miércoles, 9 de mayo de 2012

En días como estos


En días como estos, nos despertamos bastante antes de que la alarma rompa el silencio del amanecer y damos alguna que otra vuelta de más en la cama mientras nos entregamos a cavilaciones varias. Previsores, nos tomamos el café sin mojar nada, no vaya a ser que nuestros estómagos no admitan acompañantes para esos tibios aleteos de mariposa con el que nos hemos encontrado de buena mañana. Somos conscientes de que esos tímidos movimientos de alas dejarán paso al desfile del día de las fuerzas armadas de las mariposas estomacales a medida que las horas pasen y no queremos tentar suertes. En días como estos, solemos no pensar demasiado delante del armario y siempre elegimos con convencimiento una corbata, una camisa o una blusa en tonos rojo y blanco con las que afrontar el día y sentirnos más seguros.

En días como estos, posponemos decisiones sobre qué línea de producto es la que se potenciará de cara a la campaña de otoño de la empresa porque tenemos la cabeza en otras cosas. Miramos el reloj más veces de la cuenta y reparamos en que el tiempo pasa unas veces rápido y otras exasperantemente despacio mientras hacemos cálculos mentales para saber en cada momento cuánto falta para la hora del partido. Nos cruzamos con Sacristán, el del departamento de facturación, e intercambiamos una mirada cómplice al reconocer en él los mismos nervios y una parecida corbata en tonos rojiblancos. Vamos al baño más veces de las habituales, volvemos a mirar al reloj y nos vamos a comer casi sin hambre. En días como estos, pedimos una ensalada y algo a la plancha para no provocar al tercer batallón de infantería de mariposas desplegadas en las inmediaciones de nuestro píloro y nos vamos deprisa a nuestro cubículo para contestar tranquilamente el mensaje de ese primo nuestro que viaja desde Bucarest recordando al abuelo del Atleti.

– El jefe quiere verte –anuncia una secretaria eficiente cuando ya nos disponemos a salir.

– Dile que me he marchado, Sofía. En días como estos no puedo entretenerme  –contestamos a la vez que ganamos a la carrera el pasillo que dirige a los ascensores.



En días como estos, los atascos nos parecen más densos que de costumbre y nos sorprendemos a nosotros mismos silbando reiterativamente el himno del equipo con la mano posada en la palanca de cambios. Aparcamos casi de oídas y subimos los escalones de dos en dos. El perro nos mira extrañado por la rapidez del paseo y por ese sonido de cornetas tocando a rebato mariposil que proviene de nuestra barriga. Los niños meriendan antes y hasta Alba, ese terremoto con coletas y mirada azul océano templado, se sienta en el sillón de manera inusualmente formal. En días como estos, revolvemos buscando la camiseta de las grandes ocasiones, sí, esa que está ajada y huele a naftalina y nos justificamos explicando que esa zamarra, a pesar de su desgaste, fue una segunda piel testigo del gol de Futre que agujereó la escuadra de la portería enemiga y del mordido remate de un uruguayo que traspasó la línea de gol empujado por los latidos de miles de corazones. Volvemos a mirar el reloj, ya queda menos de una hora.

En días como estos, las contrariedades que surgen por las rarezas en las alineaciones duran menos. Estamos dispuestos incluso a no ahondar en la perplejidad que deben sentir los aficionados de otros países al ver que el equipo actual se parece lo que un huevo a una castaña al que salió victorioso hace nada, como quien dice. Aparcamos por un rato las filias y las fobias. Dejamos a un lado las miserias momentáneamente, sin olvidarlas por supuesto, pero declarándolas en una cuarentena de dos horas menos cuarto de duración. Rellenamos de nuevo el contenido del vaso de tubo y notamos emocionados cómo en nuestro estómago desfila a paso ligero un tercio de la legión de mariposas de Ceuta, con su cabra y todo. Miramos el reloj de nuevo, solo quedan cinco minutos. En días como estos esperamos que Dios reparta suerte y que la reparta entre nosotros ya que se pone…

¡Forza Atleti!

