martes, 8 de noviembre de 2016

Críticos agazapados

Decía Mao que la crítica es algo que debía hacerse a tiempo y que no hay que dejarse llevar por la mala costumbre de criticar solo después de consumados los hechos. Trasladada la idea al mundo del fútbol, podría decirse que han bastado dos derrotas seguidas a domicilio en Sevilla y San Sebastián para que los agazapados críticos de Simeone vuelvan a asomar la patita usando los resultados como arma arrojadiza. Pese a las impensables cotas alcanzadas por el Atleti en los últimos años, un par de reveses vuelven a permitir que la desmemoria y el histerismo tomen la fortaleza al asalto. Nada nuevo bajo el sol. Ya a principios del presente curso hubo que hartarse de escuchar sandeces sobre ciclos agotados, sobre el compromiso de entrenador y jugadores o sobre la abuela, de la que se sospechaba que se encendía un pitillo a la mínima de cambio.

Asombra la ambivalencia de la turba que escruta cada movimiento del técnico con la intención de afearlo. Cansados prematuramente del supuesto nuevo juego bello que tanto reclamaron, abogan por una vuelta a los orígenes de la fealdad. Aquellos que antes tildaban a Diego Pablo de reservón, de gran estratega de la defensa y pésimo planificador de ataques, echan ahora de menos al Atleti intenso y hermético que tanto les aburría cuando pedían a boca llena delanteros sobre el campo. Lo mismo te echo de menos, lo mismo, que antes te echaba de más, que cantaba Kiko Veneno.  


Sabida era la animadversión que El Cholo recolectaba entre aficionados y cronistas de otras parroquias. No cuesta entenderlo siendo él el artífice de convertir el Atleti en una máquina de competir que en nada se parece a aquel rival simpático y generoso que regalaba puntos a cualquier equipo mínimamente ordenado. Extraña más cuando la crítica injustificada proviene de dentro, de cierto sector de seguidores rojiblancos que confunden la exigencia reconquistada con los vicios más recalcitrantes de los nuevos ricos. No conviene desenfocarse, que el Atleti salga ahora a ganar en cada campo no justifica la ola de convulsión creada cada vez que no lo hace.

No queda otra que asumir que a Simeone se le espera detrás de cada partido, navaja o pluma en mano, como si fuera la esquina de un callejón sombrío. Cada palabra, cada gesto, cada alineación se pone bajo la lupa. Unos y otros buscarán el resquicio para introducir su cuña. A los de fuera se les comprenderá mejor, su único ánimo es el de que el Atleti deje de molestar como lo lleva haciendo desde casi hace un lustro. No son más que malcriados púberes acostumbrados a ser los protagonistas de las fiestas que las instancias deportivas pergeñan para ellos en exclusiva. A los de dentro se les explicará más difícilmente. No acaba uno de adivinar el fin último de sus andanadas. Convendría que se definieran, eso sí. Saber si en sus plegarias piden un equipo que se lance a tumba abierta al ataque o uno que construya su imperio desde la seguridad defensiva. Conocer qué jugadores debería poner el técnico sobre el campo para contentarlos. Saber más de ellos. Dejarse ver, salir del armario del resultadismo a posteriori expresando de antemano sus preferencias. Si todo ello no aclara el panorama, habrá que preguntar a la abuela, que fuma una barbaridad. 

6 comentarios:

  1. Buenos días D. Emilio,

    Era de esperar, ya que molesta que se puedan conseguir resultados con trabajo y actitud y se puede uno colar entre los grandes transatlánticos de la liga, que la consideraban su coto cerrado al que sólo invitaban a los que les resultaban simpáticos. Gritan, luego cabalgamos. Buen día

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    1. Lo de dentro tiene peor comprensión, y solución incluso. Debe ser que nos pilla muy mayores y con muchos partidos sonrojantes vividos para entenderlo.

      Buen día, Don Alberto.

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  2. Es verdad gran parte de las cosas que dices, pero no es menos cierto que desde la aficion del atleti cuando hay cosas que el entrenador haga mal, como es normal, todos tienen fallos, nos escudemos en que antes eramos peores, hay muy poca capacidad crítica hacia simeone y creo que a la larga eso se puede convertir en un problema
    Un saludo

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  3. Don Manuel, me temo que esta insinuando que debemos criticar al Cholo, pese a que no haya motivo, aprovechando los resultados para ir haciendo callo y asi cuando lo merezca ya lo lleva puesto ¿?...yo creo que para eso había otro cayo...Julio Cesar que se hacía recordar que era humano y eso es exactamente lo que hace Simeone, recordarse que no es una deidad ante la falta de señalamiento racional de sus posibles errores. Yo hasta la fecha solo le imputo uno y que en mi círculo atletico denuncie en tiempo y forma, no poner a Savic el año pasado en lugar de Gimenez y que en mi opinión nos costó la Liga pues habriamos ganado en Barcelona y ya paseo final, pero por supuesto mi osada especulación no deja de ser una estulticia que jamás deba ser debatida en las redes. Para mi no hay duda de que el 100% de las críticas de los atleticos al Cholo o sea al Atleti o sea a ellos mismos es fruto de la semilla que el nacionalmandrilismo siembra cada día durante 24 horas ininterrumpidas desde hace ya demasiados años. Toca introspeccionarse (perdon el palabro don Emilio) señor Delgado

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    1. Buenas Alfred, no insinuo que haya que criticar al cholo,digo que cuando de razones para ello como ha pasado a veces, si se haga. Sólo plasmo mi impresión de que no hay capacidad crítica hacia el. Para mi hay ciertas cosas que no me gustan, como la titularidad indiscutible de gabi y juanfran, cuando se ve un claro bajón en su nivel, como el ostracismo de ciertos jugadores, pero uno dice eso y casi te tiran a los leones por criticar las decisiones del entrenador. Tanto desde la afición como desde la prensa, se le da un ambiente demasiado placido

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  4. Claro que Cholo se equivoca, pero sospecho que bastante menos que todos los demás seres humanos. Uno de los aspectos más curiosos del asunto es que, tanto hemos asumido todos que Simeone aglutina toda la responsabilidad de lo que ocurre en el Atleti, que ya no se señala casi nunca a los jugadores cuando tienen un mal partido, la culpa suele recaer sobre los hombros del técnico, por ponerlos.

    Me parece incluso una cuestión de sanidad criticar sus decisiones, él mismo reconoce a veces que se equivocó, pero convendría que los que critican encarnizadamente en cuanto el resultado se enrevesa, reconocieran sus aciertos cuando acontecen, que es la mayoría de las veces.

    Un saludo y gracias por los comentarios.

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