viernes, 20 de abril de 2012

Hablemos de la camiseta...

Los alguaciles que guardaban la puerta del camino del Este pararon al viajero que se disponía a traspasar la muralla de la ciudad como tantos otros que iban a ofrecer sus mercaderías en días como ese y le miraron de arriba abajo como sólo sabían mirar los alguaciles en la antigüedad, lo que llevado a nuestros días sería la mirada propia de portero de discoteca cuando ve unos calcetines blancos con raquetas cruzadas.

– Maese…¿Émery? ¿De dónde proviene ese nombre? ¿Es vuesa merced normando? ¿Occitano? ¿De padres librepensadores y a la vez diletantes heráldicos? –inquirió uno de los guardianes con desconfianza.

– Pues no, querido amigo. Soy norteño pero vengo de Levante. Traigo a la ciudad mi repertorio de muecas y gestos desenfrenados. Me dedico a la venta itinerante de ilusiones y jugadas de estrategia, sé que suena pretencioso pero normalmente cumplo objetivos –respondió ufano el caminante mostrando una rapidez de manos propia de un extra de película de Bruce Lee.

– ¿Y qué le trae por estos pagos?

– Le cuento, a pesar de tener mi sede en Levante, allí mi arte anda bajo sospecha. No hay día que no me silben al pasar por la ribera del Turia, ni día que no me comparen por mis cambios con mi burro, aquí presente.

– Ya…Hablando del burro, y sin ánimo de establecer comparaciones équidas, ¿qué atesora usted en las alforjas del susodicho para que ande tan exigido físicamente?

– ¡Bah!, minucias…Fruslerías para vender de cara a llevar una escudilla de comida a la boca ¡Ah! Y también traigo telas, retales al peso de muy buen ver provenientes de los afamados telares de Valencia –confesó Maese Émery con franqueza.

– Pues nada, señor viajante ¡Ya se está usted dando la vuelta y retomando el camino hacia sus Levantes con viento fresco! Intentar colocar telas de Valencia con la bien sabida poca resistencia que tienen las mismas es de ser muy rufián. 

El repeinado buhonero dio media vuelta para volverse por donde vino. Quedaron los alguaciles comentando la poca vergüenza de aquellos que comercian con paños de Valencia:

– ¡Anda que..! Tiene tela el gachó…Mira que mentar la tela valenciana con la que está cayendo….Eso sí, ¡cómo movía las manos el tío!....



Venía el Valencia de Émery al Calderón y durante toda la semana no se ha hablado de otra cosa que no fuera de una camiseta. A unos les sigue escociendo el ultraje que supuso aquel agarrón que terminó en serbio destape de hace dos años. A otros, les extraña lo grabadas que quedan algunas imágenes en la memoria colectiva y lo volátiles que parecen otras como dos fueras de juego inexistentes pitados en contra en acciones de gol. Todos, desconfían desde entonces de la calidad de las zamarras fabricadas en el levante español hasta tal punto que prefieren comprar chinescas imitaciones de blazers malva de Zara para uniformar al equipo de la urbanización en el típico torneo canicular de veraneantes contra aborígenes que se celebra en cualquier pueblo de serranía. No se ha hablado casi nada de la irregularidad de los equipos, de lo que emociona meter un gol en campo contrario, ni de la importancia que la competición entre manos pudiera tener para tapar vergüenzas clasificatorias. De eso nada. Si hay que hablar de algo, hablemos de la camiseta.

Puestos a hablar camisetas, hablemos de la nuestra. Hablemos de ella, del peso que parece dejar sobre hombros no demasiado preparados para llevarla, de lo resistente que es para soportar el pisoteo que la gerencia perpetra contra ella, de lo sufrida que fue cuando la mancharon con publicidad de películas de palomita acaramelada. Hablemos de que muchas veces no reconocemos los valores que se presuponen en los que se la enfundan, pero hablemos también de otros días como ayer en los que sobre el campo parecía que hubiera muchas más de once. Hablemos de un entrenador que la respeta y sabe lo que significa. Hablemos de la especial sensación que debe suponer sudarla hasta la extenuación mientras la grada corea tu nombre. Hablemos, hablemos…

