jueves, 21 de julio de 2016

La investidura del nueve

Artículo publicado en CTXT:

http://ctxt.es/es/20160720/Deportes/7315/delantero-Atletico-de-Madrid-fichaje-Simeone-choilismo-Mendes.htm

Al asunto del nueve del Atleti se le está poniendo cara de terceras elecciones. De poco sirvieron aquellas palabras, líquidas y calientes, de Simeone con la final de Champions recién muerta. Casi dos meses después, no acaba de atisbarse qué candidato se presentará a la investidura. Mientras tanto El Cholo completa los circuitos físicos ideados por el Profe Ortega al mismo ritmo que sus pupilos, quien sabe si para que las agujetas silencien las voces que en su interior gritan que algo no cuadra. Correr para olvidar, o algo parecido.

Higuaín, Aubameyang, Gameiro, Cavani, Morata, Diego Costa…la flexibilidad de la lista es tan infinita como insuficientes los plazos que el técnico se va a ver obligado a manejar para que el elegido mame cholismo antes de que llegue la hora de la verdad. Tal vez habría que instar a Cerezo a reformular uno de los mantras de la casa: los jugadores juegan donde quieren, aunque a veces quieren jugar un poco más lejos ¿Dónde está el problema? Entendiendo como atrayente el proyecto deportivo que el subcampeón de Europa puede ofrecer a una figura de tronío solo queda sospechar del vil metal. Quizás todo el dinero que se prometía para fichar haya habido que desviarlo a la compra de cemento y hormigón: la Peineta manda. Malamente puede llenarse un estadio, por muy cinco estrellas que vaya a ser, sin goles.


Los más crédulos optan por no dejar que los nervios gobiernen. Recuerdan como ejemplo las llegadas tardías de Villa o de Falcao, pactos alcanzados con agosto bien avanzado. Los más reticentes, entre los que servidor de ustedes se incluye, temen el arribe de un punta con marchamo de desecho de tienta. Uno de esos atacantes que permanecen sentados en su butaca contemplando cómo todos los demás danzan ya sobre la pista. Es posible, incluso, que el nueve llegue de la mano de Mendes y transmute de fea del baile a deseado con solo una leve capa de maquillaje. Sería de esperar una presentación con banda de música arrancándose con pasodobles para celebrar la llegada del susodicho antes de que el presidente del pelo infinito pronuncie a trompicones el nombre del elegido. Un fichaje al que se aceptará en segunda vuelta, con la abstención de ceja alzada de varios grupos parlamentarios de lo rojiblanco. Dios y Jackson Martínez, puestos a pedir, nos cojan confesados.

Pudiera también darse el caso de que nada de lo anterior ocurriera. Pudiera presentarse la competición de un día para otro, sin avisar casi, y obligar a configurar un once sin demasiado gol. Un conjunto titular preñado de mediapuntas -¡ay!- con el que afrontar los retos. Siempre nos quedará el buen hacer de Torres, haciendo de delantero titular en funciones, y la ciega confianza en un Simeone al que se visualiza machacándose físicamente para estar preparado para correr, por si fuera preciso y hubiera unas cuartas elecciones de las que huir a la carrera.  

martes, 12 de julio de 2016

No aprendemos

Artículo publicado en CTXT:

http://ctxt.es/es/20160706/Deportes/7107/Futbol-Eurocopa-final-Portugal-Francia.htm

La final de esta Eurocopa plomiza resultó coherente con el denso guion que ha caracterizado a la competición. El resultado final se adivinó a los nueve minutos, los que discurrieron hasta la lesión de Ronaldo, pero tardó en mostrarse casi cien minutos más. Demasiados. Hubiera bastado parar el partido en ese punto, justo cuando Francia dejó que se enfriasen los ánimos encendidos por una Marsellesa de pelos como escarpias y Portugal encontró un mártir al que encomendarse para conquistar la victoria. El resto fue relleno, como lo ha sido todo en un torneo tan largo como perfectamente olvidable.

Tras la postración lacrimógena y posterior visita anunciadora de la polilla al delantero, los lusitanos parecieron liberados. Hay estrellas que exigen tanto que son incapaces de nivelar la balanza con sus aportaciones. Desprovistos del yugo del enorme ego del de Madeira pero con su imagen doliente sobrevolando el terreno de juego de Saint Denís, los portugueses se descubrieron cómodos de repente ante una Francia que exhibía poco más que músculo. Apareció menos Griezmann, aunque tuvo la final en su cabeza por dos ocasiones, y no hubo noticias de Payet, acaso afectado por prender la cerilla que comenzó la hoguera de la nueva Juana de Arco.


