jueves, 29 de septiembre de 2011

Dudas razonables

He de confesar que hoy no tenía previsto contarles nada. Lo admito, tenía pensado parir algo mañana o pasado después de reposar lo que nuestro Atleti haga esta noche en Francia. Pero, miren por dónde, les vengo a pedir su colaboración. Vivo rodeado de dudas. No sobre las dudas que nos pudieran asaltar ante las prestaciones que nuestro equipo pudiera ofrecer hoy, no. Intentaremos dar un voto de confianza y pensaremos que lo del pasado fin de semana será un borrón doloroso, más por la rendición mostrada desde el inicio que por el abultado resultado en contra. Ya les digo, hoy no toca, centrémonos en otro tipo de dudas.

Les pongo en antecedentes, echaba uno la noche mirando de refilón un partido de Champions en el que un equipo español se fajaba contra otro de la Gran Bretaña. Unos iban de blanco, hecho que siempre me ha inclinado a apoyar al equipo contrincante, y otros de azul, hasta ahí poco más que reseñar. Aportaré también que la principal razón por la que uno va con los de azul, que nunca me han caído del todo simpáticos, es la presencia de uno de los nuestros. Alegaré en mi defensa también que, siempre que uno tiene oportunidad, intenta ver partidos del equipo azulado con el exclusivo objetivo de ser testigo de un gran partido del número nueve. Añado que, como consecuencia de ese seguimiento que les cuento, uno ve que cada día se encuentra más suelto, que cada día se acerca más a lo que él puede dar y que se empieza a encontrar más cómodo, ya dejados atrás momentos de lesiones inoportunas y de adaptaciones nunca fáciles. Aún así no piensen que las dudas que me sobrevinieron como gases tras un consumo excesivo de legumbres estofadas provienen de su rendimiento o de su valía. No, no. Ahí, uno no tiene la más mínima. Uno de los grandes es lo que él es, independientemente de estados de forma, de rachas o de gestos feos que marqueses de nuevo cuño le hagan.



Continuaba la noche plácidamente hasta el preciso instante en el que el delantero centro del equipo británico abandonaba el campo para dejar sitio a un compañero de pasado tenebroso. Entonces, la afición del equipo español despidió al rubio compatriota entre una sonora pita. Sostenida, casi unánime, a mi juicio injusta. Tal vez hubiera encontrado justificación si el equipo de blanco fuera otro y su afición le hubiera despedido de tal manera en base a una rivalidad difícil de ocultar aunque edulcorada en los últimos tiempos por obra y gracia de la desigualdad que admiten y potencian los gestores que rigen el destino de nuestro equipo. Pero no, no fue el caso. El caso es que pasados unos segundos llamaron a la puerta y uno tuvo que ir a abrir con fastidio por si se le enfriaba la menestra. En el rellano me encontré con varias dudas que tras presentarse educadamente, accedieron a mi hogar con ánimo de quedarse. Dada su intención, me vi obligado a hacer una tortilla francesa de emergencia y a habilitar una cama plegable para que pasaran la noche lo más dignamente posible.

