viernes, 23 de marzo de 2012

En memoria de Don Juanma Sánchez



Muchas de las mejores cosas que nos tiene preparadas la vida se revelan ante nosotros como si fueran casualidades. Así conoció servidor a Don Juanma, de casualidad. Eran los primeros días tras el alumbramiento de este blog pequeñito y contrahecho al que uno dedica cuidados y tiempo con la esperanza de ver cómo crece, cuando algún anónimo tocayo de Don Juanma dejó unas amables palabras para mí en esos espacios tan supuestamente fríos pero a la vez tan llenos de humano calor como son las redes sociales. “Disculpe, creo que se está usted equivocando de Juanma”, respondió él cuando quise agradecerle el haber tenido la consideración de perder algo de tiempo intentando leer el vuelo de los pájaros que tiene uno en la cabeza. Aquel malentendido me permitió la fortuna de conocer a Don Juanma, fíjense ustedes cómo son las casualidades.

Desde aquel fortuito encuentro, han pasado quizás un par de años, quizás menos, demasiado poco tiempo en suma. A partir de ese punto de encuentro despistado e involuntario, empecé a hablar regularmente, con un teclado siempre como intérprete, con Don Juanma. Ya saben bien los que me conocen y tuvieron la suerte de cruzarse con él, que nos separaba solamente una cosa: él miraba la vida desde un prisma de color blanco y yo a mi cristal lo tiño de rojiblanco porque esa es mi condición. Solamente una cosa, un detalle en cualquier caso. Basados en esa diferencia, pasábamos ratos virtuales tirándonos chinitas dialécticas. Gustábamos de hablar sobre señoríos, sobre sufridores, sobre las mocitas madrileñas o sobre los que gustan de un fútbol de emoción, sobre jugadores de una y otra acera que nos parecían malos o peores, sobre la poca educación con la que se conducen muchos de los que son un referente para los más pequeños de nuestra sociedad y sobre muchas otras cosas sin importancia. De ahí, de ese lugar común que puede parecer banal, el fútbol, pasamos a compartir otras cosas: vivencias de esa tierra asturiana en la que ambos pasábamos periplos vacacionales, aficiones, manías, vicios confesables y recuerdos en color sepia descolorido. Hablando de la vida, tan ramera en días como estos pero tan maravillosa en el fondo siempre. Ayer mismo disertábamos sobre esas cosas de una nimia importancia capital: ser comedidos de manera radical o apoyar un mesurado tremendismo. Fíjense qué caprichos tiene el destino.

Muchos nos preguntaban el por qué eso de seguir tratándonos de usted. Ya saben que servidor suele utilizar esa fórmula como seña de identidad pero sin ánimo de establecer distancias. Esas distancias que Don Juanma sabía acercar entre los de una acera y otra, esas distancias que junto a él eran de una cercanía que rozaba la perfección. Seguramente se trataba de respeto. Del mismo respeto que él utilizaba en todas y cada una de las opiniones que nos dejaba, independientemente de a quién la dirigiera.

Nunca llegamos a vernos las caras en vivo. Habíamos hablado sobre ello pero no llegamos a encontrar hueco en esas agendas que ejercen de despóticas dictadoras de nuestros tiempos. No saben lo que me pesa. Me gustaría haber tenido la oportunidad de poder darle en vivo esos abrazos que nos enviábamos al terminar nuestras amigables charlas. Sé que las palabras se suelen quedar ridículamente cortas ante ciertos sucesos. Sucesos que nos recuerdan nuestra miserable eventualidad y que hacen remover nuestras coordenadas vitales. Nos queda recordar esa grandeza que siempre demostró en el trato con los demás y nos deja un agujero enorme dentro. Uno muy grande y lleno de negra pena.

Un abrazo enorme para su familia y amigos más cercanos. Se nos ha ido un caballero y deben saber todos ustedes que no quedan muchos sueltos por el mundo. Descanse en paz

13 comentarios:

  1. Tan emocionante como verdadero. Muchas gracias por el artículo.

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  2. Gracias a ustedes y un abrazo para todos.

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  3. Siento la pérdida. Emotivo post

    DEP

    Un abrazo

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  4. Muchas gracias, Pobla

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  5. Muy buenas soy Adolfo increible y precioso post

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  6. Gracias a todos ustedes....

    Un abrazo.

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  7. D. Emilio, sabe usted que aunque fielmente le sigo, los comentarios siempre los hago en el foro desde el que le conocí gracias a D. Juanma Sánchez (es una forma de mostrar mi respeto desde "la otra acera"). Hoy por motivos obvios (no hay colores) lo hago aquí. Voy a echar mucho de menos, sus brillantes conversaciones. Los Caballeros no abundan, y el talento menos. Y él, como usted, lo tenía a raudales. Permitame por una vez el atrevimiento pero no puedo terminar este comentario sin dedicarle unas palabras allá donde esté, que seguro usted sabrá comprender: " SIEMPRE FIELES, JUANMA!!!!"

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  8. Hola, soy de muchomasfutbol.com y les escribo para proponerles un intercambio de enlaces. Mi email es rmadridclubdefutbol@gmail.com . Espero su respuesta. Un saludo.

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  9. Don José, ya sabe que, por encima de aceras, colores y credos varios, puede considerar ésta siempre su casa, al igual que era la de Don Juanma.

    Un abrazo.

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  10. Lamento mucho esta pérdida, D. Emilio.
    Un Caballero merece honra aún siendo "enemigo". Descanse en paz.

    Un sentido abrazo.

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  11. No sé si el usted marca diferencias o no, para alquien como yo que tutea a todo el mundo y después de leer muchas veces su post sólo puedo decirle que D.Emilio es usted un Señor.
    Don Pobla

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