miércoles, 27 de octubre de 2010

Tarde de cine

Después de dar siete vueltas en un aparcamiento de centro comercial con 35º de temperatura y un 95% de humedad relativa, después de haber pagado 20 euros para dos personas (y eso que era en la sesión golfa, que dan ganas de decirle golfa a la taquillera por los precios que cobra), después de haber hecho la pertinente cola para comprar el equipo básico de supervivencia (es decir, súper dúo combo monstruoso-tirando- a-gigante que consta de dos refrescos de tres litros cada uno, dos quintales de palomitas y un superbol de nachos con queso cheddar) y de buscar entre tinieblas utilizando la luz del móvil dónde coño tienes que aposentar las posaderas, se está preparado para disfrutar de una sesión de cine en condiciones.
Cualquiera de ustedes será consciente de la crisis que al cine acucia, crisis sobrevenida por el sorprendente hecho de que haya gente que prefiera ver el cine en casa con su joumcinema recién comprado bajándose la película del emule (cosa que ustedes no harán, no lo dudo, que aquí solo entra gente respetable, oiga) a gastarse 40 € en una tarde de domingo poniendo en serio riesgo la salud cardiovascular por el tamaño del combo o por la alta probabilidad de sufrir el síndrome de la clase turista por el tamaño de las butacas.

Lo malo de los multicines es que, uno que de natural es despistado,  no siempre se mete en la sala de la película que quieres ver, por lo que, ante ti se abre el siguiente abanico de posibilidades:
·  Opción a) Te metes en la sala donde echan la superproducción con un presupuesto de muchos ceros (pero muchos) en efectos especiales que todo el mundo ha visto, normalmente te gusta  y al salir exclamas :
-Si es que tenemos que venir más al cine, merece la pena lo que hemos pagado.
·  Opción b) Te metes en la sala donde echan la comedia romántica de moda, normalmente pasas el rato medio entretenido y al salir exclamas:
-O esta película ya la he visto o es que son todas iguales, chico conoce chica, al principio se caen un poco mal pero después de varios avatares se dan cuenta de que no pueden vivir el uno sin el otro y acaban juntos.
·  Opción c) Te metes en la sala donde echan una película de cine español, en ella después de unos títulos de crédito que duran más que la trama por la cantidad de entidades estatales que subvencionan, se muestra la realidad introspectiva de un monaguillo ninfómano adicto al pegamento (ahora se explican que con este planteamiento al menos dos televisiones autonómicas, el ICO y varias productoras independientes de comunidades con realidad nacional diferenciada hayan puesto dinero), además recuerdas que el actor de turno se ha cansado de decir por todos los platós que para meterse en el papel del monaguillo estuvo ayudando en los oficios de la parroquia de San Cosme y San Damián durante seis años y, claro te llega. Nada más salir exclamas:
-¡Será joputa lo que ha hecho, y con el dinero de todos!
·  Opción d) te metes en la sala en la que echan una joya de cine iraní con subtítulos en checheno, evidentemente es tan genial que te empequeñeces ante su grandeza y, no pudiendo resistir tu insoportable superficialidad, te clavas durmiendo tres horas en el cine, tras lo que exclamas:
-¡Se me ha quedado el cuello como a la madre del rey!
Pues bien queridos lectores, lo que pasó en el partido del Atleti en el pasado fin de semana es un claro caso de opción b), la comedia romántica. Empezó el partido con el Atleti dominando, creando oportunidades y pareciendo que se iba a llevar el partido, pero tras encajar el primer gol, la afición exclamó a coro:
                -¡Esta película ya la hemos visto!
Y sí, ya lo llevamos viendo demasiado tiempo en la mayoría de salidas a domicilio del equipo. Unas veces el chico no se entera porque sale con la caraja y otras veces es la chica la que parece que sale bien pero no mata los partidos y al final pasa lo que pasa, drama amoroso con tintes de descuelgue en la clasificación respecto a los rivales por entrar en Champions.
Para terminar, en este último film es de justicia destacar la intervención estelar de un secundario de lujo, que en este tipo de películas suele hacer el papel de antiguo novio buenorro o de exnovia casquivana que hace dudar a los protagonistas de si seguir adelante con lo suyo. Sí, sí, ese que ustedes piensan: el árbitro. La actuación del árbitro solo se justifica si después de la comida con que le debieron agasajar los directivos del equipo gres-porcelánico se le hubiera ido la mano con el tinto, el brandy, los “solesysombra” y dos gin-tonic  mientras gritaba a los cuatro vientos que un Ramírez Domínguez no se arredra nunca si de beber se trata. Vaya por delante que su actuación no debe justificar lo que desde hace tiempo pasa fuera de casa, pero convendrán conmigo que, después de no pitar tres penaltis meridianamente claros y de desquiciar al personal no fuera extraño que en todo sitio donde había un atlético viendo el partido se oyera la misma exclamación que a la salida de las películas de cine español:
-¡Será joputa lo que ha hecho, y con el dinero de todos!