Ésta mañana, y ya antes de que saliera el sol, me las he encontrado en la cocina trasteando y han preparado zumo de naranja y tostadas para todos, lo que es un detalle de agradecer, pero me he visto obligado a inquirirles en tono calmado cuál era el fin último de su presencia. Me han dicho que se presentaron de improviso ante mi no entendimiento por el trato dispensando al futbolista. Comentaron que antes que conmigo han compartido techo con otros que no aciertan a comprender por qué el jugador que metió el gol de la final del Mundial se despide entre ovaciones en casi todos los campos y éste otro se marcha sin ni siquiera una burda división de opiniones a pesar de marcar el gol de la final de la Eurocopa. Las dudas me han informado de que han abierto una línea de investigación para constatar si puede ser que a la gente le gusten más los helados Kalise que los refrescos que oferta Pepsi (o Pesi, como nos gusta decir a algunos). Barajan también la hipótesis de que lo europeo se percibe como provinciano y lo mundial como cosmopolita y globalizado, torneos de selecciones incluidos. No descartan que a la población le haga más gracia el nombre de Fuentealbilla que el de Fuenlabrada aunque compartan la misma raíz. Aún así, ellas mismas admiten que son casi todo conjeturas y que se quedarán conmigo hasta que resuelvan el entuerto. Es por ello por lo que pido su colaboración. No es que me molesten especialmente, pero no me negarán que no está uno igual de cómodo cuando hay visita en casa, aunque solo sea por el sobrevalorado hecho de no poder pasearse en calzoncillos. Sé que no será fácil, pero tengo que encontrar una explicación. Aunque debo confesar que, por si las moscas, acabo de solicitar el empadronamiento de las dudas en mi casa. Me da que tardaremos en saber el por qué. 

8 comentarios:

  1. PRENSA.Para mí,es la clave.

    Supongo que ante cualquier dilema,casi nunca hay una explicación única.Suelen darse una suma de diferentes motivos,unos con más peso que otros.En este caso,pesa mucho el trato que le dispensa la prensa a nuestro chico.

    Y,de dicho trato,a mí me resulta especialmente injusto,más que lo que se dice(opiniones sobre la calidad de Fernando,comparaciones futbolísticas con tal o cual,que normalmente no merecen la pena,ni pararse en ellas),lo que no se dice,que es precisamente lo que considero más destacable de Torres:

    Su ejemplaridad como profesional de esto,y como persona.Rasgos estos,siempre destacados en otro jugador madrileño que anda por las germanias,y utilizados para hacerle destacar,al susodicho ex-blanquillo,por encima de lo divino y lo humano.

    Y del nuestro,qué?. Parece que solo interesase vender la imagen del "ambicioso que se fue,para ganar títulos en otro lado,dejando tirado a su equipo"(y que,estúpidamente,parte de la afición,se traga).

    Esa es,a mi parecer,la parte más injusta del asuntos.

    Como siempre,entretenido artículo,sin DUDA,el suyo.

    Saludos(también a las dudas).

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  2. Sin duda (valgan redundancias, se lo ruego), la prensa es el pilar en el que se sustenta el ninguneo de Torres. Coincido con usted en que pasan los años e, injustamente, el público en general no es consciente de su impacto en el mercado anglosajón, por poner un ejemplo. Fíjense en el recibimiento a España en Sudáfrica y quién era el conocido (pobre Sergio Ramos, le costó más de una sesión de terapia cognitiva).

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  3. Buenos días D. Emilio.

    Una vez más debo decir que me gusta su artículo.

    Además de las razones que expone D. Charly, con quien estoy muy de acuerdo, a mi modo de ver hay otra que nos acompaña (como a usted sus dudas) a los que vivimos en estas tierras. Me refiero a la envidia. Creo que a D. Fernando Torres no se le perdona su profesionalidad ni su discreción, pero tampoco que tenga los dos primeros puestos en el record de traspaso de un jugador español (cuando fichó por el Liverpool y por el Chelsea) proviniendo de un club "menor" (aclaro, ninguno de los dos poderosos) y sin estar tocado por el nirvana del tiqui-taca (no es uno de los gnomos del Farsa ni supernova del Trampas).

    Como tiendo a flagelarme con los comentarios a las noticias en Internet, he observado que, si hay un español que destaca, lo suyo es darle hasta en el carnet de identidad. Lo he visto con D. Fernando Torres, con D. Fernando Alonso, con D. Pau Gasol, con D. Rafael Nadal, pero en todos los casos se observa una característica común, son reconocidos profesionalmente allende nuestras fronteras. Probablemente, si se llamara Ferdinand Towers o fuera sudamericano o alemán o de donde sea, los mismos que le ponen a caldo, hablarían maravillas de su fútbol y de las posibilidades de traerlo en diciembre a uno de los dos poderosos.

