lunes, 20 de enero de 2014

Cocidos maragatos y penaltitos

Hoy empezaremos al revés. Por el final, como en el cocido maragato. Hoy la primera imagen que se dibuja es la de un equipo volcado al ataque en el que mandan los corazones y las tripas sobre las cabezas y, sobre todo, las piernas. Cosas que ocurren cuando el oxígeno falta, cuando la frescura física se ha marchitado tras varias semanas avisando. Achuchaba el equipo derrochando lo que no tenía pero de manera plana, facilitando al rival la tarea. Balones al área que nacían ya sin convencimiento de llegar a nada. Rebotes que no favorecían y una pizca de impotencia, sí, por qué no decirlo.


Asediaba el equipo a un rival vestido con una camiseta que mezclaba con poco gusto al Borussia de Dortmund y a un equipo de la liga municipal patrocinado por Bar Casa Cipriano porque las circunstancias le habían llevado a ello. Atacaba el equipo y pensaba mientras lo hacía en que el guión soñado no era ese, era otro en el que tocaba más guardar la ropa que nadar. Cambió el guión y la cara del respetable por un penaltito. Uno pequeño y escuchimizado. Uno que cuando llega a la consulta del pediatra de penalties hace que el doctor recomiende a sus padres un reconstituyente y que le dé el aire puro. Lleven a la sierra a este penalti, le vendrá bien, dice muy serio el pediatra tras anotar que el penalti está en un percentil bajísimo de altura y de peso. Salen los padres de la consulta preocupados y abrochan el abrigo de dos tallas menos de la que por edad la tocaría al penaltito, no vaya a constiparse. Le ponen una bufanda y unas manoplas de colores vivos y se van al parque a ver si el penaltito quiere jugar un poco con otros penaltis de su edad, aunque le saquen dos cabezas y varios cuerpos. Se sienta el esmirriado penalti en el arenero y el resto de penaltis que juegan en el parque se burlan de él por enano y por poca cosa, pero no por no ser un penalti, que lo es y que lo fue. Tonto y minúsculo. Inútil e innecesario, pero serlo lo fue…




Llegó el diminuto penaltito tras varios minutos de dominio del equipo vestido de Borussia de Casa Cipriano y con el Atleti atrincherado en su seguridad defensiva pero olvidando el ataque, tal vez por falta de fuelle. Jugó el equipo con fuego y tuvo el partido fases que recordaron al de Villarreal, se entreveía que podía llegar algo malo, fuera gol por la escuadra o penaltito raquítico. Confiaba el equipo en la solidez de la retaguardia y sobre todo en Miranda, que no necesita tanto físico para demostrar lo enorme que es. Miraba uno al campo y veía a unos laterales que subían menos, a un Diego Costa al que le falta algo de la potencia exuberante de pasadas fechas, a un Gabi que no puede multiplicarse tanto, a un Koke que es menos Koke últimamente y a un Arda acalambrado. Pensaba el aficionado en picos y valles de forma, en rotaciones olvidadas tal vez por demasiado arriesgadas y asumió como consecuencia lógica de lo contemplado el desenlace del penaltito con hechuras de pigmeo.


Todo lo referido anteriormente aconteció en la segunda parte, la primera fue otra cosa. No una cosa para tirar cohetes ni para rasgarse la camisa y pedir otra ronda de lo mismo, pero fue otra cosa. Otra cosa también es lo que ayer mostró Villa en el campo. Suyo fue el gol tras la enésima jugada a balón parado de la que se recoge frutos y en general estuvo mejor que en anteriores citas, más participativo e incisivo. La afición, que le espera, recolectó motivos para no desesperarse con él, algo que estaba sucediendo últimamente. Se puso el Atleti por delante sin alharacas pero con suficiencia. Sin arrollar al rival pero llevando la manija del encuentro, mandando con la connivencia del Borussia de barrio, que estuvo timorato durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Jugaba el Atleti quizás de manera más directa, menos controlada, lo que algunos entendidos achacan a la presencia de Koke en el mediocentro, y bastaba con ese juego poco romántico y con la amenaza de Costa, Villa y Raúl García para que reservón rival se mantuviera a raya. No aplasta este Atleti a los rivales como hace ya algo de tiempo, pero se le respeta, especialmente en el Calderón. En ocasiones ese respeto y cuatro o cinco cositas más da para llevarse un partido y tres puntos como quien no quiere la cosa, pero en otras no. En otras los puntos vuelan y da rabia verlos irse como un globo que escapa al cielo y más cuando los puntos hubieran valido para hacer cima en la clasificación, para colocarse arriba en soledad. Mirando hacia abajo a todos los demás.


