viernes, 22 de febrero de 2013

Contradicciones


A carniceros vegetarianos. A fiesteros que reniegan de la última copa. A madres que no quieren que comas bien y a padres y muy señores míos. A putas de comunión diaria. A okupas con hipotecas a treinta años. A guardas jurados que miran para otro lado cuando un abuelo se mete bajo el abrigo un paquete de salchichas Frankfurt. A contables con inclinación por las letras puras. A señoras que siguen encargando butano a pesar de tener gas ciudad. A románticos aferrados al realismo y a suicidas enamorados de la vida. A cazadores de ovejas lanares. A acomodadores para faquires. A comunistas a sueldo del capital y a conservadores de palestino al cuello. A generales pacifistas. A inventores carentes de imaginación. A marquesas que comen menú del día y a mendigos que desechan langostas criadas en cautividad. A gigolós que se hacen los estrechos. A cantautores con suerte en el amor. A defensas que trabajan el remate acrobático y a delanteros a los que satisface más una buena presión en banda. A separatistas por la unidad. A perros ladradores con pasión por morder pantorrillas. A soñadoras con los pies en el suelo y a pragmáticos que juegan a la primitiva. A cirujanos con temblor de manos. A periodistas que pierden objetividad a base de abrazos y canapés. A picadores anoréxicos y a matadores de toros que votan a los Verdes. A jugadores de fútbol aficionados que calientan más tiempo del que juegan. A notarios que han perdido la fe para poder darla. A mediadoras sociales que solucionan sus problemas a hostia limpia. A directivos que cogen el autobús. A filósofos con respuesta a todas las preguntas. A catedráticas que cometen faltas de ortografía y a analfabetos que leen a Proust antes de dormirse. A tenedores que no pinchan. A cuchillos que no cortan. A corsarios de centro comercial y a gente para la que vestir chándal es una actividad anaeróbica. A charlatanes de pocas palabras. A estoicos aficionados al lujo. A concejalas de urbanismo que no saben conjugar el verbo recalificar y a ligones de playa de meseta interior. A directores de cine español con ánimo de entretener. A forzudos de lágrima fácil. A escanciadores de agua del grifo y a banqueros sin ningún tipo de interés. A tímidas con tendencia al narcisismo. A mascotas que entrenan a sus amos. A abstemios con grandes cogorzas y a republicanos que se inclinan ante las coronas. A strippers pudorosas. A monjas impúdicas… A todos ellos, y también a nosotros, gente que arrastramos nuestras contradicciones por la vida de la mejor manera que se nos ocurre se nos ha quedado el cuerpo raro tras la eliminación del Atleti en la Europa League.



Vaya por delante que uno veía la eliminatoria perdida tras el partido de ida. Vaya también que la convocatoria para jugar en Rusia ofrecía la lectura de que el equipo técnico pensaba lo mismo. Vaya incluso que es cierto que la cortedad de la plantilla pudiera aconsejar centrar el tiro dado el riesgo de dispersarse. Vaya además, si me apuran, que con el frío que hacía en Moscú y lo desangelado que estaba el estadio dieran ganas de volverse para casa lo más rápidamente posible. Vaya por delante todo eso, sí, pero también no. Se nos ha quedado el cuerpo destemplado tras la eliminación. Pudieran pensar ustedes que se nos ha quedado el cuerpo lleno de contradicciones y tendrían razón. Mucha.

Andamos tristes por haber caído pero alegres por ver cómo Manquillo ha llegado para quedarse y cómo Saúl llegará en breve. Tenemos la esperanza de que las tres arrancadas, sí solo tres, seguramente pocas a juicio de muchos, de Adrián nos devuelvan a ese jugador de tanta clase pero tan frío como la nieve que se acumulaba en las periferias del terreno de juego de ayer. No podemos echar nada en cara a Asenjo, ese portero con alma de ariete que nos produce enfado y ternura a partes iguales. Tampoco al Cata, aunque este nos produzca miedo y pavor a la vez. No podemos reprochar nada al equipo o tal vez sí, por no haber sido capaz de meter más que un gol a un equipo aseado y ordenadito con nombre de multiusos del hogar. No es posible no esbozar una sonrisa al mirar el banquillo atlético y ver a todos esos chavales tan ilusionados y tan congelados dentro de sus mantas. No debiera haber nadie que mire al Cholo y no vea el futuro del Atleti en sus ojos, pese a ciertas elecciones que algunos puedan no compartir.

El fin de la participación del equipo en la Europa League nos deja nadando en contradicciones. Algunos pensamos que mejor centrarse en Liga y Copa mientras desfilan por nuestros recuerdos las imágenes en Neptuno no hace tanto celebrando el título ahora perdido (o tal vez tirado). Tenemos calor pero sufrimos escalofríos de manera regular. Da rabia que un equipo vulgar te apee de este viaje aunque el viaje no vaya a conducir demasiado lejos. Nos inunda la nostalgia pero a la vez miramos al futuro. Nos deja un sí, pero no. Un vuelva usted mañana y me pregunta cómo me encuentro porque ahora no sabría qué decirle. Pena y alivio. Alegría por no volver a tener que sufrir los comentarios de Manu Carreño y Juanma Castaño, ese humorista a pie de banda. Vacío por desbloquear la agenda los jueves por la tarde de aquí al verano. Todos lo decíamos pero era con la boca chica. Permítanme no insistir más, no tengo claro si reír o llorar desconsoladamente….

2 comentarios:

  1. Pues si, D. Emilio, no se si reir o llorar.
    Ayer, fíjese por donde, me consolaba diciendo que, al menos, la cena de la noche de Turbas de este año la iba a tener tranquila, después de los años en los que, entre judía y judía, tenía que acercarme a la tele a ver las evoluciones de las eliminatorias ante el Valencia y el Hannover 96 en el restaurante donde, tradicionalmente, realizamos este ágape.
    Este año no. Este año cenaré relajado. Y puñetera la gracia que me hace...
    Sacaremos lo bueno, D. Emilio. Sacaremos que hay jugadores con futuro, sacaremos que Adrián hizo cosas que adelantarían un retorno de aquel que nos maravilló hace unos meses...(por ejemplo en esa eliminatoria del Jueves Santo del año pasado que me refería antes), sacaremos que nos quedan posibilidades en la Copa y que el Liga no vamos mal...
    Sacaremos eso, porque si saco cualquier otra conclusión, me enfadaré mucho. Y no es cuestión, oiga, que el fútbol está para lo que está.

    Buenos dias.

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  2. Quede claro que, competiciones europeas aparte, solo hay un modo de vivir las Turbas y este es sin mesura y sin atisbo de relajación. Este año va a tener usted que suplir esa falta de tensión que antes le proporcionaba el Atleti con cantidades ingentes de resoli...

    Servidor sigue en un estado de indefinición ante la eliminación y ante la elección del Cholo, aún cuando tiene la certeza de que no hay más allá de él para nosotros. Como decía un conocido, no sé si tirarme al metro o directamente a la taquillera...

    Buenos días...

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