miércoles, 12 de marzo de 2014

Elogio de la belleza

Pese a lo que se había dicho durante la semana era imposible desconfiar. El estadio estaba de un bonito que dolía y con ese ambiente no hay lugar para dudas ni miedos. Cierto es que el Milán traía prendida de su camiseta, aunque fuera de la suplente en tonos sidra El Gaitero, toda la historia que lleva a sus espaldas. No menos cierto es que el Atleti tiene también bastante historia en las suyas, y más presente también, no nos engañemos. Salieron los jugadores al terreno de juego y se quedaron atónitos ante cómo se había arreglado el Calderón. Estaba nuestro estadio guapo de verdad, maquillado para la ocasión para potenciar sus puntos fuertes y minimizar el descuido al que la gerencia le condena. Parecía el Calderón recién inaugurado y lo notaba la afición añadiéndole un toque festivo y cercano. Estuvo la afición también guapa, como siempre suele estar pero quizás un poco más. Les contaba que el Calderón estaba arrebatador y seductor, que estaba que daban ganas de ponerle un piso exterior con dos baños completos y presentarle a tus padres si se tercia y uno volvía a pensar en qué demonios se nos habrá perdido a nosotros en un campo a las afueras de las afueras, pero ese pensamiento junto con todos los pensamientos amargos que pudieran asaltar al aficionado ayer se diluyeron ante la belleza del campo, de la afición y de los siempre bellos colores rojo y blanco que inundaban la noche. Así no hay lugar para la desconfianza, toma, claro…

Decretó el colegiado delgaducho y despeinado el inicio del encuentro y se fue el Atleti para arriba. A matar por si alguien osara pensar que pudiera morir. Adelantó las líneas y asfixió con las presiones y casi todavía estábamos admirando lo precioso que estaba todo cuando Gabi le cedió el balón a Koke tras cortar el primero de los innumerables balones que corta en esta y tantas noches. Resurrección puso el balón en el área templadito pero quizás algo largo, en esos terrenos donde no llegan los delanteros chaparros o cuellicortos. Apareció Costa cuando parecía imposible y se marcó un remate con reminiscencias de capoeira que terminó en culazo, como suelen terminar todos los remates imposibles y bellísimos de Diego Costa y Abbiati, deslumbrado por la belleza del remate y del centro, por la guapura que Gabi otorga a la presión en banda y por la exquisita divinidad del ambiente a orillas del Manzanares, solo pudo acostarse como es norma de la casa ante cualquier remate que no vaya a dirigido a su barriga.

Tras el gol se mostró el Atleti exuberante. Desatado. Poseído por la belleza que flotaba en el ambiente. Parecía haber muchísimos Diegos Costa sobre el terreno, Gabi y Koke parecían también multiplicados y faltaban metros en la banda para que la corriera Juanfran una y otra vez. Cuentan algunos aficionados de esos que no miran al juego sino a otras cosas mientras se desarrolla la acción que en esos minutos Courtois jugaba a los chinos con el árbitro de área que el azar y la UEFA le había deparado para poder entretenerse. Parecieron los nuestros verlo tan bonito, tan fácil por momentos que se relajaron y dieron un pasito atrás. Un pasito corto de los que no lleva a ningún sitio, pero un pasito que sirvió para darle aire al rival.




Los argumentos ofensivos del rival se resumen en la bipolaridad de Balotelli, en el habilidoso Taarabt, que se pasó la noche desaparecido y abrumado por la ausencia de Insúa y por Kaká, ese jugador que precisamente ayer quiso reencontrar la tilde perdida de su apellido en dos remates de cabeza que inquietaron pero nunca hicieron dudar ni minar la confianza. En esos minutos de transición, de nudo del argumento planteado con la ventaja rojiblanca, murió el Milán si en algún momento llegó a estar vivo del todo en la eliminatoria. Reaccionó el Atleti y fue como suele ser en los partidos grandes. Como lo fue en el derby pasado y en alguna que otra final de las que tenemos plasmadas en la retina. Con intensidad y con el turco.

Escribió ayer el evangelio ardaturanista una nueva página más allá de sus diabluras y de lo que presiona, que es mucho. Creó Turan un nuevo prodigio en forma de disparo rebotado que cogió trayectoria tan traidora que pensábase que fuera estudiada. Los niños que estudien este hecho en el futuro dentro del catecismo de alabanza al turco lo conocerán por la parábola de Arda. ¡Aleluya y a la caseta!

Nunca creyó el Milán achampanado en nada tras el descanso, y si lo hizo fue por poco tiempo, de nuevo arrollado por la ola de belleza en la que estaba subido el Atleti. Pudo marcar un Gabi desatado y finalmente marcó Raúl García de cabeza en su habitual cita con el gol. Pudo haberlo hecho antes tras haber esbozado una chilena de las que quitan el sambenito de llegador para otorgar el título de delantero con todas las letras y se desató una fiesta solo interrumpida por el epílogo que Diego Costa escribió para hacerse conocer más si cabe en Europa entera, si es que hubiera quedado alguien en Europa que no conociera las andanzas del de Lagarto a estas alturas.   