viernes, 22 de octubre de 2010

Las hermanas

Las noches de competiciones europeas son frías, terminan de manera caliente si llegas lejos en alguna competición como el año pasado, pero generalmente son noches en las que, si hubiera un aparato de rayos X en los tornos del estadio, se verían pantalones de pijama debajo de los vaqueros y camisetas de damart con pelotillas a la altura del plexo solar debajo de la camisa Raflauren.
Para sumarse a este ambiente, vinieron también del frío unos señores noruegos muy simpáticos haciendo gala de la educación que se estila en los países nórdicos: hacen cola detrás de ti sin empujarte aunque estés protegiendo el  balón, no pegan una mala patada y paran el partido si una viejecita quiere cruzar la calle o el campo (suponiendo que Valera sea la viejecita del Atleti, que por velocidad no, pero por achaques…).
Los primeros 60 minutos de partido se podrían sintetizar en uno de los comentarios que mi queridísima esposa no dejó de verter durante ese periodo:
-Pues para ver esto, cambiamos y vemos Gran hermano 12.
Y miren ustedes que la cosa estaba para ver a la Milá y a esos mozos y mozas constantemente sin camiseta o escotadas (según sexo, que todavía existen este tipo de diferencias tal vez por el cese de Bibiana Aído), pero con la terquedad que le caracteriza a uno y las experiencias de finales de partido (no siempre positivas) vividas con este equipo desde que uno tiene uso de razón, me resistí. Sí, sí, me resistí bajo la promesa a mi consorte de que algo bueno tendría que pasar y el insignificante detalle de que a partir de hoy y durante tres meses tendré que bajar la basura, hacer la cena y tender la colada, que un hombre cuando se impone se debe imponer de verdad.
En esto que apareció en el campo el Kun en sustitución de Forlán y, ¡qué cambio! Nada más salir aprovechó un lío en área después de un contraataque que había iniciado él mismo con un robo, más tarde le dio en bandeja a Diego Costa el tercero y, entretanto dio más sensación de peligro que Bigas Luna en una bienal de cine sacro.
Hay algo aquí con nuestros chicos de la delantera que se nos debe escapar, Forlán vive desde un tiempo a esta parte enfurruñado y triste y, parece que tiene celos de Agüero. Algo de razón tiene porque, una vez se marchó Torres, la afición adoptó a Kun como su estandarte y casi le perdona todo, por ejemplo las mismas declaraciones en boca de uno y otro tienen diferente reacción por parte del respetable, pero eso no es óbice para que Diego se centre y sea el que siempre ha sido. Podríamos decir que Diego es esa chica adolescente a la que sus padres reprenden por ennoviarse con el Jonathan (que por cierto no es que robara aquella moto, es que le tiene manía su agente del centro de menores) a pesar de que ella saca todo notables y bienes en los últimos cursos de la ESO (sí, sí, otra víctima no me digan más), mientras que Kun es la otra hermana, la que desde pequeña quiso ser artista (hay que ver cómo imita a Marujita Díaz, si hasta le da la vuelta a los ojos casi) y todo lo que hace cae en gracia para sus padres.
Seguiremos ahondando en este tema pero de momento les dejo, que tengo que bajar la basura.

