jueves, 19 de enero de 2012

Genios y figuras

– Goyo, vamos, que se nos hace tarde… –llamó de nuevo Gregorio, el padre, intentando no acumular más retraso del acostumbrado de camino al colegio.

Goyo colocaba extasiado en perfecta alineación la numerosa colección de figuras. Todas con torsos pintados de rojo y blanco, todas con el pantalón azul, como debe ser. Descansaban sobre esas peanas que fracasaban en el intento de apegar al terreno escorzos imposibles y remates acrobáticos. Gregorio se detuvo un momento en el quicio de la puerta del dormitorio viendo cómo su hijo volvía a pasar revista a su ejército de leyendas rojiblancas, su pasatiempo favorito. Miraba lleno de orgullo al comprobar que el pequeño, que tanto se parecía a él, había heredado su misma pasión. Esa pasión que le llevó a iniciar la colección hace ya demasiados años. Revivió la antigua liturgia, el olor del plomo fundido y la avidez con la que invadía los moldes, el mimo al limpiar los pinceles, la sequedad que provocaba el aguarrás en sus manos...Continuó durante muchos años alimentando esa afición que le hurtaba horas y vista, dejándola solo de lado, aparcada por la falta de tiempo, cuando su familia se multiplicó. Su hijo Goyo creció, empezó a juguetear con ellas, las hacía bailar alrededor de un garbanzo con hechuras de balón, aprendió los nombres de los representados, retuvo lo que significaron en la historia de su equipo, revivió los partidos tantas veces contados por sus mayores, organizó sus propios concursos de lanzamientos de golpe franco en los que las figuras de Luis, de Pantic, de Dirceu, maltrataban las escuadras de unas porterías con redes de malla de patatas, desplegaba sus recursos a la manera de Antic, a la de Ivic o incluso a la de García Traid, imaginaba los gritos de Arteche y Pereira pidiendo avances de sus laterales, galopaba por las bandas de una alfombra gastada de la mano de Futre o de Leivinha, se zafaba del marcaje de los deberes del colegio para dibujar remates de cabeza de Gárate o de un niño pecoso de Fuenlabrada, dejó junto a esos trozos de plomo pintado tardes enteras, les hablaba y les deseaba las buenas noches y hasta le pareció que alguna vez Leal respondió a su despedida nocturna levantando levemente la mano vendada.




Hace un par de años Gregorio y Goyo modelaron sus últimas figuras llevados por la euforia. No utilizaron el plomo como materia prima, lo sustituyeron por un menos contaminante poliéster resinoso. Evidentemente, las figuras perdieron peso, pero no solo masa real y medible, perdieron el peso de tener toda una historia atrás. Las figuras actuales son más quebradizas, más frágiles. Muchas de esas últimas figuras están apartadas de las demás, en un cajón del que ya casi no salen. La mayoría de ellas resisten mucho peor el paso del tiempo que sus congéneres de recio plomo a pesar de las tremendas diferencias en la fecha de fabricación. Seguramente, en menos tiempo del que pensamos, nadie se acordará de ellas. Dentro de unos años, demasiados probablemente, alegrías puntuales harán que un anciano Gregorio y hijo Goyo tengan la tentación de retomar el antiguo hobby de crear con sus manos esas nuevas figuras. Al final desistirán, se impondrán a sí mismos la falsa creencia de que no van a hacer más por falta de tiempo o por cortedad de vista, pero no será por eso. No lo harán por no sentir como suyas esas figuras más ecológicamente ligeras, por no saber si ése que tal vez la merecería pertenece al Atleti en su totalidad o en un tanto por ciento despreciable, por no conocer cuánto tiempo se quedará a nuestro lado, por la pérdida de peso, en suma, de los candidatos a ser inmortalizados. La colección seguirá constando de los mismos elementos. No se sumará ninguno más. Y ambos dos seguirán mirando cómo el pequeño Goyito, la tercera generación, empezará a escenificar sobre una manta convertida en improvisado campo de fútbol una gran parada de Reina a disparo de un zancudo jugador con las medias bajadas que no puede ser otro que Rubén Cano. 

12 comentarios:

  1. Una metáfora real y demoledora, D. Emilio.

    PS. Por un momento, pensé que se iba usted a referir al defenestrado jienense, pero ya veo que es algo mas íntimo...

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  2. ...y triste Don Carlos, familiarmente triste

    PS: ahora que lo dice tiene razón, la elección del nombre podría haber sido más afortunada ¿Se tratará de una trampa del inconsciente rememorando a tan gris personaje?

