lunes, 8 de septiembre de 2014

De retornos con suspiros

¡Aaaaaaaaahhhhhhh!*

* Suspiro postvacacional que surge en preciso instante en el que se pulsa el botón de encendido del ordenador el día de la vuelta a la dura rutina….

Imaginen ustedes mi estado de ánimo. Llega uno al trabajo todavía con el recuerdo del aroma a aftersun metido en las pituitarias; con la decepción que ha sentido cuando la luz del baño de casa, que siempre es más impertinente que las luces de los baños de hoteles y apartamentos en primeras líneas de playa, le ha mostrado que el moreno tostado que uno exhibe está empezando a batirse en retirada; con la aberrante perplejidad del que ha visto por el paseo marítimo tantos atentados contra la estética y las más añejas tradiciones deportivas en forma de camiseta fuscia; con la nostalgia del que espera media hora a que quede una mesa libre en una terraza que ni fu ni fa, que el tiempo en vacaciones está para tirarlo, para regalarlo al primero que pase por al lado siempre que éste no lleve una camiseta fucsia, claro. Con todo, no crean que a uno lo que más le angustia es nada de lo expuesto en estas primera líneas. De eso nada. Lo que a uno le quita el sueño es el Atleti.

Todo lo que se diga es poco cuando del nivel de preocupación al que nos eleva el Atleti se trata. Una pena lo de este equipo, sí. Un equipo que parecía tan hecho, tan sólido como una roca. Un vigente campeón de liga nada menos que haya sido capaz de dilapidar toda su fortuna futbolística en tres o cuatro partidos como quien dice. El equipo está hecho unos zorros y no hay que ser muy perspicaz para darse cuenta. Es que se han ido muchos, claro, dicen algunos embargados por el desánimo a pesar de que el delantero centro ya haya marcado un par de goles, haya dos laterales izquierdos donde antes solo había uno válido y el teórico portero suplente le arrebate por méritos propios la titularidad a un esloveno con gran cartel del que casi no conocemos ni la cara. No hagan ustedes caso de los que movidos por la falta de ambición pidan quizás algo de tiempo para ensamblar las nuevas piezas, para que se asimilen los automatismos marca de la casa. Escuchen ustedes a los que saben, los que dicen que no hay plantilla ni equipo y que hay que empezar a desconfiar del entrenador, aunque sea solo por su corte de pelo.



Muchos, con el rostro desencajado, se agarran como única esperanza a la estrategia, pero empiezan a detectar fallos en la pizarra a pesar de los dos goles trazados contra el Éibar. No hay juego ni se le espera y se augura que las competiciones serán un vagar como alma en pena si tomamos como botón de muestra los últimos minutos de los dos primeros partidos de liga. No caigan ustedes en la tentación de excusas baratas y manoseadas como esas de las cargas de trabajo o de los picos de forma que no hay más que ver a otros equipos en el campo y cómo disfruta uno con el nivel de excelencia de su juego y su atuendo, y es que, esta temporada, vestir de fucsia es tendencia.

Que no les den gato por liebre. No adoren dorados becerros que anuncian que este Atleti volverá a competir. Desoigan a los que, conscientes de lo conseguido el año pasado, no osan hablar de repetir ni mejorar resultados pero confían en que se disfrutará por el camino. El Atleti se encuentra en avanzado estado de descomposición y solamente con sucias técnicas barriobajeras, con una enconada vileza que no encuentra parangones en la historia de la insidia humana, fue capaz este equipo de ganar su primer título hace quince días como quien dice. Cierto es que lo hizo superando en juego, intensidad y méritos al rival, pero claro, es que el contrincante, adalid de la bonhomía, del señorío y de la vida fucsia, esperaba un terreno de juego y no un campo de batalla. O sea que se ganó un título, pero fue de tal manera que no debería haber valido. Si yo fuera Villar, además de ir a un logopeda, desposeería mediante bando o proclama al Atleti de la pasada Supercopa por ganarla de manera sucia y artera. Seguidamente se decretaría fiesta local para que todos los madrileños de nación o adopción pudieran asistir a un desfile glorioso en el que los próceres de nuestro deporte harían entrega al equipo fucsia del segundo título de los que constituirán un recordado sextete mientras el pueblo enfervorecido, no pararía de adquirir camisetas fucsias a docenas en tiendas oficiales y colmados regentados por ciudadanos de Shangai. ¡Qué pena da todo!

