jueves, 22 de marzo de 2012

Envidias varias

–…y ahora, tras haber aprobado por minoría simple los presupuestos para el ejercicio 2012 y después de que por casi unanimidad se haya decidido que no procede la contratación inmediata del sobrino de Don Hilario como ascensorista de la finca mientras no se acometan las obras para incluir el susodicho aparato elevador, previstas para dentro de cinco años, doy la palabra a Doña Heriberta Balconadas, dueña mancomunada del 5º izquierda con cuota de propiedad del cero coma veintisiete periodo…

– Gracias, señor Administrador. Señor presidente  –dijo Heriberta mirando respetuosamente –. Señores copropietarios y señores alquilados de renta antigua: No es mi intención monopolizar el capítulo de ruegos, preguntas y achaques como en anteriores juntas del periodo ordinario. Sé que muchos de ustedes me acusan maliciosamente de tiquismiquis y hasta de amargada, ciertamente sin base ninguna, pero el tema que les traigo hoy impacta en la convivencia que nos traemos entre manos de un modo a mi juicio mucho más relevante que otros asuntos que motivaron anteriores ponencias por mi parte, léase el insomnio colectivo que podría producirse como consecuencia de la instalación de la antena parabólica colectiva, valga la redundancia, o el grado de rozamiento necesario en el gres porcelánico para ser fregado con jabones neutros y no resbalar. El tema que hoy les vengo a exponer es el a todas luces insoportable sonido que el nieto de Don Eutimio, que en gloria esté, y su recién estrenada esposa, esa que se pone los pendientes en la nariz, emiten en sus muy frecuentes encuentros íntimos. Bien saben todos ustedes que nunca me quejé de ruidos emitidos por los habitantes del piso de Don Eutimio a pesar de mi fino oído y de que nos separen una escalera y cuatro plantas, pero es que lo de estos mozalbetes clama al cielo. Con decirles que no necesito el vaso pegado a la pared con el que normalmente realizo labores de constatación y auditoría de lo que en la finca sucede para alcanzar a oír cómo las risitas iniciales se tornan en expresiones de arrumaco y más tarde en chillidos baritónicos que hacen muy difícil cualquier ejercicio de concentración para los que los escuchamos. No sirve de nada hacer oídos sordos, propiamente dichos, a tal pléyade de expresiones de frenesí y de concupiscencia. Es por ello, que propongo….

Llegados a este punto de las reuniones de la escalera, la gran mayoría de los asistentes salen del local comunitario con la excusa de echar un pitillo, de sacar al perro a pasear o de ver cómo va la Susi con los deberes de Álgebra. Ésta vez no fue diferente pero algo sí cambió: todas sus señorías calcularon con exactitud el tiempo que suelen durar las ponencias de Doña Heriberta para estar presentes a la hora de la votación que inexorablemente se plantea tras sus peroratas. Nos saltaremos ese capítulo, el de la votación, para viajar en el tiempo hacia el momento en el que el Administrador da lectura a los resultados del escrutinio…

– …por lo cual, esta comunidad no solo no toma ninguna acción disciplinaria contra la pareja del primero derecha sino que, por aclamación, les nombra presidente y presidenta de la comunidad hasta nueva orden ¡Vivan los presidentes!

“¡Vivan!”, contestó el grueso de la vecindad mientras todos se acercaban a los sonrojados y recién nombrados mandatarios para expresar sus mejores deseos con caras de envidia sana. Tras el cierre del acto institucional, y ya sin el administrador levantando acta, se alzó en hombros a la activa pareja por parte del grupo más jaranero del bloque para que saludaran a sus convecinos en un paseo victorioso por las zonas comunes de la finca, incluidos trasteros. No se recordaba una celebración como esa, las damas lanzaban pétalos de rosa desde las ventanas que daban al patio de luces mientras que los caballeros animaban el trayecto con sentidos gritos de “¡toreros, toreros!”. Las celebraciones por la coronación se alargaron durante toda la noche y más de un propietario fue sorprendido por el amanecer intentando emular a la pareja regente con mayor o menor acierto. Solamente Doña Heriberta, buscaba dentro de sí en qué se había equivocado mientras buscaba una nueva causa en la que volcar sus inquietudes y protestas de cara a la próxima reunión comunitaria.



