Empezó la
liga y lo hizo casi sin que la afición estuviera preparada para ello. Empezó antes
que nunca, antes de operaciones retornos, de vueltas al cole y mucho antes de
que se vayan a tomar por donde amargan los pepinos las olas de calores
saharianos. Empezó y lo hizo con horario de pregón en la plaza del pueblo,
empezó pronto en la fecha y muy tarde en la hora, como si fuera una tanda de
penaltis en una semifinal del trofeo Carranza. Empezó y varios tuvieron que
elegir entre el fútbol a deshora o ir a ver los fuegos artificiales de fin de
fiestas. Tú avísame cuando vaya a explotar la palmera y ya salgo yo del bar
para decir ¡oooooooh!, que es lo que toca en semejantes circunstancias, dijeron
algunos intentando justificar su ausencia en la explanada en la que todos los
habitantes del pueblo, aborígenes y veraneantes putativos, se arriesgan a que
el palo de un cohete les saque un ojo en honor a la Virgen de la Chancla
Suelta.
Empezó y
uno repara en que se ha atenuado notablemente ese hormigueo que hace unos años
sentía en los mondongos cuando empezaba la competición doméstica, hecho que
solo puede ser achacable a la igualdad que se espera de una competición en la
que los dos primeros suelen sacar un mínimo de veinte puntos de ventaja al más
brillante de sus adversarios. Empezó la Liga y uno no tenía ni puñetera idea de
qué fichajes había hecho el conjunto rival, ni de qué equipo tipo se iban a
encontrar los nuestros enfrente, aspecto éste que debe ser atribuido a la
alergia urticante que le provoca a la mayoría de los mortales cualquier
contacto con la información deportiva estival y más concretamente con la
referida al mercado de fichajes, tema que merece un espacio de frecuencia
semanal en el canal Sci-Fi o un monográfico en Cuarto Milenio. Empezó la Liga y
ya desde muchos días antes de empezar y a pesar del espartano régimen de desinformación
al que somete uno mismo para no oír tanto disparate, uno está hasta los
mismísimos forros escrotales de reportajes sobre cómo se van a complementar Messi
y su nuevo y estrafalario compañero, al que desde este blog se llamará Marimar
a partir de este momento, o de qué día se aparecerá un jugador galés sobre el
que servidor de ustedes escuchó un brillante elogio por parte de un filósofo de chiringuito con riñonera en la que, sin duda confuso por la emoción del
advenimiento, el susodicho llamó al zagal “Bareh Gay”, cambiando de un plumazo
las consonantes iniciales de su gracia y rodeándole de un halo que solo tienen
los locales del madrileño barrio de Chueca.
Empezó la
Liga y a una gran parte de los que siguen el fútbol de manera atenta no les
constaba que empezaba. Empezó la Liga y muchos sentían algo de pereza por su
comienzo. Todo esto que le cuento, la pereza, las pocas ganas y la poca
preparación ante el choque inminente se disiparon en un segundo, justo lo que tardó el aficionado colchonero
en ver salir por el túnel de vestuarios a once tipos vestidos de rojo y blanco,
y con pantalón azul, claro…
Salió el
Atleti al Sánchez Pizjuán vestido de manera ortodoxa, el Cholo de azabache y
negro y el Mono Burgos con chaqueta deportiva abrochada hasta el cuello pese a
los rigores estivales hispalenses. Salió el Atleti con una alineación conocida,
esperada. Dispuso Simeone a los mismos que se batieron no hace mucho en lides
que serán recordadas con el solo cambio de Villa por Falcao, ese delantero
centro con ambiciones de prejubilado que busca un retiro en la Costa Azul.
Salió el Atleti y no costó reconocerlo, algo que no era norma en tantos años
como proyectos disparatados se han sucedido. Salió el Atleti y parecía mayo
siendo agosto. Salió sabiendo a qué atenerse y dejándonoslo claro a nosotros
también. Defensa prieta, centro del campo obediente tácticamente y presión
meritoria para las alturas a las que estamos. Salieron los nuestros y se vio
bien en general a la defensa y a los mediocentros, se vio más Koke que Arda y
mucho más Diego Costa que Villa.