¡Aaaaaaaaahhhhhhh!*


*Suspiro irónico acompañado de una media sonrisa maliciosa del que este año volverá a vibrar con los suyos, del que se posiciona en un punto diametralmente opuesto al que ocupen aquellos que de fuscia han teñido su proverbial prepotencia… 

13 comentarios:

  1. Ingenioso, locuaz, realista, majuestuoso, tragicómico y esperpéntico. Me ha encantado, si no le parece mal a usted lo cuelgo a la voz de ya en La Vida en Rojiblanco. Como siempre agradeciendo su intíma colaboración rojiblanca con uno de los que todavía cree, siente y piensa como usted. Tan cerca como siempre y tan acertado.

    Un abrazo rojiblanco y eterno agradecimiento por plasmar de esa forma tan inteligente lo que uno piensa.

    Gracias.

    Fernando Altarejos

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    1. Se agradecen sus amables comentarios, Don Fernando. Ya sabe que tiene usted bula para colgar lo que considere (esto incluye colgar del palo mayor de una nao a cualquier portador de la prenda en tonos fucsia, claro...)

      Un abrazo

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  2. Jajaja muy bueno. Real (con perdón...) y auténtico

    Un abrazo


    @rvpastrana

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  3. ¡Aaaaaaaaahhhhhhh!*
    ¡Ppppppprrrrrrrfffffffff!**
    ¡FORZA ATLETI SIEMPRE!***

    *Suspiro.
    **Pedorreta para todos los de la yihad fucsia.
    ***Pues eso.

    Saludos cordiales.

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  4. Demasiada enjundia le otorga usted a los de la remera fucsia...Nada de yihad, si acaso romería con riñonera anexa....

    Un abrazo, Don Paul

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    1. El intento de sisepuedelización es ya desesperado. ¿No nota, por ejemplo, como el metro está infestado con los comerciales del siglo XXI de adida$ regalando la camiseta fucsia? ¿No percibe la radicalización en los medio$ afines (es decir, todos)? El $er $uperior ha tomado el mando y nadie puede frenarle. Hay que llamar a la Cruzada. ¿La última?
      Otro abrazo, Don Emilio.

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    2. Que el aparato de propaganda radicalice su discurso era algo esperable, necesario incluso para seguir alimentando al monstruo. Ya no me sorprendería que el Ser invadiera Checoslovaquia cualquier día de estos...

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  5. Bienhallado de nuevo, Don Emilio; Inesperada alegría su retorno para poder refrescar nuestros ojos entre tanta fucsia mediocridad periodística.
    Como diría nuestro peculiar D. Radomir: Bratzo

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    1. Había ganas de volver desde este lado también. Me alegra su alegría, sobre todo cuando ha habido bastante gente que no ha sabido entender (o simplemente no han terminado de leer el artículo). Hay ya alguno por ahí que me ha tildado de cenizo, de pesimista y hasta de afín a la prensa deportiva...

      Un abrazo

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    2. Permítame utilizar su ingeniosa construcción para decirle que me sorprende su sorpresa, D. Emilio. Conocido es que no es nuestro país tierra en la que la lectura, más allá de As, Marca y Diez Minutos, tenga excesivos admiradores, por lo que es normal que si encima usted se lo pone más difícil, conectando durante todo el texto el modo ironía, no hayan sido capaces de entender su cifrado contenido. Como usted bien dice, cuando ya en la postdata final lo aclara -por si hiciera falta, sic- alguno ya veía borroso...
      No obstante, apreciado D, Emilio háganos un favor al resto de sus admirados lectores y correligionarios, y no cambie un ápice su forma de expresar sus rojiblancos sentimientos.

      Un abrazo.

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    3. Si el problema no es no cambiar, es lo poco que cambian algunos cuando tanto tienen que cambiar....

      (aquí voy a parar con el espontaneo trabalenguas no vaya a interpretarse como un sentido homenaje a la verborrea de la relaxing alcaldesa de cartón piedra, en la hora de su adiós diferido...)

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