miércoles, 2 de octubre de 2013

Las muertes indecisas


- Lo que le estaba contando doctor, en mi familia somos muy de morirnos lento, de morirnos a plazos. No crea que morimos de forma agónica, nada de eso, nos morimos de manera indecisa, diferida. Por ponerle un ejemplo, mi abuelo estaba con el sudario puesto y hasta el párroco había pasado por casa para darle la extremaunción. Mi abuela Federica, que en gloria esté, era muy previsora y la había encargado un ataúd revestido de zinc con acabados en nogal, una cucada, vamos, pues bien, mi abuelo decidió que no era su hora y estuvo durante los siguientes diez años que si me muero que si no y claro, se acostaba en el ataúd por darle uso. Con decirle que se le enderezó la espalda a él, que siempre había sido algo cargado de hombros. Y luego está lo de mi tío, Quintín el del molino, le llamaban. Mi tío Quintín volvió a casa de la guerra desahuciado por un balazo en el trasero que derivó en fístula de 38 milímetros parabellum y allí estuvo postrado quince años sin saber si se moría o no hasta que llegó al pueblo una compañía de cómicos con la que venía mi tía y se levantó de la cama para fugarse con ella a Argentina. Cuando le preguntaron dijo que no había dicho que se encontraba muy bien para no disgustar a nadie y porque mi tío siempre ha sido bastante flojo, no nos engañemos…


Jugaba el Atleti en Oporto, un campo que tradicionalmente no se le ha dado bien, y sacó Simeone una alineación que daba algo de aprensión. A la obligada baja de Diego Costa por aquel jugar a tope tope con un defensa eslavo se añadía la decisión técnica de prescindir de Koke de inicio. Ahí es nada, se plantaban los nuestros sin los dos jugadores más en forma para enfrentarse al rival más fuerte del grupo y fueron muchos los aficionados que volvieron a fumar después de varios años sin catarlo o de hincharse de bollos rellenos de crema a pesar de las horas de sudores pasadas en el gimnasio haciendo spinning u otras aberraciones de similar calado.

Comenzó el partido con los nuestros agazapados y algo indecisos. Poco cariño tenía el balón a los nuestros, tal vez por el maltrato que se le dispensaba y el rival, que no iba vestido de Oporto si no de Getafe con brillos, se hizo con el partido casi sin querer. La indecisión del Atleti se veía en la defensa, en un medio del campo sobre el que el balón pasaba volando y sobre unos delanteros desconectados. Se adelantaron los locales tras jugada de estrategia defendida de aquella manera y, por lo que se estaba viendo, daba la sensación de que allí, a orillas del Duero, en esa capital coqueta pero algo decadente, moriría la racha triunfal de los nuestros. Se sacudió algo el Atleti el dominio del adversario pasado el ecuador de la primera parte y hasta pudo empatar sin merecerlo demasiado en un remate de Raúl García que se estrelló contra el larguero tras haber contado con la inestimable colaboración del portero rival, firme seguidor de la añeja tradición de porteros con pantalón largo que esconden dentro a un tenor frustrado.



Ya en la segunda parte, y tras la correspondiente Simeonina salpicada con gritos del descanso, salió otro Atleti. No un Atleti brillante, que ayer para brillos ya estaba la camiseta de los dragones, pero un Atleti diferente, un Atleti menos indeciso con respecto a dejar morir la racha victoriosa. Un Atleti que tira de oficio cuando la inspiración le da calabazas. Empató Godín resarciéndose del fallo de marcaje en el gol enemigo, de nuevo con la venia del portero con mallas de gimnasia rítmica, y se vio que no era para tanto el rival, que más allá de la historia, la plantilla actual del equipo luso es apañada y poco más. Resucitó el Atleti y se hizo con los mandos prescindiendo de los delanteros, poco afortunados ayer. Salieron Koke y Oliver y aquello era otra cosa, no una para tirar cohetes, pero otra definitivamente. Fue entonces, cuando unos y otros empezaban a asumir que el empate no era malo para nadie, cuando en una falta al borde del área Gabi miró a Simeone y éste le hizo una seña. Una seña que pudiera ser interpretada por alguien que no entrena con el equipo como que El Cholo avisaba a Gabi de que iba a envidar a grande, a chica y a pares si los lleváis. Gabi, obediente, amagó con disparar mientras Arda se descolgaba de la barrera para fusilar al portero-cantautor a bocajarro en lo que suponía el enésimo gol atribuible a la pizarra de los que este año se han marcado.

Ganó el Atleti en un campo en el que hasta la fecha no había conseguido siquiera marcar un gol. Ganó el Atleti y lo hizo con oficio, zafándose de la mortaja de juego a la que parecía abocado en el inicio del partido. Ganó el Atleti más allá de rotaciones y de ausencias, más allá de nombres que no sean el de Diego Pablo y el de Germán. Llegarán otros días en los que la racha creerá que está a punto de expirar, pero le habrá cogido gusto a estar con los nuestros y no se querrá ir con facilidad para no desairar a nadie. No bajará este Atleti los brazos para dejarse ir, para que venga la parca de las rachas y los triunfos y merme sin esfuerzo esta fe inquebrantable que muestra. Esto es fútbol y algún día pasará, está claro, pero de momento a este Atleti y a su racha les queda cuerda por delante…

6 comentarios:

  1. ¡Que intensidad, D. Emilio!, ¡que fortaleza mental!, ¡que equipo!
    No las tenía todas conmigo, después de un derby tan intenso y brillante, este partido llegaba demasiado pronto. Y el inicio del mismo me daba la razón. La intensidad, la presión la ponían los portugueses. Y se fueron ganando al descanso merecidamente.
    Pero, amigo, esto es un equipo. EQUIPO. Y se merendaron-cenaron al Oporto, como quien se cena un bacalao: cuesta un poco al principio pero al final entra.
    Con luces y sombritas, esta va para adelante. No se donde llegaremos, pero me tienen loco. Loco de amor y orgullo.

    Buenos dias.

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  2. Esto no es un equipo, oiga. Esto es una roca inamovible ante fenómenos meteorológicos e incluso futbolísticos.

    Como bien dice usted, qué orgullo da ver al equipo dando lo que uno siempre hubiera esperado que dieran en otros tiempos otros "proyectos" al portar esa sagrada camiseta...

    Buenísimos días...

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  3. Sin lugar a dudas que el Cholo Simeone ha dotado al equipo de una seguridad tremenda que ha hecho que los jugadores estén 100% en el proyecto. La arenga que a buen seguro les dio ayer en el descanso provoco que la segunda parte fuera otra historia.

    Por el bien del fútbol español, ojalá el Atlético aguante en la Liga el pulso con Barcelona y Madrid al menos hasta que quede poco para la finalización del campeonato.

    Un saludo!

    TresCuatroTres.es

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  4. ¡Y no solo por el bien del fútbol español, por el bien de la humanidad!

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  5. oye y si esto dura para siempre?

    -Miguel

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  6. Pues nos moriremos también a plazos, pero morirnos de felicidad, claro...

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