lunes, 11 de abril de 2011

Tenemos que hablar

–Tenemos que hablar –dijo sentándose a su lado en el sillón.

– Ya, ya… –dijo él sin apartar la mirada de la pantalla. Sin escuchar, como tantas veces hacía.
– ¡Escúchame por una vez! Esto es serio –dijo agarrando el mando y apagando la televisión.
– A ver… ¿Qué pasa ahora? ¿Me he vuelto a dejar la tapa del wáter levantada? –preguntó él incorporándose un poco y cambiando el mondadientes de lado de la boca con salero.
– No, no te voy a hablar sobre asuntos como tu tendencia a dejar bolas de pelo mayores que muchos mamíferos en el desagüe de la bañera. Es otra cosa. Es sobre nosotros. Esto ya no es lo mismo. Ya no es como antes. Creo que lo mejor es que me vaya.
– ¿Irte? Pero, pero, ¡si somos felices! ¿Cómo me haces esto? De ti no me lo esperaba –contraatacó haciéndose el ofendido.
– No te hagas ahora el mártir. Te lo he avisado muchas veces y no cambias. Siempre estás a tus cosas. Que si tus viajes a Miami, que si tus comidas con periodistas. Yo soy tu última prioridad, pero ya no es por ti, es por mí  –dijo con tristeza.
– No me creo que esto vaya a acabar. ¿No te acuerdas de lo del año pasado?
– Sí, siempre lo recordaré. Pero después de eso volvimos a la rutina. Volviste a prometerme cosas que luego no cumpliste. Traer un organizador, por ejemplo.
– ¿Y qué harás? ¿Dónde vas a ir? ¿Por qué no te quedas y lo intentamos arreglar? –ofreció buscando una última oportunidad.
– Ya es tarde. Además he conocido a alguien. Me voy con él a Sevilla. Él me valora y es un caballero de los que ya no queda, de esos que sale a la calle con sombrero calado cuando la ocasión lo requiere.
– Pero… ¿No hay vuelta atrás? –dijo poniendo ojos de perro abandonado, lo que tal vez explicara lo de los pelos anteriormente expuesto.
– No hay vuelta atrás. Me quedaré hasta el final de temporada pero voy a ir sacando mis cosas. Adiós Enrique…
– Adiós, Quique –dijo el mandatario con el corazón quebrándose a pedazos y el peluquín temblando de la emoción.
Cosas de la primavera, mis queridos lectores. Esa que reparte amores, desamores y alergias con arbitrariedad. Esa que altera la sangre de todos y  también de los atléticos. Los atléticos, esa especie cuya sangre siempre guarda un equilibrio perfecto entre los glóbulos rojos y blancos aunque se altere. Sangre que cumple a rajatabla la ley de las proporciones definidas de Proust en cuanto a la presencia de los dos tipos de glóbulos.
Todavía epatados por la filtración del anuncio de la no continuidad de nuestro técnico, se nos hizo domingo. Domingo de fútbol, además. Salieron los nuestros de casa antes de lo normal, todavía con la comida en la mesa, sin querer café, aunque fuera con hielo. Terminando de masticar en el descansillo las últimas fresas de la temporada, ya demasiado maduras. Salieron con prisa, tan precipitadamente que se dejaron algunos glóbulos en el cenicero de la mesilla donde se dejan las llaves. Algunos cogieron el coche, tal vez para vivir la intensa experiencia de aparcar cerca del Calderón. Otros cogieron el metro, pero se pasaron de parada conscientemente. No se apearon en Pirámides, no. Si alguien les preguntaba decían aquello de: “Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?” “También, yo también me bajo en Marqués de Vadillo”.

