigan. Que porque uno se rezague en clase no podemos los demás estar esperando. En fin, continúo tras este apasionado arrebato de profesor de filosofía de colegio concertado. Pues bien, tras un arduo trabajo de investigación, me propongo arrojar luz sobre los hechos que desencadenaron esa decisión, una decisión que nos condena en un futuro cercano a no ver tantos suéteres ajustados ni a experimentar tan variada pléyade de sensaciones.
Quique se adentró en el oscuro pasillo que le había indicado el sirviente. El ambiente estaba cargado, flotaba un olor a cocimientos, a brebaje preparado a fuego lento en una marmita en la que nunca meterías el dedo para comprobar el punto de sal. ¡Vaya idea la suya! Pero es que no estaba seguro del todo. ¿Y si se equivocaba marchándose? ¿Y si su sitio estaba en el Atleti? Desde luego, una parte de la afición le demostraba su cariño casi diariamente. Tal vez como daño colateral ante protestas de más enjundia, pero cariño al fin y al cabo. Necesitaba una ayuda y, justo cuando más vueltas le estaba dando a la cabeza, se encontró con el anuncio en el periódico: “Manoletta: Videncia zíngara. Sanación, males de ojo, adivinación y otros trabajos más o menos ocultos. Seriedad y discreción. Descuento a grupos y a desempleados”. Decidió llamar ante la confianza que le dio ese factor común que ambos tenían por su condición de descendientes de romanís, por la sangre nómada que corría por sus venas. Todavía con aprensión empujó la puerta entornada y vio a Manoletta sentada delante de una mesa camilla sobre la que reposaba una bola de cristal esmerilado.

– Pase, pase –invitó la bruja con exagerados ademanes de los brazos, lo que provocó una sinfonía de sonidos de pulseras entrechocándose–. Usted me dirá. No…deje, no diga nada. Usted viene porque se encuentra ante una encrucijada. No sabe si sí, si no o si todo lo contrario. Viene a que los astros le den una respuesta.
– Pues sí –dijo nuestro entrenador abrumado por el talento esotérico que se estaba vertiendo a arrobas en la pequeña estancia–. Vengo a realizar una consulta de tipo laboral. No sé si seguir en mi actual trabajo.
– Lo he notado en cuanto le he visto entrar. A usted no le mueve el vil metal. A usted le mueven otras cosas. Los pequeños placeres, el contacto humano, las experiencias, las…–se paró dando un excesivo dramatismo a la pausa y entornando los ojos para simular agudeza–…sensaciones.
– ¡Eso, eso! –apuntó Sánchez Flores entusiasmado y un poco atraído por el extraño acento de la adivina –. Yo soy de esos.
Déjenme parar un momento para recuperar el resuello y ponerles en antecedentes sobre Manoletta. Manoletta se llamaba Manuela Pérez, era natural de un pueblo de la provincia de Ávila y se le manifestaron los poderes esotéricos en el mismo instante en el que su jefe del supermercado le comunicó su despido procedente por haber distraído en casi igual proporción dinero de la caja y yogures del expositor de lácteos. Cabría mencionar como única experiencia relacionada con su actual profesión, una interinidad en el servicio de correos de su pueblo, periodo en el que pudo haber comenzado su afición por lo de echar cartas. Se inclinó por anunciarse como zíngara por su tez olivácea y por un pequeño defecto en el frenillo que le impedía pronunciar bien las consonantes palatales pero que, metida en el papel de eslava, le daría un toque sofisticado. Una vez decidida su vocación ocultista y antes incluso de darse de alta como autónoma, recibió la llamada de un personaje misterioso. Un personaje que se encargó de todo lo necesario para montar el gabinete astrológico en dos días, que le avisó sobre la visita de Quique y sobre lo que tenía que decirle.
– Deme su mano. Voy a intentar vislumbrar qué le depara el futuro, señor Flores –dijo poniendo los ojos en blanco al instante–. Veo…veo, veo un futuro plagado de éxitos, veo grandes fichajes que van a venir a ponerse a sus órdenes. Veo rubias que salen del equipo. Veo cracks que permanecen. Veo porteros que no se van a Manchester. Veo una plantilla plagada de internacionales. Le veo a usted dando conferencias en las más prestigiosas universidades. Le veo convertido en una referencia en lo que a sensaciones se refiere. Veo un futuro de jerseys algo más holgados que los actuales. Veo Champions, veo Liga, veo Copa.
– Oiga, ¿y ve algo sobre Domínguez y Mérida?
– Les veo renovados y convertidos en referencia del equipo.
– ¿Renovados? Mire de nuevo, oiga, que eso no puede ser posible –dijo amohinado el técnico.
– Pues mire, yo humildemente, les veo renovados y bañados en éxito. Les veo incluso vistiendo la roja. No le digo más.
– ¿Seguro? ¿No se van?
– Hombre, la videncia no es como las matemáticas. Aquí tres y cuatro no siempre son seis –dijo Manoletta con la deformación profesional que le había costado el puesto como cajera de supermercado.
– Pues nada, ya me voy. Me ha ayudado usted mucho. Le dejo el dinero en la puerta. Gracias y encantado –dijo el sobrino de la Faraona con una leve reverencia.
Manoletta quedó sola en la habitación, invadida por ese vacío que deja contactar con el más allá aunque sea de mentira. También quedó preocupada. No le quedaba del todo claro si había cumplido con el trabajo asignado. No sabía a ciencia cierta si el misterioso personaje le pagaría lo que prometió. Lo vio en uno de sus trances. Una bisabuela suya por parte de madre se lo anunció: “Ten cuidado Manuela…Miguel Ángel es mal pagador”. ¿Y si al final de todo tenía poderes de verdad?

