lunes, 16 de abril de 2012

Fútbol de barrio (o el no saber quien es uno)

Como todos los domingos por la mañana, el grupo se reunió entre bostezos y desperezos varios. Se reunió como tantos otros grupos de amigos que pretenden engañar al tiempo jugando en ligas municipales de barrio.

– Buenas…Mirad, éste es Tiburcio, el compañero de trabajo del que os hablé. Es un futbolero empedernido y nos viene a echar una mano para que podamos tener un cambio.

– ¿Y con qué ficha va a jugar? –preguntó alguien tras los saludos de rigor.

– Con la de Edu, claro. Si él ya nunca viene desde que se ha echado esa novia con la que anda descubriendo en sentido totalmente bíblico las bonanzas del turismo rural. Fijaos, fijaos, si tuerce un poco la cara y abre la boca mucho, hasta tiene un aire a Edu – dijo el entusiasta cicerone mientras el resto del elenco miraba con desconfianza por no ver el parecido por ninguna parte.

– Bueno…Pues a partir de ahora tú eres Edu – pontificó el portero con esa autoridad que tienen los cancerberos con mucha barriga.

Se desarrollaba el partido como siempre: lleno de goles tontos, discusiones subidas de tono y golpeos de balón indignos. “Sal, Edu”, dijo alguien sin que el nuevo fichaje se diese casi por aludido. “¡Edu!”, llamaron de nuevo hasta que el suplantador de flamante ingreso entró al campo. Salió Tiburcio-Edu y no es que no cambiara el signo del partido, es que casi ni la tocó, lo que parecía lógico dado el poco acoplamiento de la plantilla con su nuevo compañero. Eso sí, de tanto oír “¡Edu, tapa!”, “¡Edu, aquí, solo!”, Tiburcio se sentía más Edu. Ya casi se había olvidado cómo se llamaba en realidad e incluso pidió jugar como delantero centro como hacía el Edu real. Tan Edu se sentía, que en un corner ensayado cuya estrategia evidentemente él no conocía, fue a rematar en plancha un balón al primer palo cuando debería haberlo dejado pasar. Edu-Tiburcio se golpeó con violencia contra el poste quedando conmocionado tras el brutal impacto.

– ¡Edu!...¿Estás bien Edu? –preguntaban compañeros y rivales arremolinados a su alrededor mientras le abofeteaban esperando una reacción.

Llegados a este punto y ante la gravedad de la situación, el defensa central del equipo contrario, desde la autoridad que le confería ser uno de los más veteranos de la tuna de medicina pese a seguir en el segundo curso a sus cincuenta y dos años, decidió lobotomizar al accidentado con un palo de chupa-chup que encontró al borde del terreno de juego para intentar mejorar la presión craneal de ese Edu impostor.

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La enfermera del turno de noche del pabellón de enfermos de larga duración vigilaba los valores que devolvían los aparatos. Tras un rápido reconocimiento del paciente, anotó el resultado de sus observaciones en la pizarra que colgaba a los pies de todas las camas del sanatorio:

“El paciente Eduardo Tamboril sigue sin responder a estímulos sencillos como el reconocimiento de su nombre. Se aconseja continuar con el tratamiento e incluso aumentar la dosis del mismo con una nueva vuelta de tuerca del palo de chupa-chup incrustado en su cráneo…..”



Tiene Vallecas algo que impregna los partidos que allí se juegan de aroma de futbol de barrio, de fútbol de tierra y rodillas llenas de costras. Será por ese muro que vigila una de las porterías o será por los vallecanos que se arraciman en las terrazas de los edificios colindantes, vayan ustedes a saber. Conscientes de la idiosincrasia de su feudo, los rayistas intentan arrimar el ascua a su sardina y convertir el partido en un duelo con tintes de regional preferente. No por la falta de calidad, que la hay por arrobas en tipos como Movilla, sino por plantear encuentros llenos de trampas y emboscadas. Contra estas legítimas armas que empuñan los franjirrojos, cabe esperar que los equipos contrarios opongan resistencia e incluso intenten imponer su idea balompédica. No fue el caso del Atleti en el partido de ayer.