martes, 19 de octubre de 2010

Amenaza global

Lansing (Virginia) 09:23 AM
-Tenemos el último informe de inteligencia señor, creo que deberíamos activar el protocolo.
-Bridget, póngame con el presidente.
 Washington D.C  01:27 PM
La sala contigua al despacho oval estaba totalmente insonorizada y se había diseñado incluso para soportar un ataque nuclear, era la primera vez bajo el mandato del nuevo presidente que se reunía de urgencia el gabinete de crisis gordas. A él asistían el presidente, los directores de la CIA y FBI, los tres generales del estado mayor de los ejércitos, la secretaria de estado y un señor que se sentaba al fondo y que nadie sabía muy bien a qué se dedicaba, pero que estaba allí desde los años de la administración Reagan y, claro, no era cuestión de hacerle un feo.
-Señor presidente, la amenaza está totalmente confirmada y es real, tenga en cuenta que esta organización puede llegar a mover a alrededor de 2 millones de adeptos –dijo el director de la CIA.
-Hillary, ¿hasta ahora no sabíamos nada de ellos? –inquirió Obama.
-Señor, los informes no lo indicaban, tengo al teléfono al presidente Zapatero para hablar con usted.
-No, a Zapatero no –gritó el presidente -que me vuelve a hablar del powerpoint ese que me manda siempre para la alianza de civilizaciones. Decidle que estoy en el servicio con un apretón presidencial.
-No me acabo de quitar lo de Afganistan y lo de Irak y ya tenemos otra fiesta –dijo el presidente-. Director Jameson, ¿tiene al hombre para esta misión?
-Sí, señor presidente, el agente Peralejo es nuestro hombre, además es de familia española.
-De acuerdo, manténganme informado.
Más tarde, ya en el dormitorio oval (qué manía de hacer todo sin esquinas), el presidente no podía conciliar el sueño, y su esposa, siempre sensible a los asuntos de estado, lo notó:
-¡Barack coño, que no paras de moverte y me vas a dar la noche!
-Perdona Michelle, pero es que estoy muy tenso, no te imaginas lo que se nos viene encima. Oye, ¿y si ya que estamos despiertos y hablando de venir encima y para quitarme la tensión…
-¡Los cojones Barack! Yo no tengo la culpa de que las amenazas globales te pongan gambitero.
El hombre elegido (el agente Peralejo) contaba con la ventaja de tener doble nacionalidad española-estadounidense por nacimiento. Su madre, Jacinta Peralejo, salió de Molina de Segura en los primeros setenta con la maleta cargada de idealismo hippie y una, tal vez merecida, fama que compartía con los productos de la huerta murciana (vamos, que era fresca). Una vez en San Francisco, Jacinta vivió en la carretera, fumó marihuana y, como decía la canción, se puso flores en el pelo. Años más tarde, cosas de la vida,  sólo le quedaba una autocaravana en la que vivía, un enfisema pulmonar y ni un pelo en la flor. Pero además tenía a Shawn Jesús (Jesús como mi padre, apostillaba siempre Jacinta).
Shawn Jesús Peralejo, fue desde que nació  un niño enclenque a pesar de que su madre le atiborraba a arroces huertanos y pistos de la ribera. Él prefería leer libros en vez de ir a cazar tejones y mapaches como los demás muchachos del parque de caravanas, lo que le convirtió en objeto de persecución y cachondeo por parte de sus compañeros. De esos años, Shawn Jesús, obtuvo una capacidad casi increíble para mimetizarse con el paisaje (es de destacar cuando aguantó más de 13 horas sumergido en mierda de alce para evitar que le mataran a collejazos) y una velocidad fuera de lo común (ríanse ustedes de Forrest Gump, ríanse). Todo ello le sirvió para graduarse como el tercero de su promoción del FBI en Quantico, no llegando a ser el primero por la molesta costumbre de adaptar cualquier idioma al panocho que había mamado (sirva como ejemplo su ya famoso en la agencia: “Acho, ¿what the fuck is this?”, cuando llegaba a la escena de un crimen).
Ya en el avión que transportaba a Shawn Jesús y su equipo a Madrid, abrieron los dossieres que les habían preparado y conocieron por fin que su destino era el estadio Vicente Calderón. También supieron que esa misma tarde se iban a infiltrar en una reunión del grupo que se consideraba una amenaza para la paz mundial, los atléticos. Gente que, según el informe, se desplaza en masa semanalmente para, con la excusa del futbol, sufrir una catarsis que rozaba lo sobrenatural, que eran capaces de quedarse cantando una hora después de haber perdido una final o de animar más que nunca a sus colores a pesar de ir perdiendo por tres goles.
La experiencia en mimetización de Shawn Jesús resultó impagable a la hora de caracterizar al grupo operativo: pintados de rojiblanco, con plumas en la cabeza y bufandas al viento diríase que los cuatro individuos (dos de Nebraska, otro de Winconsin y nuestro protagonista) que se dirigían a la puerta 23 del estadio eran de Carabanchel por lo menos….
(Disculpen ustedes que interrumpa aquí el brillante psico-thriller de espionaje huertano internacional del que están disfrutando, pero algo habrá que hablar de futbol, ¡vamos digo yo!
El partido del sábado se ganó casi sin querer, con cuatro ausencias de jugadores clave y seguimos arriba en la clasificación después de un calendario difícil. Muchos de ustedes se preguntarán el por qué de que un partido como este no se complicara como hay muchos a los que (desgraciadamente) nos hemos acostumbrado y fue porque cuando Simao fue a lanzar la falta o cuando Valera (también murciano) se internó en el área cuan Garrincha improvisado y miró atrás para dar el segundo gol a Diego Costa, oían en su interior la voz de un central con bigote que nos ha dejado hace poco y que era de los últimos que ha honrado esta camiseta desde su primer día en el club hasta el último. Un central con bigote que infundía respeto en sus adversarios, que metía goles de vez en cuando y que hasta fue protagonista de una canción de Glutamato Ye Ye. Un central con bigote del que se admiraba su planta cuando íbamos a tomar el bocadillo del recreo al Calderón y entrenaba el primer equipo. Descanse en paz. Realizado este merecido recuerdo, volvemos a nuestra historia)