Tras unos
minutos de achuche local, se hizo el Atleti con el partido con más oficio que
juego, recitando una lección sabida de tanto repasada. Se encomendaban los
nuestros al derroche de Koke y Gabi y, sobre todo, a la movilidad de Diego
Costa y ese desquiciamiento generalizado que provoca su presencia en jugadores
y aficionados de equipos de paciencia escasa y poca cultura balompédica.
Empezaban y acababan nuestros ataques en él, conocedor del ascenso en el
escalafón que se ha ganado a pulso. Llegó su primer tanto tras varios avisos y
algún que otro susto a la salida de un corner peinado por un Miranda que
empieza el año con esa pátina de solvencia con la que terminó el curso pasado.
Empató el Sevilla pronto y el Atleti no se descompuso pese a que los
hispalenses quisieron encanallar el partido pero no demasiado, que no son estas
fechas que inviten a embozarse en una capa y esperar en callejones oscuros y
mal ventilados con la calor que cae.
Comenzó la
segunda parte y el partido andaba perdido en naderías hasta que entró Óliver
como primer cambio en lo que pudiera interpretarse como un ascenso también para
él, pasando de recurso a solución, pasando de coleccionar de minutos a atesorarlos.
Salió Óliver y empezó a mostrarse, a ofrecerse como hacen los que saben de qué
va esto. Se hizo el Atleti con el balón de manera natural y con más intención y
fue entonces cuando Koke vislumbró un hueco para lanzar un balón profundo y
dañino a Diego, cuyo partido merecía más premio que solo un gol. Acompasó el de
Lagarto su carrera a la del cuero para cruzar un balón que suponía victoria y
refuerzo en lo que se hace. Quedaba tiempo todavía para que debutara Baptistao
y para que el Cebolla desbordara y abusara de un individualismo que nos regaló
un gol tardío, un gol de los que le gustan a él, siempre en constante idilio
con los tercios últimos de los encuentros.
Empezó la
Liga y volvimos a ver al Atleti solvente que el Cholismo nos regala. Empezó la
Liga y, a pesar de las carencias que se antojan, especialmente en la zona
ancha, sigue triunfando la idea por encima de condicionantes estéticos. Empezó
la Liga y la pereza que daba la fecha y el horario se acabaron esfumando pese
al trasnoche canicular. Empezó la Liga y mereció la pena perderse los fuegos
artificiales para volver a este Atleti cumplidor que abrazamos pese a ese vicio
con forma de poca brillantez en ciertos momentos. Empezó la Liga y los nuestros
siguen siendo fiables, pese a horarios, rivales, ausencias y vacíos. Empezó la
Liga y continuamos agarrados con fe a lo que
dictan un señor que ayer vestía de azabache y negro y a otro que llevaba la
chaqueta deportiva abrochada hasta el cuello a pesar de los rigores veraniegos…
¡Ya estamos de vuelta, D. Emilio! Y, como bien dice, parece que no nos hubiésemos ido.In Cholo We Trust, una vez mas.
ResponderEliminarY es que es lo que hay. Virtudes y carencias, las mismas. Bueno, no, quizá hemos perdido gol con la marcha del que vendió su alma al "diabo" (dicho en portugués...). Villa no es Falcao, pero va a ofrecer muchos recursos. Ayer no me disgustó, en sus movimientos y en sus ganas, aunque todavía le falta acople. Si llega a marcar en la magnífica triangulación que le sacó el portero contrario, le hacemos un monumento en el primer partido...
Quizá, para unos Ardaturanistas como usted y yo, el partido de nuestro líder fué flojito. Condicionado sin duda por esa tarjeta a los 50 segundos, que en estas cosas, el Ardaturanismo es muy suyo y si hay que proteger, se protege. Decían en la radio que se fué de muy mal café. Eso, queridos, es exigencia con uno mismo...¿no?.