Hay veces que las cosas salen al revés, como el cocido maragato, y hay que explicarlas de esa manera. No es que salga todo mal pero sale todo raro. Te pones por delante, reculas un poco y luego tienes que achuchar de nuevo cuando ya no quedan piernas para hacerlo por obra y gracia de un penaltito. Un penaltito microscópico y menudo que tuvo que pasar dos o tres veces ante nuestros ojos para que nos fijáramos en él, sí, pero penalti al fin y al cabo.

4 comentarios:

  1. En el combate, D. Emilio, es importante reducir silueta para que no te peguen un tiro. Hacerte pequeño dificulta al tirador hacer blanco y aplicarte un plomazo entre ceja y ceja.
    Salvo que ese tirador de élite se llame Hernandez Hernandez, que desprecia elefantes para cazar ratones. Vió el penaltito esmirriao y no el penaltazo sublime. Supongo que en cuestiones de vista el estirón a una amarilla resaltará mas que una rojiblanca. O que el susodicho es natural de Daltonia, quién sabe...
    Sea como fuere, se nos vuelan dos puntos y el liderato en solitario. Quizá sea una buena forma de reducir silueta y andar agazapdo entre las ansiosas barrigas de los dos mastodontes mientras recuperamos el resuello, que últimamente parece que falta.
    Esta siendo un mes muy exigente tanto en Liga como en Copa y lo que te rondaré morena. El Cholo (we trust, naturalmente) confía en 13 o 14 jugadores. Yo no lo veo suficiente, pero no estoy en su cabeza para ver su plan. Queda esperar y ver.
    Aún enfadado (levemente) por las circunstancias, estamos ahí. En la pomada. En lo mas alto. Y dando guerra, que viendo las reacciones de los rivales, es algo importante y les fastidia. No somos simpáticos. No deberíamos haberlo sido nunca.

    Buenos dias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Probablemente se esté más calentito en el liderato pero compartido, que estando solos en cabeza, el aire y las palabras pegan de frente haciendo algo más de daño.

      Dios me libre de poner en duda cualquier asunto que lleve el Cholo, pero creo que ha habido partidos para rotar, nada de extremismos, quizás solo dos o tres piezas si el tiempo y el rival lo hubieran permitido. Aun así, incluso pudiendo haber distribuido los minutos de manera más racional, eso no garantiza que el equipo no pegue un bajón, la gente que sabe de preparaciones físicas dice siempre que es imposible mantener picos de nueve meses. Lo que está haciendo este equipo es una absoluta heroicidad con una plantilla más profunda que otros años pero aún así insuficiente para batallar con equipos que se pueden gastar treinta millones de euros para sentarlos en banquillos. Habrá que ver y esperar, como dice usted, y valorar también, que lo merece.

      Buenos días

      Eliminar
  2. Buenos días Don Emilio, fiel refejo de lo vivido y visto ayer en el Calderón. Creo que el equipo anda justo de fuerzas y se me viene a la mente aquellas cuestas de enero a las que llegábamos pensando en europa leagues que engancharnos para no volver a caer en el rídiculo.

    Sin embargo aún con el bajón, seguimos ahí, Sí en la cima con 51 puntos igualados con el mejor club del sigo XXI y sacando un punto al mejor del siglo XX. Nosotros que nos somos lo mejores en ningún siglo ni falta que nos hace.

    El calendario se empina (en términos ciclístícos) con lo que se nos viene encima, pero sigo confiando en el Cholo, en el Mono, en el Profe y esos que visten y defienden la rojiblanca hasta la extenuación.

    Ruego disculpes mi osadía para coger esta crónica y ponerla en laviaenrojiblanco, siempre falta de autores brillantes que nos cuenten la verdad sin forofismos ni lamentaciones inmenrecidas.

    Gracias Don Emilio por dejarme leer una crónica de verdad y no la publicada en panfletos con tias semidesnudas u opiniones de látigos enfermos,

    Un caluroso abrazo rojiblanco en estos tiempos !!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Diga usted que sí. El equipo no está como hace un par de meses pero ahí está. Luchando contra molinos que son gigantes, igualando una pelea desigual por definición. Molestando, empezando a ser antipáticos, por algo será.

      Ya sabe usted que puede coger lo que quiera para LVR. Faltaría más.

      Un abrazo

      Eliminar