    Como dejó de ser un deporte para ser un negocio de venta de camisetas o intermediación, pues es lo que tiene. Y la prensa tiene que vender periódicos o aumentar sus índices de audiencia.

    Por cierto, aparte de menospreciar a D. Fernando (a otros jugadores en situación similar les ha arropado), el marqués (que me está decepcionando como persona) está pensando en incorporar a la selección a otro no nacido en España (Perotti, del Sevilla). Así añadirá damnificados a la lista (lease David Silva, etc.), entre los que no juegan en los dos poderosos. Estos son intocables.

    Que tenga un buen día.

    PD. Yo a la envidia no la he dejado ni empadronarse en mi casa. Las dudas ya forman parte de la unidad familiar.

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  4. Es que hay algo que ustedes deslizan y que no debe dejarse de tener en cuenta:Torres es un mal cliente para aquel que pretenda sacar de él algún tipo de titular. Ha demostrado que, tanto en buenos momentos como en malos, no sale de su boca una sola palabra que sirva para sacarla de contexto y vender unos cuantos periódicos

    ¿En qué momento dejaron los medios de informar sobre meros hechos deportivos y se preocuparon más de dar cancha al arrogante, al macarra o al analfabeto con el solo fin de vender más?

    PD1: No está claro que pueda escribir algo sobre lo de ayer en Rennes. Si de por sí, ustedes demuestran una paciencia infinita, lo que podría ocurrir si me lanzara al ruedo con los 38 de fiebre que se me han subido, sería de beatificación para el lector.

    PD2: ¿A usted le ha valido el empadronamiento de las dudas como justificante para aparcar en zona verde?

    PD3:¿Perotti? Ya veo al señor marqués poniéndole de libre para evitar el debut de Domínguez y Botía

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  5. Casi mejor que se salte ud, el partido de ayer,en la Galia.No malgaste energía en algo que,para mí,se traduce en: lo mismo que en Barcelona,pero frente a 11 buenos atletas(si fuesen buenos futbolistas,la cosa hubiese sido trágica).

    A recuperarse,que lo del domingo sí promete emociones fuertes.

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  6. A mi lo que más me preocupó del partido de ayer es la familiaridad. Me explico, el partido es exactamente igual que los de Gijón o Levante de la temporada pasada o el de Santander de hace dos años. Plano, sin actitud y sin sola una jugada que llevarse a la boca...

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  7. Cuando en un partido el mejor es Salvio no tiene sentido el sesudo análisis. Uno puede directamente irse a la medicina tradicional: arroparse en una manta abrigada con una botella de coñac y esperar a que la cosa amaine.

    Lo de las críticas a Torres tiene su vertiente positiva. A mí me sirve de mecanismo de precisión para detectar mediocres e iletrados futbolísticos que creen que saber de deportes es tragarse sin rechistar a los manolos de cuatro (y luego relamerse, como en cualquier película porno sin pretensiones de ser chic).

    Con Mister&Cobarder -AKA el Marqués- la forma más fácil de ir a la selección es tener la doble nacionalidad de cualquier país, y amenazar que lo msimo en vez de con España prefieres jugar con Antigua y Barbuda (me refiero al país, no a la madre de Gilmarín). Como merengón, Delbosque no puede evitar querer "adueñarse" del jugador por si acaso un día resulta ser bueno, así que lo levará al menos una vez para que otro no lo llame. Más o menos lo que hicieron en el madrí con Canales, Pedro León o Callejón, que obviamente no iban a jugar para ellos (pero tampoco en contra, que es lo que importa).

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  8. Lo de levar a los jugadores a la selección es errata, pero la verdad es que su sonoridad medieval (esas levas ciudadanas...) viene al caso cuando el que dirige el cotarro es un noble de nuevo abolengo y rancio cuño.

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