12 comentarios:

  1. Grande, don Emilio. Muy grande. Tengo la legión de mariposas desfilando a paso rápido y tocando tambores y corneta. Hoy puede ser un gran día, que diría aquel.

    ¡Forza Atleti!

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  2. Servidor está empezando con el desfile de los blindados terrestres...la infantería llegará un poco más tarde...

    ¡Se nos viene la final, Don Pablo!

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  3. Muy buenas D. Emilio.

    Todavía no he buscado la camiseta de las grandes ocasiones, la que me queda un poco "ajustada", pero la bufanda ya la tengo localizada (la utilicé hace unos días en un partido de balonmano, ¡sí como hace tiempo!).

    Con las mariposas he llegado a un acuerdo y están desfilando como un tábor de regulares, que tengo que sobrellevar varias reuniones de trabajo.

    ¡Atleeeeeeeeeeeti!

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  4. Pues las mías están como un batallón de carros de combate en pleno despliegue. ¡Como retumban, oigan!.
    Ahora bien. ¡Que gusto da poder volver a sentirlas otra vez!. Ya no recuerdo en la de hace dos años si estaba igual (supongo que si) o mas nervioso que ahora, pero es cierto que, sabiendo cómo se disfruta cuando se gana (que ya casi lo había olvidado desde la última vez), el ansia esta vez es mayor. Y además contra el Bilbao, favorito para todos los que nos ningunean.

    Como diría D. Luis Aragonés, hay que ganar, ganar y ganar y después, ganar, ganar y ganar.
    Que lo disfrutemos todos.

    Buenos dias a la espera de que sean mejores noches.

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  5. ¡¡Suerte D. Emilio !! sabe usted que los "híbridos" somos una mutación extraña, y en días como hoy le deseo lo mejor.., nuestro común amigo también lo haría

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  6. En dias como estos y por dias como estos se justifica por que somos del ATLETI.
    Salud y un abrazo a todos

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  7. ...y justo hoy que debería estar haciendo estiramientos y descanso activo para darlo todo esta noche, tengo el día de trabajo más espeso del último mes...Por lo menos así estoy atenuando estos nervios que no es que se hayan agarrado al estómago, es que han echado raíces, se han reproducido y conviven con nervios más pequeñitos de tercera generación que se sienten incluso ciudadanos del estómago de pleno derecho...

    Un abrazo a todos.....La lía el turco, lo veo...¡Forza Atleti!

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  8. Genial artículo, no se puede resumir mejor el estado de ansiedad en el cual estamos todos los atléticos. Solo apuntar dos cosas.
    Que los nervios se me han localizado en el estomago y para mi es el mejor método para el estreñimiento, ya he ido cinco veces...
    Y que en días como hoy es cuando más echo de menos a mi padre, sería el primer título del Atleti en su ausencia. Allí donde esté seguro que está tan nervioso como yo. Forza Atleti!!!!.

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  9. jajajaj paso a paso asi ha sido el dia,enorme.

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  10. Sí, yo ando también con una regularidad intestinal plena de irregularidad...

    Seguro que está comiéndose las uñas en el tercer anfiteatro con otros muchos que hoy están a nuestro lado, Don Paco.

    ¡No queda nada!

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  11. Lástima de temporada D. Emilio, y digo lástima porque se pudo hacer mucho más. A pesar de la plantilla corta, a pesar del cúmulo de despropósitos... a pesar de la pareja (que ya es decir). Una lástima en fin, por que el año que viene pintan bastos por lo que parece.

    http://enclavedefutbol.blogspot.com.es/2012/05/hau.html

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  12. Mariposas las q tuve yo en el National Arena de Bucarest...no toqué nada del buffet d la Uefa...y eso q tenía todo muy buena pinta...Jamás he tenido tantos nervios...Xo mereció la pena...q éxtasis...yo contaré a mis nietos q estuve allí...

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