Puede que hiciera noche de camiseta sobre sudadera y también de camiseta interior para los que se acercaron al Calderón, pero sobre el campo sobraba todo lo que no fuera la zamarra rojiblanca. Salió el Atleti desatado, ávido. Vimos al Atleti como en muchos años no lo habíamos visto. Salió el Atleti sin publicidades cambiantes en la elástica. Fue a por el partido de cara y a tumba abierta. Se veía al equipo enchufado y Arda Turán más. Los primeros veinticinco minutos del equipo fueron maravillosos, pero lo del turco fue de órdago. Tras varias incursiones percutiendo por la izquierda, fabricó un gol que tuvo control malabar, autopase casi largo y pillería marca de la casa que Falcao cabeceó a las mallas con la eficiencia acostumbrada. No crean que los nuestros se fueron a guardar la renta a su área, no. Seguía el equipo desmelenado, ganando cada duelo y cada porfía ante un Valencia superado. Quiso el fútbol, tan injusto tantas veces, que los visitantes se llevaran un gol en el descuento de la única manera en la que parecían poder hacer algo de daño, a balón parado. Se vino el descanso encima con ese agridulce sabor del mal resultado pero del buen juego. Los aficionados se estiraron las mangas de las camisetas para engañar a la fresca noche, muchos niños empezaron a entender lo que significa esa camiseta que le ponen sus padres y Gabi echó a lavar la suya, llena de sudor por la inmensidad de kilómetros recorridos y de sangre por la intensidad de la batalla a codo limpio.

Salieron los equipos al campo tras el paréntesis y volvió el Atleti a morder. Volvió a ser la rojiblanca omnipresente. Se marcó un segundo casi en remate colectivo. Se marcó un tercero con esa pasmosa facilidad que tiene Adrián para hacer sencillo lo complicado y se marcó un cuarto que hubiera propiciado el lanzamiento de una cartilla de cupones para la adquisición de cuberterías y vajillas conmemorativas con la cara del ejecutor, si éste hubiera acaecido un poco más al norte de la ciudad. La afición se besaba el escudo de la camiseta y se persignaba teatralmente ante la transformación de los suyos. Los más viejos se permitieron sonreír abiertamente tras tantos lances de boca apretada y los más jóvenes empezaban a comprender por qué somos del Atleti a pesar de todo lo que ustedes ya saben. 

Imposible destacar a alguno por encima de los demás sin pecar de injusto: un descomunal Falcao, un brillante Adrián, un desconocido por su atrevimiento Filipe, un inconmensurable Gabi, un omnipresente aunque algo sobreactuado Diego, un internacional ya Juanfran, un Arda que enamora, un meritorio Miranda, un Domínguez que parece volver a ser lo que iba a ser, un Mario al que casi le perdonamos los pases a la nada por su lucha y los balones que robó y un Courtois al que se le está criticando por la helada jarra que nos cayó en lo alto cuando la fiesta tocaba a su fin. Podríamos discutir ustedes y yo sobre si en estos goles de ayer o en los de aquel otro día hubiera podido hacer más y a lo mejor hasta llegábamos a un entente cordial, pero puestos a discutir sobre porteros cedidos, mejor hablemos sobre la idoneidad de traer a becarios para otras empresas con derecho a minutada y dejemos tranquilo al belga.  

Nos dejó cara de tontos el desenlace del encuentro. Nos dejó bien pero mal. Los que tras el golazo de Falcao empezaron a buscar vuelos a Bucarest por internet, anularon la transacción cuando ya sólo les faltaba meter la fecha de expiración de la tarjeta de crédito. Habrá que ir a Mestalla sin esa suficiencia de saber que los deberes están hechos, pero habrá que ir agarrándose a la dinámica que pudiera dejar el partido de ayer. Tal vez se pasará mal o a lo mejor será una noche de relajo y disfrute. Lo que es seguro es que el jueves que viene nos volveremos a poner la camiseta con esos alegres colores rojo y blanco y lo haremos con el orgullo con el que siempre lo hacemos y con un poquito más por saber que hay días en los que esos a los que pagan por ponérsela entienden realmente lo que significa. 