-Y esta es la última información que tenemos del grupo, señor presidente, a partir de este momento no hemos sido capaces de contactar más con ellos, temo que los hayamos perdido.
Sólo el señor del fondo se dio cuenta del fax que estaba llegando en ese momento a la sala y que transcribo literalmente:
---04:56 AM-- Asunto  Clasificado--Informa Agente S.J. Peralejo------
Por los datos obtenidos, no podemos considerar una amenaza al grupo de sujetos. Posible utilización de armas químicas sobre el equipo operativo que han hecho que los agentes Jones y Caldwell no paren de cantar Paseo de Pontones arriba (no descarto el consumo elevado de un brebaje llamado Mahou). El equipo operativo ha decidido unirse a los sospechosos, hay algo que se te mete en la sangre una vez estás aquí. Corto la comunicación y ¡Forza Atleti, “chiquico”!
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martes, 5 de octubre de 2010

El oriundo

Ante el parón de la liga por partidos internacionales, les traigo una historia que trata sobre fichajes, sobre los oriundos que poblaban la liga española hace unos años (algunos de los cuáles al preguntarles sobre de dónde eran sus antepasados españoles confesaban sin sonrojo que de Celta o de Osasuna) y tiene más de verdad de lo que ustedes se puedan imaginar.
-   Yo creo, Don Rufino, que a este le apañábamos dándole dos hostias y dejándole a la salida del pueblo –sentenció Serapio, a la sazón cabo de la Guardia Civil.
-   Serapio, qué bruto eres coño, que hace ya 10 años que estamos en democracia y no se pueden ir dando hostias a diestro y siniestro por la vida –terció Don Rufino, alcalde  pedáneo y presidente vitalicio del Deportivo Fuenteturbia, orgullo de su tierra.
El muchacho había sido sorprendido saltando al patio de Delfín para robarle una gallina y, tras recibir un estacazo en la cabeza a manos de la Eufrasia (esposa de Delfín para más señas) fue puesto a disposición de la justicia.
-   Tú no eres español, ¿no?
-   No licenciado, soy de Ecuador.
-   ¿Y qué coño ha venido a hacer uno de Ecuador a la Mancha?
-   Me desplazo de feria en feria para ganarme unas pesetas con estas bonitas pulseras étnicas que confecciono.
-   Ya estamos con mariconadas –apostilló Serapio-. ¿Y de eso vas a vivir?, ¿eso es lo que hacías en tu tierra?
-   No, señor general –dijo dirigiéndose a Serapio- yo en mi país era utillero del Barcelona de Guayaquil.
-   ¿Cómo? ¿Así que eres futbolista?
-   Bueno, futbolista, futbolista no soy, pero algún balón he tocado.
-   No se hable más -dijo Don Rufino-. Vas a pagar tu deuda con el pueblo jugando con nosotros.
-   Pero licenciado…
-   Ni peros, ni hostias –finalizó Serapio.
Don Rufino, que no había llegado ser autoridad máxima de la pedanía por casualidad, lo vio claro, por fin se presentaba ante él la posibilidad remontar el vuelo del equipo local, que había evitado el descenso de categoría en años anteriores sencillamente porque no existía una categoría inferior. Además, este gran fichaje serviría para humillar al eterno rival, el Sporting Fuenteclara.
El tema de las raíces manchegas del ecuatoriano, llamado Hugo Patricio, se solucionó prontamente al ser amenazado por parte de Serapio con una par de hostias si no interiorizaba debidamente que él era sobrino lejano de Fabián (aquel que tuvo que dejar el pueblo hace ya casi 5 años por exteriorizar más de la cuenta un amor discutible por cabras y ovejas).
