Los parones futbolísticos por partidos internacionales producen un efecto muy positivo en el turismo interior. Los aficionados marcan esos fines de semana en el calendario con rotulador rojo de punta gorda como candidatos ideales para irse con sus amigos de casa rural o para irse al pueblo a ver cómo van secando los chorizos de la matanza pasada. El hincha español ha sido siempre primero de su equipo y, a pesar del auge de la Roja tras las últimas hazañas, luego de la selección. Si a eso sumamos los innumerables y apasionantes partidos contra selecciones bálticas, balcánicas y otras repúblicas de nuevo cuño que sólo algunos elegidos podrían situar en un mapa político, comprenderán ustedes el por qué de ese afán de coger carretera y manta. Además, en esta ocasión, la vuelta de la competición ha sido más celebrada tras la incertidumbre por la amenaza de huelga por parte de la patronal del balompié.
Nuestros dirigentes, siempre velando por lo mejor para la sociedad anónima deportiva, querían ir a la huelga pero poco. Votaron a favor de la misma pero en sus declaraciones anunciaban que querían que no se suspendiese la jornada. Ya sabrán ustedes que nuestro presidente es hombre de firmes convicciones y de celebradas intervenciones en la prensa. También conocerán que las declaraciones de Cerezo hay que dejarlas reposar, como a la sopa castellana para que la clara del huevo cuaje. Que no admiten lectura rápida y que tomadas en frío pueden provocar empacho y meteorismo. Durante esta semana se ha prodigado en pregonar, incluso durante una premonitoria visita a la cárcel, que sí pero no, que blanco y también negro y que alto aunque de baja estatura, no quedando muy claro de qué lado de la pancarta está, ni si hay que llamarle esquirol o descontarle un día de empleo y sueldo. Si le preguntan ustedes a algún analista de verbo fácil como nuestro perifrástico entrenador, les dirá que la postura del club destaca por su ambivalencia, por su pluralidad y por incorporar a la vez el ying y el yang. Otros, unos descreídos entre los que me incluyo, describimos su postura con la sentencia que mi señora madre utiliza en estos casos: “¡A ver, que ni se muere padre, ni cenamos!”. Será que no somos tan sesudos y que pensamos que la horquilla en su gestión se mueve entre hacer lo peor para el equipo y lo más malo.
Volvió el fútbol para el Atleti en Pamplona, en ese estadio anteriormente conocido como el Sadar o el Sádar, que no está muy claro dónde habita la sílaba tónica. Volvió después de haber pasado mucho tiempo desde el anterior choque, por lo que no teníamos muy claro si estábamos inmersos en una buena racha, en una mala o en una racha ni fu ni fa de esas que sufrimos con más asiduidad de la deseable. Volvió tarde además, a pesar de que el pasado cambio de hora haga que parezca mucho más pronto. Muchos de los nuestros dejaron prácticamente la comida en la mesa para iniciar la operación regreso con tiempo de sobra para ver el partido en casa o en el bar, renunciando con ello a una larga sobremesa dominguera pero seguros de que un camión volcado en Tarancón o unas retenciones en El Espinar no les iba a impedir ver el encuentro.
Volvió el fútbol, y nos acomodamos delante de la tele con el pálpito de que en campos así, nuestro equipo se suele mostrar arrugado y timorato contradiciendo una historia que nos otorga un papel principal, de equipo grande. Los más avispados habrán caído en que en el Atleti ha mutado genéticamente en los últimos tiempos para nuestra desesperación. Podría decirse más, en el último año se ha convertido en un equipo de sensaciones y de costumbres por obra y gracia de nuestro técnico. Ése que, en vez de abroncar al equipo cuando pega un petardazo en campos de obligada victoria, saca al equipo a corretear por el monte cercano al Cerro del Espino en una suerte de castigo excursionista cuyo objetivo es aprehender las máximas sensaciones posibles.
Volvió el fútbol y se presentó el Atleti con esa camiseta que parece la del Capitán América tras pasar por una serigrafiadora estropeada. Para la ocasión, ese rapsoda metido a estratega que es el tío segundo de Elena Furiase sorprendió a todos, como no podía ser de otra manera, incluyendo como novedades en el equipo titular a tres exosasunistas, por lo de las costumbres, y a Diego Costa, tal vez por su pinta de aficionado a la chistorra, por lo de las sensaciones. ¿Y Domínguez? Pues, como de costumbre tenemos la sensación de que algo pasa con él. Salió también Reyes en la posición esa que saben ustedes que no gusta al que suscribe y a los fieles del sitio. Salió Osasuna dispuesto a demostrar que no es equipo de correteo, sino de carrera continua y presión agobiante desde tiempos de Iriguibel. Equipo de pañuelo rojo al cuello y periódico en la mano derecha que tiene impreso en su adn el vértigo de los encierros, ya desde que jugaba Dioni. Se encontraron los navarros con un gol tras varios avisos sobrevenidos por fallos de un elemento también muy típico de las fiestas pamplonicas, la charanga o banda. Pero no de música, no, la banda izquierda, en la que dos de los antiguos jugadores de la casa parecían toros de esos que salen sin ganas a los encierros, de esos que no cogen a nadie por muy fácil que se lo ponga un turista neozelandés empapado en vino de la tierra. Salvó también De Gea los muebles en un par de ocasiones, a pesar de esa pinta suya de ciudadano de Wisconsin despistado al que la policía foral mira con reticencia para ver si tiene que sacarlo del encierro por no tener la edad. Andaba peligroso el encierro cuando otro de los de pasado rojillo dio un gran pase a Costa que empató tal vez inmerecidamente.