7 comentarios:

  1. Jajaja, muy bueno Yiyo, uy, perdon... que gran talento don Emilio, una vez mas nos abruma su agudeza. A ver si el que le robó el jersey a mi hijo de 5 años y lo saca en las ruedas de prensa se va bien lejos y no vuelve mas que de visita, aunque lo del Manchester me da a mi que no tiene remedio.
    Un saludo

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  2. Ojalá se equivoque Don Hooper (en lo de De Gea, claro. En lo del usurpador de tallas de menores que lo aguanten Monchi y el del sombrero para que sepan lo que es bueno).

    Un abrazo.

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  3. Amen. A ver si firma tres o cuatro años, que en Sevilla ya se sabe que son muy de sensaciones. En lo otro soy francamente pesimista, ya me ve, el productor y el empresario del año no perderan la oportunidad de robar otro poquito, y con el dinero que sobre hacer fichajes de nivel tipo dos del Elche y otros dos del Cordoba por 14 millones. En la linea

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  4. Con el instinto que ha derrochado siempre el Sr. Monchi, muy extrañado quedaría yo si se lanzase a por QSF. Con los ojos como platos, me quedaría.

    En cuanto al Caso De Gea, que ayer dijo bien clarito que no se va, sino que le están echando a empujones ("Si el Atlético me quiere y pelea por mí sería muy difícil irme. Es mi club de siempre") yo ni siquiera tengo claro el interés real del Manchester.

    ¿Cuantas veces en la Historia, y qué Clubes, han pagado una cifra que siquiera se aproxime a los 20 millones por un portero?. Porque aquí pasamos sin pestañear de los 20 millones de Onda Cero, a los 25 de As ... pero yo no me creo ni una cifra, ni la otra.

    También me rechina que, alguien tan extremadamente conservador como Ferguson, realmente haya recomendado el fichaje de un portero de 20 años, cuando llevan años alargando la carrera de un (ilustrísimo y admirable) cuarentón a quien, además, recuperaron cuando ya le habían dado el pasaporte hace cinco o seis años.

    Por último, es pública y notoria la situación financiera del ManU, que lleva al menos un par de años conteniendo gastos, en un sistema, el de la Premier(y el de la Bolsa), en que no se permiten las alegrías de aquí.

    No me cuadra nada, señores. Y desde luego, como no es que otros compren, sino que el Cluzz se empeña en vender, dudo mucho que la cifra final se aproximase a esos 20 millones.

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  5. Precisamente he estado comentando hoy a la hora de la comida con Don Pitufo que Monchi lleva un tiempo más fallón que de costumbre, aunque su crédito es casi ilimitado por descubrir joyas como el lateral derecho del equipo de Shakira, allá donde lo encontrase. Ojalá pique con sensaciones.

    En cuanto al tema De Gea, es de una previsibilidad insultante. Se ha sacado a la calle la máquina de propaganda habitual para que todo desemboque en la famosa frase de que los jugadores juegan donde quieren por lo que nos hemos visto obligado a aceptar 10 millones. Se habla del entorno, de casas en Manchester, de representantes cambiados y hasta de Edurne. Lo que no se dice es que De Gea casi fue empujado a irse en su momento (como se ha hecho con Keko, sin ir más lejos) según recomendación de nuestra excelsa dirección deportiva.

    ¡Culebrón repugnante nos espera amigos!

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  6. Buenas tardes D.Emilio,se rumorea en los mentideros futbolisticos de la ciudad del Guadalquivir, que Monchi es el menos tonto de los sevillistas(nuestro gozo en un pozo)

    Va a por Bielsa.

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  7. Don LJ, si el equipo de los amores de Paquirrín no pica, habrá que empezar con una campaña agresiva de marketing para que alguien compre...solo faltaba que entre unas cosas y otras se quedara porque no tuviera a dónde ir,

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