Salió el Atleti al campo de la calle Payaso Fofó rotando. No es que saliera dando vueltas sobre su eje, no, es que salió sin Gabi, sin Arda y sin Godín, siendo la ausencia de este último menos achacable a la rotación y más a castigo sustitutivo de unas posibles orejas de burro y brazos en cruz por sus últimas actuaciones. Como más destacada novedad táctica, cabe reseñar que ahora Salvio es el que saca los fueras de banda con ánimo de darles profundidad de lanzamiento de catapulta. Dos saques recuerda servidor en el partido de ayer, uno regalado al contrario tras resbalón del cuero sobre los mitones del mediapunta con escoliosis, otro castigado con infantil falta por mala ejecución. Suponemos que se seguirá trabajando en ese aspecto táctico, claramente todavía en proceso de experimentación. Salió el Atleti y se dejó impregnar por el fútbol guerrillero de los de Vallecas. Volvían los balones a no rodar por el suelo, los pases al contrario y los controles imprecisos que acaban en la Avenida de la Albufera. Es curiosa la capacidad de nuestro equipo de mimetizarse con el entorno que le rodea, lo que no habla demasiado bien de la personalidad del mismo. Parece que el Atleti salga al campo y algún señor con barriga le diga: “Tú eres Edu”, y va el Atleti y se lo cree. Se cree que es otro equipo, que no tiene toda la historia que tiene detrás y que no está obligado a salir a mandar y a buscar el partido siempre y en todo lugar. No crean que este Atleti-Edu es fruto de esta temporada, no. De tanto llamarle Edu durante veinticinco años, se siente cómodo rondando la novena plaza y hasta piensa en ir a una fuente a celebrar un cuarto puesto cuando el auténtico Atleti y no éste Edu que nos ha tocado en suerte bajaría la mirada avergonzado ante ciertos partidos y posiciones en la tabla.

El partido de ayer tuvo todos los ingredientes que se suelen ver en campos de tierras compactadas: tuvo sus faltas reiteradas y sus piques; tuvo su árbitro maniático e incomprensible; tuvo su lateral correoso, Juanfran, que amarga la vida de los más habilidosos de los contrarios; tuvo a Movilla, ese veterano curtido en mil batallas; tuvo a Salvio, el típico compañero de equipo rarito que no se queda a tomar nada en el tercer tiempo; tuvo a un entrenador de campechanía marrullera que bloqueó un saque de banda como si fuera un orondo jugador de voleibol; tuvo a Tiago, ese jugador que se pasa el partido pidiendo a los demás que tapen porque él no acaba de llegar a hacerlo; tuvo a Mario todo el partido regalando balones al contrario; tuvo a Domínguez, lo que alegra; tuvo a una banda derecha del equipo rival poblada de jugadores con tan amateurs nombres como Piti y Tito; tuvo a Diego, que si bien tiene más clase que ninguno, a veces desespera por su tendencia a desempeñar el papel de chupón de categorías aficionadas; tuvo cositas de Adrián, aunque no demasiadas; seguro que tuvo también una caja de botellines en la banda aunque el que suscribe no lo pudo ver a través de la tele y solo faltó que saliera un niño espontaneo en mitad del partido para pedirle a un papá fuera de sí que no se peleara. Tuvo también un gol el partido. Un gol de buena ejecución por parte de Falcao y del portero del Rayo, que salió de manera atolondrada y precipitada como esos porteros de equipos de barrio que ante la falta de trabajo, dedican el tiempo a pegar la hebra con una rubia con mechas a la que han invitado a verles jugar en localidad cercana al poste derecho con ánimo de cultivar amistades o lo que surja, más bien lo que surja.

Poco queda de lo de ayer salvo el resultado. Si hablamos de fútbol, de ideas, de sensaciones incluso, nos vamos casi de vacío. Sabemos que la plantilla es corta, sí, mucho, pero muchas veces dan ganas de llamar a algún amigo y decirle que se venga a ayudar para poder hacer algún cambio más. Dan ganas de decirle a ese amigo que este equipo es el Atleti y que aproveche los momentos en los que el balón no está en juego para recordárselo a los que están en el campo con la rojiblanca o zamarra sustitutiva. Parece que los nuestros se hubieran golpeado en la cabeza y no recordaran ahora cuál es exactamente el nivel de exigencia mínimo de este club y debemos ser nosotros, ustedes y yo, los que se lo hagamos saber, ya que no podemos esperar que nadie de la zona noble lo haga. Andan en la zona noble muy ocupados con otras cosas: preparar las rebajas de verano, hablar de que los jugadores juegan donde quieren y hasta sellar una alianza estratégica con un club de barrio de Namibia. Insisto, debemos ser nosotros. Damas y caballeros, esto es el Atleti, el de toda la vida aunque la mayoría no veamos el parecido por ningún sitio salvo en ocasiones muy contadas, justo cuando tuerce un poco la cara y abre la boca mucho...

13 comentarios:

  1. Yo, aunque a veces me enrrollo demasiado, para elpartido de ayer sólo me sale una definición:

    Pestiño.