Volvió el fútbol en la segunda parte y la cosa cambió. Ya se nos había pasado la resaca del comienzo, se empezó a ver a Reyes algo más participativo, se hicieron con los mandos Mario y Tiago y, sobre todo, se vio a Diego Costa. Diego Costa fue una de las apuestas de este verano tras ganarle la partida en la pretemporada a Salvio, ese jugador al que tan mal quedan las camisetas. Lo bueno de Diego Costa es que ofrece una alternativa diferente a los delanteros que tenemos, más partidarios del gambeteo, de la caída a banda y del disparo desde donde me apetece que de aguantar y jugar de nueve de toda la vida. Hasta ayer, muchos pensábamos si no habría sido una equivocación su elección tras solo ver detalles en los primeros partidos de la temporada. Pero ayer no, oigan. Ayer, ese delantero con pinta de secuaz de película de narcotraficantes, se destapó con un partido excepcional. Dio una lección de desmarque, aguantó el balón, sacó de quicio a los defensas y marcó dos goles más, tres en total que podrían haber sido cuatro si el pensador de Utrera le hubiese dejado tirar un penalti a él, cosa que en casos así parece adecuada y hasta elegante. De ahí al final, un penalti en contra de esos raritos, algún nervio, algún cambio incomprensible pero seguramente plagado de sensaciones, un árbitro muy malo y más de un cigarro de los debidos para aplacar la tensión.Tres puntos que acercan objetivos miserables. Esto es lo que hay.
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– Enrique, ¿cómo quieres el café?
– Pues un poco con leche y un poco solo. Y para mojar no sé si quiero algo o no, tal vez una magdalena. Mira, mejor tráeme los cereales que hoy me apetecen galletas.
¡¡Genial, Don Emilio!!. Anda que no ha tardado, el secuaz de película de narcotraficantes, en "darnos la razón" (*) a quienes pensábamos en verano que nos vendría bien, ¿eh?.
ResponderEliminarA quienes paseamos por la vida con cierta manía obsesiva por el hijo de la cuñada del Pescaílla, ésto nos viene estupendamente, para apuntar otro a la lista del "debe" o, visto de otra forma, en el haber, para su ya casi matemáticamente conseguido Récord Mundial de Devaluaciones de Jugadores en Un Sólo Año.
(*) Entrecomillo porque, a estas alturas, obviamente, ésto no es dar la razón ni es nada.
Sí, Don Fran, ésta asignatura era una de las que teníamos pendientes, me incluyo sin rubor entre los que pensaba que DC le venía mucho mejor al equipo que el nuevo ídolo de las Águilas. Hasta ahora habíamos estado agazapados sin hablar mucho para que nadie utilizara la hemeroteca como arma arrojadiza contra nosotros, pero ayer (por fin) se vió a un jugador que puede ser muy útil. No sé si para ocupar una plaza de extranjero y no creo que para quitarle un puesto que en el futuro debe ser para Borja, pero útil al fin y al cabo.
ResponderEliminarLo del primo de la creadora de Sarandonga no tiene nombre, si estuviéramos inmersos en una película ambientada tras el Telón de Acero sospecharíamos de él como agente doble, triple o mediopensionista, ¡qué capacidad para dilapidar el talento y vestirlo de esdrújulas!
Toda la razón en que estos findes son los señalados para escaparse. Mi caso es el que mencionas, y la selección queda en un muy segundo plano.
ResponderEliminarLos goles de Diego Costa muestran que debía haber disfrutado de más minutos, porque su comienzo de temporada (con Kun lesionado) no fue malo.
Y sobre que se había olvidado si veníamos de una racha buena o mala... Veníamos de perder con el Madrid. Y también hacía muchos años que después de ese palo no se ganaba.
Un saludo
Don Emilio, muy acertado el post, me ha gustado. He de decir que yo también aposté por DC en vez de Salvio, aunque hace un par de meses me arrepentí... no se debió quedar ninguno. Menos mal que no lo dije, hoy me estarían lloviendo palos.
ResponderEliminarYa sólo quedan 8 jornadas para esperar el comienzo de otra liga que habremos perdido en Noviembre, no me diga usted que es mal plan.
Yo creo que la gran mayoría pensamos que Diego era mejor opción que Salvio pensando en las necesidades del equipo y viendo la pretemporada. La duda que siempre nos quedará es si se podría haber aprovechado más, como apunta Don Fran. ¿No tienen ustedes esa sensación? ¡Qué cosas, nos lo ha pegado el ínclito!