El día del debut no cabía un alma en la Veredilla, no se recordaba una expectación igual en el pueblo desde que Isabelo y Priscilo llegaron a la final del campeonato provincial de tute “subastao”. Don Rufino miraba las gradas y las lomas de los fondos abarrotadas mientras calculaba que a veinte duros la entrada en grada y a cinco duros en la loma, no debía faltar mucho para oír el himno de la Champions en el pueblo.
La movilización fue tal, que algunas beatas que se acercaron a la iglesia para el rosario de la tarde encontraron un cartel en la puerta que rezaba:
“Se suspenden las misas de la tarde. También las confesiones. Aquel que no haya confesado hace tiempo y tema poder abandonar este valle de lágrimas en pecado mortal, sepa que más le vale esperar, que el boticario y el médico también estarán en el palco del campo de futbol”
El partido discurrió por límites insospechados, el técnico del equipo rival planteó un marcaje en zona con ayudas para parar a Hugo Patricio que no evitó que la estrella mediática se golpeara contra el banderín de corner en un ojo al perseguir el segundo balón que tocaba y debiera ser sustituido. Mala fortuna que se sumaba a la sufrida al tocar el primer balón, casi nada más empezar el partido y ante el jaleo de la grada, Hugo Patricio resbaló antes de controlar el balón y se dio de boca con un canto rodao que le hizo perder dos incisivos y un premolar (que la Veredilla sí es un campo de patatas y no de lo que se queja Mourinho).
Por intervención de Don Rufino, Don Matías el cura incluyó en la hoja parroquial (que hacía en la comarca las veces del Marca y el As) la siguiente crónica: “Nuestro flamante fichaje Patricio, acusó sobremanera el cambio lógico que se produce al pasar de jugar del futbol sudamericano, más técnico, al europeo, más físico. El club además, está estudiando la posibilidad de adquirir nuevo calzado deportivo de taco medio para una más rápida aclimatación de nuestra estrella, acostumbrada a jugar con taco de aluminio en los verdes pastos del cono sur”
Dos semanas después el pueblo olía a fiesta grande. Por un lado las fiestas del Cristo, llenando de gozo a población autóctona y forasteros en igual medida y por otra el segundo partido de la estrella local. El lleno volvió a ser apoteósico y en los prolegómenos del partido se sucedieron los actos emotivos, primero se celebró el certamen de Miss Fiestas del Cristo, ganado en buena lid por Dominguita, la hija de la Dominga. Después se guardó un respetuoso minuto de silencio por el alma de Cándido, el barbero, que no había tenido mejor ocurrencia que la de sufrir un cólico miserere mientras se jugaba el primer partido, a pesar de lo que se había avisado.
Sabemos que en futbol el resultado muchas veces es lo de menos pero nunca en un derby de las fuentes (es decir Deportivo contra Sporting) la diferencia había sido de más de dos dígitos, y en este caso fue así (0-11 para los visitantes). La actuación de Hugo Patricio se puede resumir en irrelevante si exceptuamos el balón que después de golpear su espalda casi genera un autogol por estar guiñando un ojo a una Dominguita recién coronada y el ataque de vómito que le asaltó al intentar subir al área rival a rematar un corner, probablemente originado por los cuatro platos de caldereta de cordero que se había metido entre pecho y espalda media hora antes del partido (que el pueblo no está en fiestas todos los días, oigan).