La idea de Deschamps, que es un Javier Clemente nacido más allá de los Pirineos, de poblar sus alineaciones de mediocentros con lomos de porteros de discoteca funciona con Alemania, España y otros combinados de corte esponjoso, pero se descose cuando se mira en el espejo táctico. Conviene reflexionar profundamente si tu ataque es comandado por Sissoko. Mención aparte merece Pogba, por el que a no mucho tardar alguien pagará una factura desmedida con el objetivo de poseer su peinado y su poco fútbol. Segundos antes del gol portugués, que con el paso de las horas se antoja más justo, planeaba Didier sacar al campo a Kanté. Pocos cambios desnudan los principios de un técnico como aquellos que pudieron haber sido y no fueron.

Fernando Santos, en cambio, puso sobre el campo a un delantero en el que ni él mismo creía para abrochar una vanguardia superviviente a dos extremos que mostraban muchos más años que desborde. La valentía, aunque tímida, recogió su fruto en un disparo lejano que mereció evitar la tanda de penaltis. El antihéroe que fue héroe por un día se llama Eder y tiene garantizada esa titularidad que se le resiste sobre el terreno en los libros de historia. Su relato debería servir para recordar que, entre todos, como un equipo, es como se juega a esto antes de volver a plantear cada partido como un continuo cara a cara. Portugal se alza con el trofeo de manera tan merecida o inmerecida como lo hubiera hecho cualquier otro contendiente e inaugura su casillero de triunfos rotundos de manera coral. Es de suponer que hoy o mañana, Lisboa vivirá una gran fiesta en la que, como colofón, sacarán en procesión el paso de la Dolorosa para su veneración. No aprendemos. 

jueves, 7 de julio de 2016

Nadie hablará de esta Eurocopa cuando haya muerto

Artículo publicado en CTXT:

http://ctxt.es/es/20160706/Deportes/7026/eurocopa-islandia-francia.htm

Nadie hablará de esta Eurocopa cuando haya muerto. Dentro de unos años, cuando desgraciadamente la memoria se nos agujeree, al recordar esta cita nadie será capaz de dibujar con palabras un penalti como el de Panenka, un gol de volea como el de Van Basten, una jugada de Xavi de esas que se utilizan como arma arrojadiza en los debates entre “cuñaos” elevándola a unidad de medida perfecta para glosar el valor futbolístico de un lance. Se recordará, si acaso y con dificultad, al combinado ganador, pero si no cambian las cosas mucho en los partidos que quedan, la selección victoriosa dejará una huella perfectamente borrable en la orilla del mar de una competición que ha traspasado en demasiadas ocasiones el umbral de la pobreza balompédica. Demasiado miedo a perder. Demasiadas tandas de penaltis. Demasiado poco atrevimiento. Demasiados demasiados, que suelen ser síntoma de exceso de carencias. 

Los profetas del planeta fútbol lo avisaron. Ensanchar el torneo hasta los veinticuatro contendientes podría llegar a suponer una excesiva y peligrosa democratización de la reunión que la vieja Europa organiza cada cuatro años para elegir campeón sobre el césped. Se equivocaron. Ha sido la rancia aristocracia quien está defraudando. A una Holanda que no fue capaz de sacar el baratísimo billete al evento se le debe añadir el eterno aislamiento, Brexit o no mediante, inglés. Sumen ustedes a esa ecuación el esperado fallecimiento del tiqui taca español, la racanería portuguesa, el enésimo tropiezo de una Italia de la que ilusionaba su apuesta y la ya viejísima bisoñez belga y tendrán un retrato robot bastante aproximado de los sospechosos. Solamente Francia, con Payet y Griezmann nadando a contracorriente del exceso de músculo que enamora a su entrenador, y Alemania, con pasajes que recuerdan más al conjunto que predicaba la victoria por aplastamiento que al del virtuoso toque vacuo importado de aquella España que ya no se parece en nada a la actual, pueden permitirse mirar su trayectoria sin sonrojo.


Las mejores noticias vienen de la clase turista. La frescura de una Gales que es mucho más que Bale, pese a lo que se ha vendido por la prensa interesada en vender el muñeco. La dignidad de Albania. La esponjosa rocosidad de Polonia. El contagioso entusiasmo de las Irlandas, dentro y fuera del campo. Las diferentes caras, casi todas buenas, de Croacia. Los adorables pantalones del chándal del portero húngaro. El maravilloso cuento de la Cenicienta protagonizado por Islandia, un país con más o menos la población de la ciudad de Alicante, sin contar con los veraneantes ni los que se acercan a saltar las hogueras de San Juan. Sin ellos, la competición hubiera rozado la chabacanería futbolística más absoluta.

Cuando el domingo parta la comitiva fúnebre que eche el cierre a esta Eurocopa, la despediremos sin nostalgia. Agitaremos el pañuelo sin tristeza, pensando en otra cosa, quizás en la pretemporada que se nos viene encima. Casi inmediatamente, habremos olvidado sin esfuerzo casi todo lo ocurrido durante este mes. Se comprenderá entonces eso de que nadie vuelva a hablar de ella una vez muerta. Quizás en estos tiempos de fútbol de usar y tirar sea la mejor opción. Siempre nos quedará Islandia.