Después de
todo lo que han visto nuestros ojos. Después de años y años de travesía por el
desierto. Después de las temporadas que se escapaban por el sumidero cuando
todavía el verano no se había marchado. Después de ver con qué ligereza se ponían
la gloriosa camiseta tantos Patos Sosas, tantos Seitaridis y otras tantas
medianías. Después de marcharse tantas veces para casa avergonzado. Después de comprender
por qué Torres tuvo que irse aunque doliera. Después de echar de menos el
sudor, la tensión y hasta a veces la dignidad. Después de que la exigencia se hubiera acogido a una excedencia que duró
demasiado. Después de las intertotos y esas primera eliminatorias preveraniegas
contra equipos con jugadores barrigones que son los carniceros del pueblo. Después
de Ofis Cretas y Timisoaras. Después de preguntarnos a nosotros mismos si
éramos un rival decente. Después de que cualquier equipo de medio pelo robase
puntos en la tómbola que era nuestro estadio. Después de Manzanos, Ranieris y
entrenadores que basaban sus planteamientos en las sensaciones. Después de
equipos partidos. Después de esquemas incomprensibles. Después de fijar como
objetivo quedar octavos. Después de infiernos y vueltas tardías. Después de
pelucas, de narices torcidas; de negritos y saldos de Mendes. Después de todo
eso, que no es poco, ¿de verdad cree alguien que el equipo actual puede sembrar alguna duda? ¿de verdad merece algún reproche aunque sea uno muy pequeño como
el contenido del plato que le ponen a uno delante en un restaurante lleno de
estrellas michelín?
Después de
todo lo que han visto nuestros ojos. Después de estos últimos años de vino y
rosas. Después de volver sentir el hormigueo en el estómago. Después de
permitirnos volver a soñar. Después de pelear de igual a igual con los que
tienen muchos más medios. Después de que los buenos jugadores quieran volver a
venir. Después del gol de Miranda. Después de diecinueve años. Después del
bendito cabezazo de Godín. Después de San Siro y Stamford Bridge. Después de
aquel maldito descuento que se alargó en demasía. Después de que Torres vuelva
sabiendo que era el momento de hacerlo. Después de no conocer la derrota en los
partidos a los que antes íbamos derrotados. Después de los cuatro goles de hace
tan pocas semanas. Después de que el Atleti gane muchas más veces de las que
pierde. Después de la pizarra. Después del balón parado. Después de esa
proverbial intensidad disfrazada de violencia por los que nos consideran una
amenaza. Después de saber a qué se juega, se haga bien o mal. Después de que la
Juventus celebre empatar con nosotros. Después de haber probado las delicias
turcas. Después de pedir selección para Gabi aunque ahora muchos no se acuerden. Después de que al fin uno sepa
que mirando al césped y al banquillo se siente representado. Después de que los
niños vuelvan a ir al cole llenos de orgullo con sus camisetas. Después de
saber que si se cree y se trabaja, se puede. Después de todo esto, que no es
poco, ¿de verdad hay alguien que haya dejado de confiar en este grupo?, ¿de
verdad hay alguien que se crea capacitado para criticar descarnadamente a
Simeone aun cuando en ocasiones pudiera equivocarse?
Después de que
hayan digerido lo evidenciado en los dos primeros párrafos de este artículo, permítanme
recomendar a los que ladran desde otras aceras que se metan en sus asuntos, que
para eso tienen las parrillas televisivas llenas de minutos y segundos dedicados
a sus superpoderosos superequipos. Después de eso, permítanme calificar de
desmemoriados y hasta de blasfemos a los que señalan desde nuestra orilla del
río. Les aviso de que, después de todo lo dicho que no es poco, si alguno
pretende apostar en contra de este equipo que no cuente con el que suscribe.
Después de todo lo que han visto nuestros ojos, es lo mínimo.
Cuanta razón, D. Emilio, cuanta razón.
ResponderEliminarEl ejercicio de desmemoria de las últimas semanas está copando mi paciencia. Ya he tenido que mandar a algún propio y a algún ajeno a escardar cebollinos, ya sabe...