El partido más importante del domingo se jugaba a las cinco de la tarde. Cerca del Calderón, sí. Protagonizado por rojiblancos, también. Partido en el que se jugaban más de tres puntos, sin duda. Los actores principales del partido son unos aficionados como usted y como yo. Podría ser aquel. O el de más allá, ese que mira de reojo. Dos factores comunes les unen: el amor a unos colores y la preocupación por una situación que ya se alarga demasiado en el tiempo. Atléticos que miran atrás y ven que algo se ha quedado en el camino. Colchoneros que recuerdan un equipo que miraba de tú a tú a los mejores de Europa o colchoneros más jóvenes a los que se les ha contado. Algunos pretenden ensuciar sus motivos vistiéndolos con harapos de manipulación. Otros dicen que para qué, que son ganas de enredar. Que flaco favor le hacen al equipo. Que si tanto quieren a la entidad, por qué no pusieron dinero en su momento. Esos mismos silencian interesadamente que nadie puso dinero. Eso lo ha dicho una sentencia. Sin ejecutar por esos vericuetos entre los que la justicia acostumbra a agazaparse, pero sentencia al fin y al cabo que, aunque no llevada a efecto, sí debería servir para unir pareceres y barrer dudas.
Se juntaron para andar un trayecto no muy largo pero que simbólicamente recorría la enorme distancia entre el me da igual y el esto no puede seguir así. Cruzando un puente que conducirá a un futuro mejor. Hombro con hombro. Unidos, que es como mejor se lleva el camino. Pasándole el agua a una compañera cuando desfallece. Pasándole esa bebida isotónica a otro camarada que la rechaza educadamente aunque esté sudando más de la cuenta, por la aprensión que le produce ese color pitufo. Estuvieron muchos, ¿qué más dará cuantos? Seguro que cada uno de ellos llevaba en la mochila el corazón de muchos otros que no pudieron estar. Se ganó el partido. Se llevaron los tres o cinco o veinte puntos que se jugaban en el envite. Ganaron. Ganamos. Ganaremos.


Al terminar la concentración accedieron al estadio como de costumbre mientras guardaban el abono en la cartera, y notaron que llevaban en el bolsillo una cosa más. Una sensación de esas que tanto gustan a nuestro entrenador. La de la satisfacción del deber cumplido. Saludaron a sus vecinos de asiento. Se sentaron con la espalda más derecha de lo normal. Comentaron que Diego Costa parece otro. Se remangaron la camisa. Se alegraron por Filipe. Se sorprendieron con lo que había adelgazado el primo de Talavera siguiendo una dieta con nombre de portero del Steaua. Vieron a Reyes caminar por la cuerda floja de la línea de fondo tras hacer un gran surtido de fintas. Echaron cuentas de cuánto hacía que no rendía visita la Real al Calderón. Constataron que sí, que parece que Mario Suárez puede estar llamado a hacer grandes cosas en este equipo. Hicieron de tripas corazón para beber lo que quedaba de la bebida isotónica del color de la camiseta del Chelsea y así evitar un golpe de calor. Añoraron a Domínguez. No entendieron el mal gusto de algunos cánticos. Se abrazaron cuando Agüero dio otra nueva muestra del gran jugador que es. Salieron sonrientes. Se dirigieron hacia sus casas. Cenaron ligero. Maldijeron como cada lunes el sonido del despertador. Se agarraron como a un salvavidas a la máquina de café y entonces pasó por allí Sánchez.

– ¡Qué buena cara tenéis hoy los del Atleti, cómo os sientan las victorias!
– Sí Sánchez, ayer ganamos un partido muy importante.
– ¡Y jugando bien además! ¡Menudos goles!
– ¡Ah! Ese partido…Sí, sí ese también estuvo muy bien

13 comentarios:

  1. Don Emilio:

    Le veo muy animosos por la manifestación de ayer. Siento decírselo, yo no estoy tanto. Había 47.000 más en el Calderón que en el Puente de Toledo. Personas a las que no parece importarles el desguisado tan monumental que organizan el dúo tralalá.

    Es verdad que la oposición no termina de definirse, pero no me diga usted que no hay miles de razones para acercarse unos minutos a la manifestación aunque sólo hubiera ido por curiosidad.

    Como ya he contado en forzaatleti, estuve en el Gaudeamus. El Atleti que representa Luis, Ufarte, Leal, Reina, el gran Peiró, Calleja, ése es el verdadero Atleti, el que nos han robado y el que parece la mayoría de la afición no quiere recuperar.

    Una pena.

    Abrazos, compañero.