Tal era la familiaridad que el pueblo había adquirido con Hugo Patricio y tal el juego desplegado por él, que se empezaron a oír voces discordantes en la grada, acordándose de su señor tío (Fabián) y apocopando el nombre de la estrella para dejarlo en HP, lo que dio lugar a juegos de palabras malintencionados y dañinos para su persona.
La editorial de la hoja parroquial no dejaba dudas: “HP se está sometiendo a un plan específico para obtener el estado de forma que su juego requiere. En cualquier caso, se agradece al personal evite darle de comer al menos tres horas antes de los partidos, que este chico tiene mucha ansia. En otro orden de cosas, la colecta de hoy irá destinada a pagar a los funcionarios de la diputación que se tuvieron que personar en la Veredilla para el desatranco de los sanitarios que provocó la indisposición de nuestra estrella”
En este momento de nuestra historia saltaremos hacia delante en el tiempo, allí veremos como Don Rufino se prepara para salir al palco del estadio en el último partido de liga. Desde allí reflexiona sobre el nuevo Mercedes clase C que se había comprado explotando los beneficios de la venta de entradas, merchandising y derechos de televisión de los primeros partidos, sobre la ilusión que hacía ver las lomas llenas de gente en contraposición a las cuatro personas que ahora poblaban las gradas (Don Matías como reportero, Dominguita en su papel de concubina de HP, el tonto del pueblo y él mismo), sobre el acto de hermanamiento realizado entra Fuenteturbia y el pueblo ecuatoriano de Culcay al que asistió un subsecretario del ministerio de Asuntos Exteriores, y siente pena.
HP salió al campo también apenado, hacía ya tres partidos que la camiseta no era capaz de tapar la barriga que había echado, ya casi nadie fiaba a Dominguita cuando iba a comprar al comercio de la calle Real y prácticamente todo el pueblo le había retirado el saludo. En este, su último partido, HP destapó el tarro de las esencias a pesar de los gritos de HP que le dedicaba el tonto del pueblo y, ya en el tiempo de descuento, remato de ombligo un centro medido de Valeriano (el lateral derecho) que besó las mallas. Aquel gol suponía el empate del partido y el único punto que el Deportivo sumaría en esa temporada.
Como solían todos los años en la última jornada, Don Rufino y Serapio bajaron al vestuario para felicitar por la temporada a sus hombres e invitarlos a un botellín de cerveza Calatrava. Sólo desentonaba la actitud de HP que solicitó de buenas formas la cesión a otro equipo o la entrega inmediata de su carta de libertad a lo que Don Rufino respondió:
-   Ahora mismo chato, vete con Serapio al antepalco y allí te va a hablar sobre la clausula de derechos de formación.
Quede como epitafio de la historia de este gran fichaje la crónica que Don Matías incluyó en la hoja parroquial del siguiente domingo: “Una vez terminada la temporada y para poder equilibrar el presupuesto del equipo, al muy HP de HP se le ha entregado la carta de libertad a la salida del pueblo. Además, y como muestra de nuestra hospitalidad, de la que tanto ha abusado en esta temporada, Serapio le ha obsequiado dos hostias (sin consagrar). En otro orden de cosas, la colecta de esta semana irá destinada para adquirir todo lo necesario para que el hijo ilegítimo que va a tener Dominguita no sufra privaciones cuando venga al mundo, que bastante tendrá la criatura si se pareciera al muy HP de su padre”