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  3. Es que, D. Emilio, un cenizo de ese calibre ha de dejar huella allá por donde pase. Y mas si pasa dos veces, como en este frágil y plástico Atleti.
    Esas gafas rojas o blancas con detalles blancos o rojos respectivamente según si éramos locales o visitantes, son para pasar a los anales de nuestra larga y gloriosa historia.
    No se engañe. Hemos quedado para estas cosas y poco mas...

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  4. Ese cambio de lentes es lo que Goyo (el otro, el que tiene pinta de profesor emérito de filosofía en un instituto situado en el extrarradio de cualquier extrarradio) entiende por una revolución en su imagen.

    Pasadas las jornadas desde su marcha y, evidentemente, no queriendo bajo ningún concepto que su camino y el nuestro se vuelva a cruzar, nunca podremos agradecerle debidamente haber sido uno de los detonantes para habernos quitado a Reyes de encima..

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  5. Sólo por eso, oiga, se lleva todas mis bendiciones.
    Eso si, bien lejos...

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  6. Y si hay que darle una insignia de latón, se le da sin ningún problema...faltaría más

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  7. Buenísimo el blog, me encantó, voy a ser asíduo lector.
    Te invito a pasar por el mío, y si te parece bien, a enlazarnos. A mí me sería de gran ayuda ya que apenas empiezo con esto. Si aceptás, sólo tendrías que avisarme para colocar enseguida tu blog en mi lista también.

    Saludos y perdón por la molestia.
    EL 10 Y 10 MÁS

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  8. Muy buenas D. Emilio.

    En primer lugar le ruego me perdone por haber estado ausente de su blog un tiempo. Los he leído todos, pero no podía pararme a escribir un breve comentario.

    ¡Qué razón tiene en esta entrada! Incluso a pesar de la jugarreta del subconsciente.

    Ya sabe que vivimos en la era de lo "light", lo descafeinado y el "sin alcohol". Lo políticamente correcto ha hecho que se eliminen características que definen al produco por el marketing y las ventas. Son tiempos de contradicciones en los términos, mantequilla light, café descafeinado, licor sin alcohol,... En el fútbol pasa igual, sin actitud ni compromiso e incluso sin aptitud.

    Pero es el problema de lo "light", que le quitas la esencia, ese componente que hace que el producto sea más auténtico y contundente. Es más marketiniano, más de exposición, más políticamente correcto, pero más insulso y a la vez más efímero por su fragilidad. Está pensado para que sea fácilmente sustituible.

    Una vez que has eliminado la esencia de un equipo de fútbol pasa lo que pasa, que se olvida quién ha sido y quién es. Como si se tratara de una persona con Alzheimer.

    Pero como ya hemos comentado anteriormente, esto no afecta al negocio. Al menos hasta este momento, echas una cortina de humo y vuelves a empezar...

    Un saludo

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  9. Efectivamente, Don Alberto, la rueda sigue girando de la misma manera que en los últimos años. La masa se traga el anzuelo hasta el esófago recurrentemente y los palmeros adscritos al régimen vuelven a hablar de diferencias con respecto a los puestos Champions y de nuevos refuerzos con la acostumbrada ligereza, pero no he oído a nadie preguntar, aunque sea sin atisbo de maldad, el por qué de que si estamos vendiendo a nuestras estrellas con todo tipo de facilidades por no poder soportar el pago de sus nóminas, nadie se plantea vender una de nuestras principales estrellas por sueldo (el premiado gestor/consejero), aunque sea al circo ruso...

    Amenazo a la parroquia con empezar a poner faltas de asistencia injustificada. No puede ser que cuando me leía mi familia más directa y con excepciones, anduviéramos por los 20 comentarios y ahora que me he convertido en una referencia para la tontuna y el desahogo, se muestren uds. tan remisos a acusar de recibo.

    Saludos

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  10. Presente !,y entonando el mea culpa,se persona uno de los desertores.

    Y aunque me avergüenzo un tanto por esta aparición oportunista,subido a caballo ganador,no puedo dejar de exclamar:

    POR FIN,PARECE QUE YA TENEMOS ENTRENADOR,COÑO !!!

    (Y defensa,de paso).

    Un muy alegre saludo,D.Emilio.

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  11. No le culpo, la realidad era lo suficientemente triste para explicar con palabras lo inexplicable.

    Hay entrenador, podríamos debatir sobre alternativas y mejoras, pero hay una idea, especie muy extraña en el ecosistema colchonero de los últimos tiempos...

    Un abrazo, Don Charly...

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  12. Hay idea, hay plan. Suficiente en este giliatleti que nos ha tocado vivir, en donde se venden cuartos puestos como proezas hercúleas.
    Pero bueno, al menos ya no veo los partidos con la certeza de la derrota. Ya me van subiendo las pulsaciones (de una en una, no se crea...) del optimismo.
    Un saludo D. Emilio.
    PS. Dejo el resto de valoraciones para su próxima entrada...

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