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  2. Amigo, impresionante, fui uno de los que estuve alli, y me quede algo de bajon, al ver la poca repercusión que tuvo en los medios, pero después de leer esto me has vuelto a hinchar con fuerza. Haz retatado tal y como fue ese dia y el de hoy. Enhorabuean!!:D

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  3. Julio, una cosilla, seguramente que tu también estuviste alli, (me imagino) y no te falta razón en lo que dices, necesitamos ser más. Pero hace un mes eramos menos de esos, y hace dos meses eran aun menos, y hace tres se contaban con los dedos. Con esto quiero decir que poco a poco vamos siendo más y esto ha sido un paso muy grande a mi ver. Ojala hubiera alguna otra forma de conseguirlo, pero es la única, y aunque la mayoría de la gente no quiera mover un dedo no significa que lo que si lo hacemos tengamos que dejar de seguir luchando. Animo compañero, positividad y hacia adelante, con suerte alguna vez podremos volver a acercarnos a ese Atletico de los Ufarte, Luis, Reina, etc... Un saludo amigo!!

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  4. Sr Elalexkid:

    Efectivamente, estuve allí. En el Puente de Toledo y en el Gaudeamus. Ver el contraste entre el Atleti histórico y esta pantomima que tenemos ahora ha hecho que me hunda.

    Jodido estoy, pero le agradezco los ánimos.

    Julio / @forzaatletico

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  5. Bienvenido Don Alex, me alegro de que le haya valido para subir el ánimo. Le voy a confesar una cosa, al terminar la concentración me fui a tomar algo entes del partido y tuve el mismo sentimiento que usted. Me esperaba mucha más gente. Pero tuve que reposar las sensaciones (nooooooo, Quique otra vez...) para darme cuenta de lo que usted dice: las antiguas voces ya son gritos y debemos seguir peleando para que sea un clamor.

    Don Julio, que pena no habernos podido saludar. Seguro que hay una próxima vez, y esa vez seremos más, seguro.

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  6. Coño Julio, que eres @forzaatletico, jajaja no lo sabia. Yo soy @elalexkid, hemos hablado mil veces y sigo tu tweetar como el comer jejeje Es una pena no haber aprovechado la manifestación para conocernos la verdad. Pues nada de desilucionarse caballero, que si alguien como tu que lo siente tan dentro y que ha visto jugar al atlético de verdad que era el antiguamente, no tiene el animo alto para conseguir devolver esa gloria... que vamos a hacer los que solo hemos conocido la época gil como yo?? Te necesitamos jajaja

    Emilio, tienes twiter tu también?? Asi te sigo y eso jaja

    Un saludo y recordad... DILES QUE SE VAYAN!!!

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  7. Aunque ya he contactado con Don Alex vía twitter recuerdo el mío por si algún otro osado se atreve a poner un pie por allí @agoniamediapunt

    ¡Hala, que Dios les coja confesados! Que conste que he avisado

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  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  9. D Alex: (aquí nos tratamos de usted que esta casa, la de don Emilio, es de muy buena fama y hay que respetar sus tradiciones, jajaja) le he reconocido, por eso en la contestación he puesto lo de @forzaatletico. Gracias por seguirme en twitter. No sé cómo se atreve con lo pesao que soy a veces.

    A ambos: pues es que no sabía que ustedes fueran a ir. Si lo hubiera sabido, nada me hubiera gustado más que darles un abrazo.

    Ven, después de esta agradable charleta me voy más feliz a la cama.

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  10. ¿Era alguno de ustedes el que miraba de reojo mientras lloraba viendo la película del Gaudeamus?. Yo me tapaba la cara, qué imbécil, como si no supiese que estaba oscuro ... y que el de al lado estaba haciendo lo mismo.

    Suele pasar, cuando nos juntamos los especialitos, los frikis, los posesos ...

    ¿Que somos pocos?.

    Verán: me consta que había miedo ... perdón, miedo no, acojone ... porque el Cine Palafox parecía muy grande. Cabían 800. Eso es mucho, muchísimo. Fin de semana, sol resplandeciente, obligaciones familiares, resacas, partido de fútbol con los amigos, tenis, padel, una excursión ... y vas y te metes en un cine, a llorar con una peli y ver a viejas glorias.