14 comentarios:

  1. Se encendió la luz, se abrió el telón y ¡Oh! Sorpresa: el equipo sabe jugar al fútbol.
    Qué partidazo don Emilio, el mejor del Atleti en muchos años si tenemos en cuenta el rival y el contexto en el que se jugó. Los laterales parecían extremos, los centrales no se complicaron, Mario y Gabi no parecían Mario y Gabi, Arda y Diego fueron dos artistas y Adrián y Falcao dos colosos. Si hasta me hizo saltar una lágrima el colombiano con su gol.
    Todo el partido nos llevaría a un análisis apoteósico y, sin embargo, nos vamos al partido de vuelta con el culete un tanto encogido por ese último gol en ese último minuto después de ese último piscinazo de Piatti que hubiese supuesto falta a nuestro favor y tarjeta para el teatrero. Pero no vamos hoy a llorar la mala suerte ni a asustarnos por el resultado por más que sepamos que si el Valencia marca un gol rápido se nos puede hacer el partido muy largo.
    Estamos para confiar en que el Atleti que juegue en Mestalla vuelva a honrar la camiseta, pero que no lo haga sólo en Mestalla si no que aprenda a hacerlo a diario y que, si pierde, que pierda con orgullo y no como lo hizo en la última vez que jugamos en Valencia ante el rival de los de anoche: haciendo el ridículo.
    Era una noche para reencontrarse y entre todos lo hicimos. Reconocimos al Atleti después de mucho tiempo. A ver si no es flor de un día. O de una primavera, claro, o de lo que tarde en llegar el calor y los dos de arriba se adhieran a las rebajas de los grandes almacenes y pongan el cartel de "se vende" a todos aquellos que ayer nos hicieron pasar una de las mejores noches de nuestra vida.

    Un abrazo, Don Emilio, y perdón por la extensión, pero partidos como los de anoche se ven muy de vez en cuando por estos lares. La ocasión, y el gran post, merecían extendida respuesta.

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    1. Nada que perdonar, Don Pablo, agradecer siempre su presencia.

      Dice usted algo muy importante, el reconocimiento. Sí, eso fue lo que nos dejó realmente el partido: hemos vuelto a reconocer a ese Atleti que pensábamos perdido, ése que tan esquivo es para los jóvenes que no han visto otra cosa.

      Muchas veces nos hemos dado de bruces con la realidad para pensar que esto será un punto de inflexión tras el que no volveremos a ver partidos que sonrojan, pero algo sí me queda claro: de la mano de Simeone se puede andar un camino de recuperación de ciertas cosas olvidadas...

      Un abrazo.

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  2. Me encanto el partido, lo viví a 200 pulsaciones, pero el fallo de Courtois me hizo salir del campo con la sensación del que ha nadado mucho para quedarse en la orilla, no recordaba con tanto júbilo el gol de Radamel, ni los cortes y recortes del turco de mis amores... supongo que la experiencia de estos años me hace ser cauto y saber que después de la tormenta siempre llega la calma, y aunque el valencia se reconozca por su gen de autodestrucción, puede marcar pronto y propinarnos un par de guantadas de canguelo... espero que no, en Hannover aguantamos muy bien, sin sobresaltos, y creo que la inclusión de Tiago en la vuelta para controlar un poco más la salida del balón será fundamental.

    Por cierto, Dios bendiga a Gabi, que se marcó su mejor partido con la rojiblanca, que derroche de corazón, y de calidad ofreciéndose para tocar y siempre dispuesto a cortat, ¡Bravo Gabriel!

    PD: Ayer en la radio dijeron que los Giles manejaban ofertas por Arda, los dos delanteros... bla bla bla con tal de distraer la atención. Lo peor de todo es que me preocupé, el Gestor del año es capaz de cualquier cosa con tal de comprar el galardón de nuevo!

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  3. Gabi estuvo inconmensurable en todo ayer. En el corte y en la salida del balón, en tapar y en destapar. Estaba el tío en todos lados y hasta incluso en la enfermería...La verdad es que lo estuvieron todos y nos hicieron vivir un encuentro de emociones que huelen a otros tiempos. Gracias por ello.

    Sí, supongo que tras partidos como el de ayer, la gerencia se frotó las manos pensando en lo que puede recaudar vendiendo hasta los banderines de corner..