Otro que tenía mala cara es Adrián. Mucho me temo que su periplo en este equipo está dando sus últimos pasos. Me da mucha pena, porque le había cogido cariño, a pesar de su lamentable último año...
En fin, que aqui estamos de nuevo. Hemos empezado bien, a ver ahora como se da el primer trofeo de la temporada. Yo, por lo pronto, he comprado mas café...
Buenos (y ojerosos) dias.
Aquí nos hallamos de nuevo, Don Carlos. Parece que no hubiera pasado el tiempo, parece que siguiéramos tan pálidos como cuando nos fuimos a la playa y parece que estas horas de golfería le vienen también bien a nuestro Atleti.
EliminarVilla no estuvo mal, pero es necesario exigirle como lo que es, un grande que debe darnos mucho más de lo que ayer dio.
A nuestro mesías le vi pesado de botas, en modo pretemporada, vamos...y no tengo del todo claro si la cara que le vi fue también de pretemporada o de Heitinga, miedo me da.
¿Y de Óliver qué me dice? esa jugada en la línea de fondo hubiera merecido un gol, aunque hubiera sido en propia meta....
Buenos y trasnochados, aunque felices días...
Por supuesto que hay que exigirle, pero poco a poco. Los automatismos cuestan, y nuestro medio campo no es un primor, precisamente, en la visión y en la precisión en largo. Y aún así no marcó de milagro, porque "mala leche" tiene a raudales...
Eliminar¿HeintingArda? En esta santa casa, todo es posible. Aunque me descuadra un poco. Por un lado, jura amor eterno (al menos esta temporada) y por otro, el representante pone rumbo al primer canto de sirena que oye. Yo creo que es cuestión de pasta...
Al que veo fuera es a Adri.
Oliver es un superclase. Yo ya estoy poniendo los cimientos de la nueva iglesia del Olivertorrismo. Se nota a la legua que tiene "algo". No es sólo técnica, es algo mas. Esa jugada que comenta, ese regate en un palmo, está a la altura sólo de los grandes.
Tiene buena pinta esto, D. Emilio. Pero la temporada es larga. Precaución y partido a partido.
A comer y a la siesta, a recuperar el cuerpo que me dejó el inefable Tebas y sus decisiones...
Con solo ver al chaval correr con la cabeza arriba y darla y ofrecer un desahogo al compañero vaticino que su iglesia del Olivertorrismo será un éxito sin precedentes siempre que no nos lo malvendan al peor postor. Vaya apuntándome aunque sea como sacristán...
Eliminar¿Siesta? Para usted es la vida, querido amigo...
Me gustó el Atlético. Muy bien todos, salvo Arda y Villa. El turco estuvo flojete, no sé si por culpa de la tempranera tarjeta. A Villa le vi muy “fuera de juego”; algo normal, ya que sólo ha jugado poco más de 45 minutos en la pretemporada. Es importante que se dé cuenta dónde está, aquí no hay ocho tíos que puedan dejarle solo frente al portero. Confío en él (y mucho).
ResponderEliminarEl resto, como dije, muy bien. Muy buena defensa, con Miranda a la cabeza; sólido el centro del campo, con Gabi de jefe y con Koke cada día mejor; inconmensurable arriba Diego Costa.
Para rematar, Simeone estuvo perfecto en lo que, en mi opinión, más le cuesta: los cambios. Sorprendió la salida de Óliver (apúntenme de monaguillo, por favor) en unos minutos de peso. A Leo le veo muy fuerte, queriendo comerse el mundo. Y el Cebolla demostró ser un jugadorazo para esa última media hora, donde se cuecen muchos partidos, en la que arrasa a lo que se pone por delante. Me recuerda mucho a Juan Sabas, resolutivos ambos desde el banquillo e intrascendentes de titulares.
Ahora a competir contra el bar$a. Muy difícil, pero ….