    Coño. Como si fuese lo más normal del mundo.

    Luego, algo más tarde, había que juntar gente para montar una manifestación. Sin regalar bocata ni nada. Sin un mal autobús que llevase a la gente al km. 0.

    Son 25 años con sus noches, ¿eh?, sin que masa reivindicativa y afición atlética puedan encontrarse en la misma frase. Es más ... es que unos 10 de esos años, se invirtieron mayoritariamente en cantar y tal, y tal, y tal. Y pasamos por Segunda. Y estuvimos casi una década fuera de Europa. Y nada ...

    Yo no me plantearía las cosas con esa impaciencia, la verdad. Al fin y al cabo, no vivimos en una isla, y en este país, nadie se manifiesta por nada, y desde luego jamás espontáneamente, y por supuesto ni de coña cuando no hay nadie que pastoree ni pretenda hacerlo.

    Y vuelvo al principio: somos muy raritos, los que escribimos por aquí. Nos parece normalísimo, dado que es nuestra vida; pero no soñemos con que sea lo normal. Para la mayoría, el Atleti es sólo un equipo de fútbol. Como máximo, una de sus tropecientas mil preocupaciones. No le demos más vueltas.

    Dicho de otra forma: ¡joder que si ganamos el domingo, Don Emilio! (aunque sigamos siendo ese tío anónimo de al lado).

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  11. Un domingo para dar cariño al Atleti y su historia se convirtió en un homenaje a nosotros mismos y a muchos de nuestros iguales.

    ¿Que nos hubiera gustado que ambos actos fueran más multitudinarios? Seguro. ¿Que con el tiempo (esperemos que poco si se consigue echar a los okupas) lo serán? Probablemente.

    Pero, ¿acaso les gusta menos esa película rara o ese libro descubierto en un mercadillo porque sólo guste a unos pocos? Esas cosas a mí me producen un pinchazo de orgullo cerca del bazo. Te gustaría que más gente descubriera su grandeza, pero no por ello siguen siendo grandes.

    ¿Lo mejor? Encontrar a gente como tú, con los que en foros, blogs o redes, tienes la fortuna de poder intercambiar unas palabras.

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  12. Buenas noches.

    Resulta,que yo pienso,que tampoco había que ganar este primer partido por goleada.No me parece que esto vaya a ser una eliminatoria a doble partido,en la que el rival tenga ocasión de remontar.En los próximos envites,les van a seguir cayendo goles en contra,y su casillero,siempre a cero.

    Recuerdo que,de crío,mientras la mayoría de la pandilla se dedicaba a callejear,uno,algunas veces,cogía un libro,y se perdía bajo las copas de unos árboles,de un bosque cercano,a pasar un par de horas leyendo(a Verne,Salgari,etc).En aquella época el término frikie como que no...,pero se pueden imaginar la brasa que me caía encima,de parte de la pandilla mencionada.

    Crecimos,y de aquel grupo de 8 ó 9,salieron 3 ó 4 culés,idem de vikingos,y un solitario colchonero.

    Uno contra ocho,no había color,pero(al menos para mí)yo gané aquella batalla.

    Un gustazo,como siempre,Emilio,saborear sus escritos.

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  13. Exacto Don Charly, esa es la sensación (madre mía) que intentaba explicar anteriormente (aunque releyéndolo no lo he conseguido).

    Aprovechando el simil que usted aporta sobre goleadas a los sospechosos habituales, parece que vuelven a encajar un (doloroso para nosotros) gol con el tema De Gea a pesar de que ayer se cansaron de desmentirlo.

    ¿Opiniones? Me mojo por adelantado. Pensando con el estómago, si sirve para no vender a Agüero posiblemente sería la venta que menos daño puede hacer al equipo y a ello intentarán agarrarse. Pensando con el corazón, otro símbolo al que se empuja a marcharse bajo el principio de que "los jugadores juegan donde quieren", pero, ¿por qué hay que vender a nadie? ¿Vendo a De Geas para traer cuatro o cinco Elías?

    Evidentemente, con el estómago tan vacio como lo tenemos a estas horas, nadie debería atreverse a pensar nada.

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