    Saludos

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  4. Pues a mi me da por ser positivo, que quiere que le diga.
    ¿Y si dejan al Cholo seguir trabajando con este grupo? ¿Y si solo se ficha a un par de retoques que mejoren lo que hay y se tira de cantera para completar? ¿Y si empiezan a jugar como ayer todos los dias? ¿Y si hay un accidente fatal en la M-30 en el momento y lugar idóneo? ¿y si a del peluquín le da por acompañar al vizco ese día?

    En cuanto a lo de ayer, homérico partido, hay quién dice que el gol postrero nos viene bien para no relajarnos, y que hace dos años empatamos todos los partidos de ida y resolvimos en la vuelta a domicilio. Si es que nos va la marcha...

    Fuerte abrazo desde la emoción, contenida claro

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  5. Pese al optimismo casi desbocado que nos embarga hoy, desgraciadamente no dejarán a Cholo trabajar y perfeccionar con este grupo. Se hablará de que los jugadores quieren irse, de que hacienda somos todos o de que la abuela ha vuelto a caer en el feo vicio de encenderse cigarrillos a escondidas.

    Me encantaría equivocarme, pero creo que, de los cuatro de delante, tenemos el año que viene a dos en el mejor de los casos...

    Abrazos desde el optimismo deportivo y la más absoluta miseria institucional.

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  6. Un equipo de retales, de compras a medias, de Erasmus, de cedidos...una afición desnortada y veleta que lo mismo pita la honra que aplaude el teatro...una ¿dirigencia? cancerígena y casposa, lo peor del mundo del fútbol...y sin embargo...
    Sin embargo hay días de orgullo, días en los que te reconoces, en los que ves tus ganas, tus deseos de victoria reflejados en el campo. Días en los que, si, este es mi Atlético de Madrid.
    No debe ser bueno para el corazón tanto altibajo. Hace una semana los nubarrones eran negros y ahora luce el sol.
    Se lo van a cargar todo, lo se. Ya lo hicieron. Pero no van a poder con nosotros. No mientras se sigan viviendo cosas así.
    Y aunque con algún matiz, daría las gracias a todos los jugadores por el enorme espectáculo que dieron ayer. Y al Cholo. Y a la madre que lo parió.
    Y por supuesto a Vd., D. Emilio. Estos ratos son impagables, oiga.

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  7. Yo les daría las gracias casi sin matices. Nos hicieron pasar un rato inolvidable y nos permitió trasladarnos en el tiempo a otras épocas, solo por eso lo merecen.

    Y lo merece sobre todo el Cholo. Pagaría por haber podido oír la charla del descanso, salieron absolutamente desatados...

    Buenos días (ya casi finalizados)...

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    1. Si, esa charla tuvo que ser de antología, porque quien mas quien menos, pensó que el injusto gol de la primera parte era el clavo de nuestra cruz.
      Pero no, oiga. La salida después del descanso, ese vendaval, es un mérito enorme del Cholo.
      Ferviente cholista soy. Ya lo era, pero esto de ayer me vuelve cuasi talibán.
      Le diría buenas tardes, pero todavía no he comido...¿Buenos mediodias?

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    2. Me apunte usted a Cholista también pero siempre después en mis preferencias que lo de ser Ardaturanista....

      Buenas tardes...

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  8. Pues yo fui de los que se quedó con cara de tonto cuando terminó el partido. El Atleti debería haber ganado por 4 a 0 y empezar a sacar los billetes a Bucarest desde hoy mismo, pero miren, no somos capaces de finiquitar al rival. Tenemos un buen corazón. Es así.

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    1. Y le están dando estopa a Cugtuá por ello, no crea. Estuvo desafortunado pero tampoco merece que le señalen...tiene 20 años, oigan.

      Abrazos

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  9. Día para sentirse orgulloso.Y redundar en lo que ya apuntan uds,¿qué no sería capaz de hacer el Cholo,con un poco de raciocinio en los despachos este verano?.

    Y en eso estoy con ud.,D.Emilio.Nos la vuelven a liar.Bah,casi mejor no pensarlo,disfrutar del presente,y que salga el sol por Antequera.

    SALUDOS.

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    1. Pues no pide usted nada, ¡raciocinio!

      Como pedir peras al olmo o masculinidad a Mª José Gutiérrez, Guti

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