domingo, 3 de octubre de 2010

En casa del nuevo rico

Nuestro equipo es equipo de domingos por la tarde de sobremesa larga, es equipo de siesta de pijama en la cama, no de quedarse dormido en el sillón viendo el Tour o cualquier documental de ñues cruzando ríos infestados de cocodrilos con aviesas intenciones.

Es por ello que nadie se temía nada bueno cuando ayer a las 5 se nos citó para ir a la casa de ese antiguo amigo que hace tiempo que no lo es para tomar el té. Ese antiguo amigo en los últimos años se ha convertido en lo que coloquialmente se conoce como un nuevo rico, todos sospechamos que el dinero lo han amasado de manera no muy académica (de hecho, fíjense ustedes qué lengua tiene la gente, dicen que el padre de familia era abogado defensor de Julián Muñoz).
Una vez el servicio te abre la puerta, la madre de la familia te recibe en la biblioteca vistiendo abrigo de visón a pesar de los 22 grados de temperatura y el padre, para no ser menos, se pone sombrero aunque le caigan goterones de sudor por los lados de su reluciente calva. Entonces, se te hace pasar a la salita de té mientras se glosa a cada paso dónde se ha adquirido esta figura de porcelana o aquel busto de un artista moldavo perseguido por maldito y por pederasta. Ya en la sala, se te presenta al otro invitado de la tarde, un arbitro recién ascendido que, boquiabierto por el despliegue del nuevo rico, no dejó de vigilarnos en toda la tarde por si se nos ocurría robar la plata y que permitió que nos pusiéramos un gol (en fuera de juego) abajo incluso antes de que se sacara la bandeja de sandwiches de pepino.

No piensen ustedes que este invitado fue el culpable de lo que fue un descalabro de tarde, no, el problema fue nuestro equipo: a pesar de que somos nosotros los que por historia y linaje siempre hemos mirado a la familia del nuevo rico desde arriba, este cambio de posición en los últimos tiempos nos descoloca. No es fácil mantenerse impasible cuando te enseñan las fotos del crucero por el Caribe o del safari por Kenya sabiendo que tú hace algunos años que llevas veraneando en tu pueblo de Cuenca (que no veas que fresquitos pasamos el verano en casa de mi suegro).

A pesar de su dinero, el nuevo rico sorbe el té (aunque sea negro de Ceilán), moja los emparedados como si fueran sopas de pan y apoya los codos en la mesa mientras eructa, pero nosotros, gente bien educada y que no desentonamos en cualquier ambiente, nos hacemos pequeños, qué digo pequeños nos hacemos como Torrebruno antes de dar el estirón.

Mención aparte merecen los niños de la familia anfitriona, tienen varios y de varias edades y colores pero destacan dos de ellos por su mala educación, el mayor llamado Andrespalop (nótese que la familia pone nombres muy raros, dicen que babilonios, desde que estuvieron de weekend en Jordania) decidió que nadie iba a tomar una segunda taza (traída de Shangai, oiga) y perdió todo el tiempo que quiso. La más pequeña, llamada Diegocapel, obsequió a los presentes con un variado surtido de cabriolas, caídas sin que nadie le tocara y poses aprendidas en una escuela de expresión corporal de Tribeca (es la artista de la familia, apunta la madre, le ha salido a mi abuela que era cupletista).