    Dicho esto, a ver que pasa el jueves, que es la tabla a la que se van a agarrar. Y yo la veo con agujeros...

    Buenos dias.

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  2. Esperemos ver la buena cara de esa doble que últimamente nos enseña el equipo con demasiada frecuencia...

    Para lo de ayer, lo dicho, poco más que los tres puntos que llevarse a la boca.

    Buenos días, empiecen la semana europea con ganas...

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  3. Es mejor leer las crónicas que hace que los partidos, eso es mala señal ;), sobre todos para los Atléticos. Estoy de acuerdo con lo de doble cara, yo creo que el Atleti en la Liga no se va a clasificar ni para la Europa League, pero en cambio yo creo que este año la va a ganar. Y a ver cuantos siguen de los jugadores que hay, es lo que tienen los fondos de inversión...

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  4. ¿Lo de la doble cara es por la famosa "bicefalia"?...porque a ver quien es el guapo que dice de estas dos (malas) cabezas que ¿manejan? los designios del otrora Club Atletico de Madrid, Grande de España, que es la buena.
    Yo la mala la tengo clara. Lo que no tengo tan claro es la peor...

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  5. Parece que por motivación y por los cambios en la alineación que ayer hizo el Cholo, la apuesta por la EL es clara, dejando la Liga en un segundo plano. Probablemente sea lo más efectivo y hasta inteligente viendo cómo están las cosas, pero es muy triste. El tercer o cuarto presupuesto de la competición dándola por perdida sin haber estado en puestos europeos en ningún momento de la temporada.

    Como dice Don Carlos, ¿hay algo peor?

    Un saludo a todos...

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  6. Don Emilio, me paso por su blog menos de lo que debería, más habida cuenta de las carcajadas que acabo de darme como resultado de leer su crónica.

    Lo del amigo Edu-Tiburcio y la lobotomía con un chupa-chups es todpo de su cosecha, supongo. Pues es muy bueno, por cierto. Además uno se siente identificado porque ha jugado (y juega) muchos años en Ligas municipales y han sido muchos los Edus que hemos traído, y algunos a los que así hemos llamado, pese a que con el tiempo uno se da cuenta de que ni contrarios ni árbitro se fijan en esos detalles... Salvo que Tiburcio sea mucho mucho mejor de lo que era Edu, que entonces es cuando algún niño tiene que entrar a evitar que su padre se pegue.

    Lo de Salvio también me hizo partirme la caja, porque ese tipo de saques de banda no se ven ni en regional... En cadete, tal vez.

    Un abrazo y decirle que, por mucho que lo recordemos por aquí, un tío que cree que se llama Edu desde hace 25 años, ya es difícil que cambie de opinión.
    Lo único que creo que nos queda es reírnos. Al menos esta mañana lo he hecho gracias a usted.

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  7. Don José, perdonaré su absentismo esperando que sepa usted disculpar mi no participación en su blog con la asiduidad que merecería.

    Nos queda reír pero por no llorar, son esas cosas que solo pasan aquí, la gran mayoría sigue llamando Edu a Tiburcio con una falta de memoria alarmante, pero qué le voy a contar yo a usted de el Atleti y su poca memoria que usted no sepa...

    Un abrazo

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  8. Don Emilio, porque en esta página el tratamiento es "de Usted", siga como siempre. Uno se pasa un buen rato leyendo sus crónicas. Hasta los blogs que sigue tienen su gracia. Probaré el zancarrón.

    UN abrazo

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  9. Gracias Don Perico.

    El blog de la ternera es de Don Hopper, asiduo de esta casa también y es un homenaje a la carne en mayúsculas, no dejen de pasar por ahí (sobre todo los viernes, que es cuando me hace caso y pone alguna recomendación musical de servidor, que no crean que por ser vacuna, la ternera es menos culta y dada a disfrutar de las artes)

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  10. Perdone usted D. Perico pero...¿Que es el zancarrón?.¿Se come o se bebe?.¿O es de hacer?.

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    1. Vale, ya lo vi. Es lo que tiene contestar sin mirar.
      Yo también lo probaré. Con un caldo de Ribera de Duero tiene que estar bueno...digo yo.

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  11. Yo tampoco sabía lo que era el zancarrón hasta esta mañana...

    Me sonaba a fichaje argentino de los que traía Suso..Osvaldo "Zancarrón" Pavón...o algo así...

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  12. felicidades por el Blog, te interesaria un intercambio de links? dimelo en mi blog http://el-mediocentro.blogspot.com.es/ y los intercambiamos un saludo!

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