ResponderEliminarDon José, hay rachas que es mejor olvidarlas cuanto antes y para esas cosas vienen muy bien los caciques con cola y los parones de selecciones.
Don Pablo, cierto es lo que dice. Éste es el horizonte que se nos abre, tan acostumbrados como estamos a despertar y asumir que la botella se medio vacia pronto cuando nosotros la veíamos tan llena y suficiente.
Un saludo a todos.
Con permiso
ResponderEliminarMe duele en el alma decir que Antonio Lopez no debe jugar en este equipo, no da el nivel
Respecto a Diego Costa no se sorprendan. En Julio se iba, en Agosto se quedó, En septiembre jugó titular varios partidos, en octubre ni convocado... les suena de algo? (Sarandonga, nos vamo a comé...)
Bonita historia don EMilio, permítame sumarme a su cohorte de admiradores sinceros
Permítanme dar la bienvenida y ejercer de maestro de ceremonias para Mr. Hopper. Atlético de bien y de solera y antiguo compañero de correrías afortunadamente reencontrado hace un par de días en la sección de frutas y verduras de la cadena de uno de los hermanos Roig (justo entre las fresas y las mandarinas). Está usted entre amigos y siéntase en su casa.
ResponderEliminar¡Qué legado el que nos deja QSF! No seremos capaces de ponderarlo debidamente hasta que psaen dos o tres generaciones...algo así como Fukushima o Chernobyl, pero aplicado a la estrategia futbolística.
Don Emilio:
ResponderEliminarQuique se sacó una alineación de la chistera que nadie esperaba. Lo puse de vuelta y media en el tuiter y luego me tuve que tragar mis palabras. En el fútbol si ganas, aciertas. Por más que nos parezcan extrañas algunas cosas.
Le diré también una apreciación más. Los sustitutos eran peores, en su mayoría, que los sustituidos. Lo que pasa es que están todos tan mal que lo mismo da que salga Forlán que Costa, García que Elías.
Lo de Juanfran es otra cosa. Me alegro por él. Se lo merece. Es un gran tío.
Y Diego Costa, se salió. Estuvo a lo grande. Hizo un partido de un delantero grande. Otra cosa es que pueda mantener ese nivel.
Un abrazo.
PD: parece que don Tomi nos tiene un poco olvidados.
Don Julio, no desfallezca en sus críticas al alineador compulsivo, es una cuestión de probabilidades. Algún día sale bien de tanto mover las piezas pero es algo parecido a lo del burro y la flauta.
ResponderEliminarDon Carabo puso en su blog que Don Tomi andaba de baja, pero que se estaba recuperando debidamente para volver a dar la guerra que siempre esperamos de él.
Un abrazo para todos y especialmente para el ciudadano más ilustre de Carabanchel, para que se recupere pronto y le volvamos a tener por aquí lo antes posible.
No se preocupen señores
ResponderEliminarEl domingo Juanfran y Diego Costa al banquillo como mínimo, para que recuperen sensaciones, Elías tendrá otros 45 minutos como mucho para demostrar lo que vale (si es que vale algo) y para la banda izquierda el que bajaba con Antonio Flores a pillar a mi barrio medita entre Valera, Joel y el hijo de la Pantoja, creo que son los unicos que faltan. Se admiten apuestas
Y Fran Mérida a jugar al B, Mr. Hopper, no lo olvide.
ResponderEliminar¿Saben lo más inquietante con respecto a nuestro relamido técnico?
Constatar que es el entrenador ideal para la pareja malversadora.
Me explico, por más que hablo con gente, leo blogs, foros, etc...solo me he topado con una o dos personas que le apoyan (y poco, no nos engañemos). Estamos ante un caso igual que el de Arroyito y Pozuelón, clamor popular contra ellos pero defensa acérrima por parte de la mayoría de la prensa. Pero aquí viene el punto débil de mi argumentación, aún sabiendo que la mayoría de los que le jalean lo hacen como reacción hacia los otros, ¿dónde coño están sus defensores? ¿esto es como escuchar a los Pecos, que los novios lo hacían pero no lo reconocían si no era escudados en la masa?
¿Qué tal,D.Emilio?
ResponderEliminarMuy entretenida,su crónica del último partido.Veamos si,teniendo algo más de continuidad,lo de Costa no haya sido un espejismo.
¿Lo de Cerezo?,me ha gustado mucho eso de "ir a la huelga pero poco".Es como lo de morirse,pero sólo un poquito(y no estoy pensando en nadie,eh).
Saludos.
¡Hombre Don Hércules, qué bueno tenerle por aquí!
ResponderEliminarYa sabe usted que siempre son bien recibidas sus opiniones desde Riazor.
Si tuviera que apostar, cosa harto difícil cuando hablamos de alineaciones y del método-rifa que sigue el sobrino de la Faraona para hacerlas, lo haría por que DC no juega el próximo partido, otro desplante a la Rubia y lío habemus.
Dice la prensa (es decir, entrecomillen todo lo que les quepa), que Quique ha comunicado que no continúa la próxima temporada. Hay que ver lo mal que está el paro.