Venía el Bilbao a medirse con los nuestros en un partido crucial. Venía el Bilbao, un equipo al que en ciertos aspectos se le mira con algo de envidia. Envidia al constatar que sigue habiendo entidades que cuidan y respetan una identidad. Envidia al ver un equipo con varios internacionales que no se plantean abandonar el club y que, si son renovados, no lo son bajando cláusulas de rescisión, sino subiéndolas hasta límites prohibitivos. Envidia al saber que hay instituciones que planifican la temporada en base a un proyecto deportivo definido sin poner el timón en manos de entrenadores de inutilidad probada. Envidia da pensar que los aficionados de ese equipo pueden elegir a sus mandatarios basándose en criterios deportivos y de gestión. Ésa, justo ésa, es la mayor de las envidias que se sienten. Ahí acaba todo. No guarda uno más envidias al conjunto vasco. Ni por historia, ni por títulos, ni por grandeza, ni por afición, aunque a veces nos cueste entendernos entre nosotros mismos. ¡La envidia, queridos lectores! Deporte nacional y seña de identidad del carácter hispánico.

Como uno es envidioso por naturaleza y seguramente ustedes ya hayan leído en la prensa los dimes y diretes acaecidos en el partido, no les voy a hablar demasiado de ello. Si no me corroyera la envidia les podría hablar de unos primeros diez minutos inspirados que dieron paso a un resto de primera parte deprimente; de unos Koke y Adrián algo perdidos al principio pero crecidos tras el descanso; de una pareja de centrales solventes, de unos mediocentros que siguen cumpliendo con lo mínimo, que suele ser poco; de un rival cansado y algo mermado; de un Juanfran que ayer estuvo algo más impreciso y hasta frívolo en defensa pero incisivo en ataque; de un lateral izquierdo que cuajó ayer un partido completo; de un inicio de segunda parte que nos devolvió a un Atleti indómito; de un espigado portero belga que no tuvo trabajo hasta los últimos diez minutos del partido; de un defensa colombiano al que se recordará con cariño realizando continuadas demostraciones de profesionalidad y discreción, juegue lo que juegue, acierte o falle; de un delantero centro compatriota del anterior protagonista que caza goles y gusta más cuando limita sus intervenciones a la zona de influencia del área pequeña sin ofuscarse con bajar al centro del campo; de unos valientes aficionados que se dieron cita en el feudo rojiblanco sin temer a fenómenos atmosféricos de diferente cariz; de un entrenador que celebra los goles con pasión de adolescente y de un resultado que nos permite seguir pensando de manera positiva. Ya les digo, no diré nada sobre todo eso. Y todo porque soy un envidioso, ¡hala!

Hoy les quiero hablar de un jugador turco. Sí, sí, tal vez ustedes le vean por la calle y ni se fijen en él. Probablemente si le vieran en la cola de la pescadería repararían en que las camisas le quedan largas de mangas por tener los brazos algo más cortos que la media. A lo mejor piensan ustedes que tiene pinta de pícaro vendedor ambulante o de repartidor de periódicos gratuitos. Sí, pudiera ser. Incluso si lo vieran dentro de un campo de fútbol pensarían que no parece un jugador de esos a los que últimamente estamos acostumbrados, esos de ceja depilada y peinado relamido. Si le vieran calentar les llamaría la atención de él que es tal vez demasiado bajito y hasta culibajo para ser deportista de élite. Seguramente pensarían ustedes que ese jugador desempeña en el equipo el puesto de suplente del suplente o el más eufemístico rol de  “jugador que da profundidad a la plantilla”, circunloquio que sustituye al más gráfico término “el que da sombra al botijo”. Todo eso pensarían ustedes sobre él. Todo lo que pensaran se esfumaría cuando le vieran manejarse con el balón en los pies sobre el rectángulo de juego. Cierto es que no es el más rápido, ni el más alto, ni tampoco es que sea guapo de calendario, pero es el más listo de los que saltan al campo en la mayoría de los partidos (o sea, como Reyes, pero al revés).

Ayer, capitaneó el juego ofensivo de los nuestros con su catálogo de fintas, quiebros y quites pintureros. No solo sumaba en ataque, se sumaba a las porfías defensivas con ese saber que tiene él para meter el culo en el momento justo y llevarse el balón o con ese tackling marca de la casa con el que arrebata el balón limpiamente a laterales de correr dislocado. Ayer, el equipo empezó y terminó en él. Pendiente de lo que salía de sus botas y de su cabeza coronada de indomables rizos. Él se movió por todo el campo, bien para percutir contra la defensa contraria o para inventar pases que parecen siempre faltos de fuerza. Si creyésemos en la reencarnación diríamos que él fue ratón “colorao” en otra vida y por ello nos levantamos del asiento para ovacionarle como merecía cuando Simeone le sustituyó. Y es que, queridos lectores, el partido de Arda Turán de ayer es para provocar envidias, o al menos a mí me las provoca por su desparpajo y conocimiento del juego. Tal vez piensen ustedes que estoy exagerando una pizca y que se nota mucho que el otomano es uno de mis ojitos derechos. Pudiera ser, es lo que tiene ser envidioso, siempre lleva aparejado algo de exageración.