Un abrazo.
A servidor de ustedes lo que más le gusta de este Atleti más que cualquier otra cosa es la tranquilidad que transmite, la seguridad de saber lo que se hace guste o no guste la propuesta siguiendo criterios estéticos. Por ponerles un ejemplo del partido de ayer, hubo unos minutos al inicio del partido y otro tramo al comenzar la segunda parte en los que el rival se vino arriba agarrado al juego o a la trifulca, no se descompuso el equipo pese a pasar puntuales malos ratos y parece que es complicado que se descomponga pase lo que pase.
ResponderEliminarEn los últimos años de la era preCholista el Atleti tenía una delicadísima mandíbula de cristal que al primer golpe derrumbaba todo el castillo de naipes, a día de hoy el equipo debe recibir un sostenido castigo al hígado para tirar la toalla (véase la tan glosada y recordada final del año pasado en el campo con aspiraciones de casino temático: gol en contra, apuestas en contra, campo contrario...nada hizo quebrar la fe de este grupo en lo que hace)
En cuanto a Villa (al que hay que dar tiempo, porque llegará), él debe adaptarse a coger de nuevo el rol de 9 después de unos años pegado a la cal, y el equipo debe adaptarse a un delantero no tan de área después de vivir con el emérito Falcao. Lo que está claro es que falta último pase.
El Cebolla es una mezcla hormonada y charrúa de Sabas y Biagini, es lo que se conoce en el argot de la noche como un forense, esos señores que se van a los afterhours recién levantados después de dormir toda la noche para ver que es lo que cae por agotamiento...
Un abrazo
Muy buenas, Don Emilio y excelsa compañía:
ResponderEliminarPues yo tengo un cabreo de mil pares de cojones con el Sr. Rabino Turán. Sabía que cuando renovase Diego Costa saldría su representante a decir tonterías, y, francamente, me empieza a hartar sobremanera el tema. Que a mi no me está haciendo ningún favor, que el favor se lo hacemos nosotros dándole esa gloriosa camiseta que luce, por favor ... Y el gesto de no saludar ni a Oliver, ni al Cholo, ni a Cristo bendito en el banquillo, sentándose ahí solo en un rincón, como un puto niñato enfuruñado, vamos, por favor ... Eso en este Club no se debe de permitir bajo ningún concepto. La niñatería, a Concha Espina, que es donde encaja. Pero en el Manzanares, no. Rotundamente no.
Bien Villa (excelentes sus movimientos en ataque, le falta compenetración con los compis, y de los compis con él, está claro), muy bien Mario Suárez (al que siempre ando dándole manduca, pero me gustó muchísimo su partido en Sevilla) y a Koke mira ... A ese sí que tenemos que ir renovándole también echando hostias. Del Cebolla compartimos opinión: saliendo desde el banquillo el menda es letal.
Un placer leerle, por otro lado .... Como siempre, vamos. Un abrazote.
Partido complicado, en Sevilla y en pleno Agosto con el calor que hace y lo resolvimos bien, tenía miedo al partido pero el equipo sigue siendo fiable
ResponderEliminar¡Rabino Turan! No podríamos esperar más de nuestro ídolo, un acercamiento entre los mundos musulmanes y hebreos...Lo del enfado del turco a mi juicio no debe preocupar, Cholo sabe gestionar bien estos arrebatos de enfurruñamiento y niñatería.
ResponderEliminarLo que sí es más para mirarlo es que parece que el representante del turco (testaferro mendesiano, no olvidemos) se ha acostumbrado a nadar en la torpeza cada cierto tiempo. Pudiera ser hasta comprensible para alguien con la comisión como meta y objetivo en la vida, pero lo que no se acierta a comprender es el silencio recurrente del club para desmentir esto y lo de más allá. Siendo malpensado uno pudiera creer que en la zona (in)noble también se piensa en la comisión y el braguetazo futbolístico como fin último de la actividad balompédica, ¿no creen? jeje...
Un abrazo