Total, que poco antes de las siete se nos invitó a abandonar la casa y nos fuimos con una sensación de duda, no está claro qué va a pasar este año. El inicio esperanzador hacía pensar que volveríamos a estar donde debemos, es decir, mirando con condescendencia a estos nuevos ricos e incluso a esos otros de Castellón que han pegado el pelotazo con el azulejo, pero no se, no se. La clave será esperar porque el objetivo, no lo olvidemos, será que nos inviten a tomar el té el año que viene  en el Palace (junto a Neptuno, vamos) o en la propia Inglaterra (cuna de esta costumbre) en casa del Chelsea o del Arsenal.

sábado, 2 de octubre de 2010

Huelga general...bueno, no tanto

Con un día de retraso con respecto a la convocatoria a nivel nacional, se presentó el Atleti el jueves para jugar el segundo partido de la EuropaLij (léase junto y rápido) dispuesto a secundar la huelga que a nivel nacional vivimos un día antes.

El seguimiento de la huelga en el Calderón fue desigual, pero no desigual como lo ha sido en sus trabajos dónde solo faltó Martínez porque no le cogían la niña en la guardería y Peláez (el de Administración) porque tenía miedo de que le pincharan las ruedas del coche nuevo, no, fue desigual de verdad.

Para tal evento fueron invitados unos compañeros sindicalistas alemanes de Silesia y ya saben ustedes lo que pasa con los alemanes a nivel de trabajo, van todos a una arrasando con lo que se ponga en el camino, que esta gente no sabe lo que es la solidaridad ni la lucha de clases.

Como les decía, el seguimiento fue desigual y esto se reflejó muy bien por líneas, en la defensa por ejemplo, la huelga no fue secundada después de que el jefe de la patronal (Ujfalusi) levantase una ceja y mirase mal a sus compañeros cuando en el Comité de empresa disfrazado de charla técnica pre-partido alguno insinuó que todos deberían ir al paro. Tampoco la portería se sumó al paro, que ya se sabe que si acabas de firmar tu primer contrato en prácticas después de la beca, no está bien visto que no acudas a tu puesto bajo los palos.

En el medio del campo se habían negociado unos servicios mínimos, pero mínimos de verdad. Solo Assunçao pudo entrar sin problemas con la carta que le dio la empresa y miraba con reticencia a sus camaradas cuando él solo era el que corría, cortaba y hacía faltas para no dejar que impusieran sus ideas los activistas teutones.
Mención aparte merece Reyes, que debido a esa inteligencia que le caracteriza, volvió a dedicar la jornada de huelga a reivindicar que el fútbol no es un deporte en el que el objetivo es meter gol, sino que te hagan falta. Diríase que Reyes es ese empleado que, seguramente por falta de precisión en las instrucciones que recibe del jefe, dedica el día a la cata de cafés de máquina y el fotocopiado del libro de Álgebra de su hijo.

En la delantera se produjeron los incidentes más reseñables de la jornada de paro, Forlán se erigió en piquete informativo que miraba de reojo a los que intentaban correr cerca de él, le faltaban solo unas cuantas pegatinas y la pancarta, pero en el resto cumplió con las expectativas que crea cualquier liberado sindical. El pobre Diego Costa que representaba al pequeño comercio, tal vez por su aspecto de charcutero de mercado de abastos, se pasó el partido subiendo y bajando el cierre de la reja de su puesto ante los gritos de esquirol que el charrúa le dedicaba cada vez que intentaba algo. Da la sensación de que el uruguayo, que por otra parte se erige en patronal cuando juega en su selección, no acaba de asumir que la empresa (es decir la grada), ha elegido por aclamación como representante de los trabajadores a Agüero (quién por cierto secundó el paro debido a la entrada informativa que el piquete capitaneado por Gurpegi, de los altos hornos de Vizcaya, le hizo ya hace cuatro semanas, y sin sanción, no como Ujfalusi, del que se sospecha que está detrás de los últimos atentados en Pakistán).

Por fortuna, el liberado fue sustituido en el descanso, que ya sabemos que informar a los esquiroles da mucha sed y debe ser paliado no con bebidas isotónicas, no, sino con sol y sombra y carajillos compañeros, esperemos que en posteriores convocatorias no siga mermando el crédito que la empresa tiene en él, por otra parte y siendo justos, casi ilimitado.

Con su permiso me despido, que oigo acercarse una cacerolada informativa y no quiero que me pille aquí escribiendo estas líneas.