9 comentarios:

  1. ¿Será casualidad que el rival se vino arriba cuando el turco salió del campo?. Algunos dirán que nos vinimos atrás porque quedaba poco y el resultado acompañaba. Algo de eso puede haber, pero también es cierto que, con Arda en el campo, el contrario debe cuidarse mucho más las espaldas.

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  2. Yo lo atribuyo más a un bajón físico y a las ganas de conservar para asegurar un resultado vital, pero no hay discusión en el hecho de que si Arda hubiera estado en el campo, se asegura más posesión de balón.

    Por cierto, hubiera sido importante intentar igualar el goalaverage, puestos a pedir...

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  3. No me quiero imaginar al Cholo, con 1-0 contra el Madrid en el minuto 50... "Domínguez", "Perea", "Assunçao"... "Asenjooooo".

    Los cambios del Cholo siempre que vamos ganando resguardan incluso demasiado... "Amarrategi Blues"(por ponernos exquisitos, que más no se le puede pedir, sobre todo después de verle celebrar un gol jajaja)

    Grande Cholo, y Grande Arda (Anda para los amigos)

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  4. No crea que tiene demasiado más en la recámara...Por no tener no tiene ni un delantero con vocación de tal fuera de la alineación titular.

    Por cierto, mi bienvenida a los nuevos integrantes, a pesar de que tengan una foto de perfil tan inquietante como la suya..

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    1. jajaja la foto es cuestión de tiempo, fue por una broma, no aduciré a ataques "hackers"...

      El banquillo es corto, cortísimo, minúsculo... pero no me sobraría ver a Pedro, delantero, técnico y con gran desmarque, por si... por si se nos ocurre remontar (como en Mallorca mire usted).

      Situación ficticia la que planteé, sueño que suceda, pues aunque cedamos el esférico por momentos es difícil llegarnos, y enchufados y con pilas más aun... intuyo que el Cholo planteará muy bien el Derby, aunque no es momento de ilusiones, y si de sensaciones: "Sacar los 3 puntos del Pilar".

      PD: Harto improbable no fijarse en esas curvas de Falete... no es una foto afortunada para generar un debate serio, pero a veces las apariencias engañan y una imagen no vale más que mil palabras, que al final son lo que enriquece el debate.

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    2. Supongo que Falete tendrá su público (en todos los sentidos)..

      El banquillo es esmirriado y tiene mal color. Pedro es una opción pero no debería ser la única alternativa, con los canteranos hay que medir los tiempos escrupulosamente.

      Uno, que lleva ya varios derbys vividos con casi desgana, solo le pide al próximo que Simeone nos devuelva un poco más de lo que ha hecho, no será poco, desde luego.

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  5. A mi lo que me da envidia, D. Emilio, es su facilidad de palabra. Dos entradas por semana y no decae. Sí casi no me da tiempo a mi a leerlas...
    No vi el partido, así que no puedo opinar más que por un escueto resumen televisivo. Pero el turco, es un tipo que tiene más de lo que da. Yo creo que irá a más, sí el cuerpo aguanta...
    Sólo espero que al Cholo le dejen planificar algo la temporada que viene, porque lo que traiga esta está casi de más, vista la pantomima del verano pasado y del desarrollo de la temporada. Si aguanta con lo que tiene y cumple con los giliobjetivos tendremos bastante. Y una EL, que se disfruta bastante, oigan.
    Pero me da mucho miedito la diáspora de este verano. Ya veremos...

    Un saludo y buenas tardes.

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    1. No crean que no cuesta, pero uno siempre ha tenido la verborrea por castigo y así le da salida de una manera más o menos decorosa.

      El turco es muy grande, con sus defectos, con sus desapariciones en ciertas fases del partido pero con su conocimiento del juego y esa técnica pulida en esa calle de Estambul que es exactamente como imaginamos. Vean, vean...

      http://www.youtube.com/watch?v=MkKyiLtJqAU&feature=player_detailpage

      Confío en que el Cholo no se pliegue a las imposiciones de Mendes y su cuadra...Mala pinta tiene lo de las ventas, ya hasta existe la coartada de lo de los pagos a hacienda, que somos todos menos los apropiadores...

      PD: Por cierto, viendo el vídeo, hay que reconocer que el aparato propagandístico del régimen funciona bien, lo que es, es...

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