No pasaría nada, pero nada de nada si esta temporada se saldase con un tercer puesto en Liga, una buena participación de Champions (eliminando, por supuesto, al desagradable y aspirinero equipo alemán) y esa Supercopa de España que parece olvidada en la noche de los tiempos. Ya me gustaría a mi que las exigencias actuales se hubiesen tenido hace años...que manera de palmar, en fin.
Reciba usted mi mas cordial saludo, que no nos prodigamos tanto como antaño, pero que seguimos aqui. A la espera...
Buenos dias.
Lo de los ajenos es algo esperado, lo de los propios sangrante. Servidor también ha tenido que poner en su sitio a seguidores del Atleti que parecían del Valencia así, de un par de semanas a esta parte pero lo peor, sin duda, es discutir a Simeone. De hecho tuve la poca fortuna de oír a un gachó que hablaba muy serio de ciclo agotado, ¡casi tengo que ponerme una pastilla bajo la lengua para aliviar el sofoco!
EliminarAnda usted ya en capilla, ¿no?
Ya sabe que aquí siempre será esperado
Buenas tardes ya
Gracias una vez más por plasmar lo que siento y lo que pienso Don Emilio. Llevo semanas dando vueltas a todo lo que usted menciona, en concreto desde la derrota en Balaídos. Parece que todos se han olvidado de que con la llegada de Simeone, allá en el lejano 23-12-2011, se han conquistado: Europa League (mayo 12012); Supercopa de Europa (agosto 2012); Copa del Rey (mayo 2013); Liga (2013-2014); Supercopa de España (agosto 2014).
ResponderEliminarAparte de romper una racha de 14 años sin vencer al Madrid. Conseguir ganar al Madrid en Liga en los dos partidos (desde la temp. 50-51).
Hacernos lucir la rojiblanca orgulloso allá donde vayamos y no achicarnos ante nada y ante nadie. Enseñarnos que si nos piden nuestra rojiblanca nos tienen que dar dos de la otra. Estar orgulloso de un equipo que se deja todo en el campo con mayor o menor acierto.
Yo, Don Emilio, no dudo, ni dudaré de quién cogió un muerto y devolvió un campeón (palabras de Don Rubén Uría). Yo no puedo olvidar quién nos devolvió a la élite y ser considerado uno de los mejores equipos de Europa (al menos por la prensa extranjera).
El Atleti aquí significa: gamberrismo, marrullería, violencia, asesinos, antifútbol, etc. Fuera de nuestras fronteras: equipo temible, competitivo, luchador, farragoso, incómodo, campeón, trabajado tácticamente y a veces hasta con fútbol brillante, ejemplo: 4-1 al Chelsea en Supercopa de Europa. (se habló del mejor partido de la historia rojiblanca ¿recuerda?).
Yo no olvido nada ni lo pienso hacer. Cada día me siento más orgulloso de este nuestro equipo. Hemos pasado y sufrido mucho, hasta llegar donde hoy. Por todo eso, gracias, gracias a personas como usted que ven la realidad tal cómo es, no como nos la quieren pintar.
Atleti hasta la muerte.
gracias, un abrazo rojiblanco.
Fernando A.
Líbrenos el legado de Don Luis Aragonés de aquellos que pretenden apedrear a los que un día convierten el agua en vino de mesa acostumbrados a que la transformen en un gran reserva.
EliminarNunca desde que tengo uso de la poca razón que uso conocí un Atleti como el de esta época y desconozco si lo conoceré. Más allá de que esto parezca un trabalenguas, debería ser un axioma para todos, desmemoriados incluidos.
Un abrazo, Don Fernando.
Joder. Que se me han saltado las lágrimas leyendo tanta decepción pasada y tanta alegría presente y futura.
ResponderEliminarA mí las lágrimas me salen recordando, desde la llegada del Cholo solo hago que sonreír
ResponderEliminarDescontando semanas estoy, D. Emilio. Y delos nervios, oiga...
ResponderEliminarBuenas tardes.
Buenas noches D. Emilio.
ResponderEliminarTiempo ha que no escribía un comentario en su blog.
Como siempre muy acertado.
Un cordial saludo,