Nunca hubo motivo para desconfiar ni para mostrar temor. La historia sola gana muchos menos partidos que los árbitros con entradas que dejan jugar, por ponerles un ejemplo. La historia está para respetarla y para escribirla. Para escribirla en noches en las que el Calderón se pone de un guapo que enamora y la afición luce su mejor sonrisa sabedora de que la imagen de ese día pasará a la posteridad. Estaba el Calderón esplendoroso y todos lo que allí se dieron cita estuvieron a la altura de la belleza del entorno. Estaba el Calderón tan bonito que daban muchas ganas de soñar despierto. Hemos llegado hasta aquí traídos por un sueño, a partir de aquí hay un sueño mucho más grande. Uno muy bello.  

16 comentarios:

  1. Preciosa crónica, como nuestro equipo, como nuestro estadio, como nuestra afición, como nuestro himno....como llorar cantando en el último minuto a Don Luis Aragonés....gracias Atleti y gracias Don Emilio.

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  2. ¡Qué bonito estuvo todo ayer! No sé como los del PETA u otras asociaciones en contra del uso de pieles no protestaron por tanta piel de gallina congregada en el mismo espacio....

    Un abrazo Don Antonio

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    1. Eso se lo dirá usted a todos, perillán...

      Un abrazo y gracias....

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  4. Me alegra sobremanera ver su crónica con tanta celeridad, D. Emilio. Temí que nos dejara algunos días en ascuas mientras iba descendiendo de esa nube en la que flotamos tantos rojiblancos ultimamente. No nos malacostumbre de esa manera, que luego se arrepentirá...
    Gracias por sus admiradas líneas.

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  5. Se puso uno a escribir la crónica aceleradamente, sin duda alentado por el derroche de sudor que los nuestros vertieron ayer. No se acostumbren, se lo ruego, el tiempo libre se me está escapando de las manos últimamente como un euro para fichajes en manos del apropiador que el demonio puso en nuestro camino..

    Un saludo

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  6. Una preciosidad, D. Emilio, una preciosidad de jornada que pude disfrutar en directo. Una jornada inolvidable, un baño de atleticismo como pocos.
    Estamos enfilando el final de la temporada, donde se deciden las cosas. Estamos en la pelea y nadie daba un duro por nosotros. Ya veremos en que queda todo esto, pero reitero una vez mas el orgullo que me hacen sentir, por fin, estos muchachos rojiblancos.

    Buenos dias.

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  7. Bonito, bonito de verdad. ¿Sabe qué, Don Carlos? Que si la cosa se deshinchara, y no creo, de manera alarmante a partir de ahora, el orgullo no iba a ser menor de lo que es ahora tras luchar como se ha luchado para mirar a los ojos a aquellos que solo conciben la batalla partiendo con ventaja. Que nos quiten lo bailao, como decía aquel...

    Buenos días....

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  8. Infartando los corazones, sí. Pero de orgullo, de felicidad y de gusto...
    Rebonito el Calderón y reguapa su gente, Don Emilio.
    Y todos les decimos lo que yo le digo a usted, que no paren, que sigan, y que no dejemos de soñar en rojiblanco.
    Es muy hermoso perderse en este milagro colchonero.

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  9. Diga usted que sí. Por milagros de menos fuste se organizan peregrinaciones alquilando autocares de los de baño incorporado y cristales tintados...

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  10. Sublimes, don Emilio. Sublime el Equipo, sublime la Afición y, por supuesto, sublime usted. Cada año que pasa estoy más enamorado de la Afición. Tengo claro que no somos mejores que nadie, somos simplemente muy distintos. Y nos gusta ser así. En las buenas y en las malas. Por los siglos de los siglos. Amén.
    Un abrazo.

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    1. Sí somos distintos y ese afán en ser distinto a veces es poco comprensible incluso para uno mismo. Pecamos de excesos de fatalismos y de euforias en la misma medida, subimos y bajamos de los altares a algunos con demasiada celeridad pero no nos cambiaría por nadie. Nunca.

      Un abrazo

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  11. Hola,

    He podido acceder a su blog http://laagoniadelmediapunta.blogspot.com/ y me ha parecido muy interesante y con muy buen contenido. Debido a que dispongo de un blog con temática similar al suyo: http://www.profesorapuesta.blogspot.com/, me gustaría poder intercambiar enlaces contigo.

    Espero su respuesta y sobre todo que mi blog sea de su agrado.
    Puede contactar conmigo en el siguiente email: profesorapuesta@gmail.com

    Un saludo,

    Alba Parareda

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  12. Don Emilio, va usted a tener que cambiar el nombre al blog: yo apuesto por "La afonía del mediapunta".

    Como veo que sigue haciendo sus reflexiones al descanso, le imagino bien pero demasiado ocupado para escribir. Un abrazo

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    1. Ya sabe usted como son los mediapuntas, siempre pendientes de la inspiración, de las musas del último pase, siempre esquivos con los horarios y las obligaciones. Además de eso y de que servidor ha conseguido, en sentido homenaje a los mayores gilipollas que en la historia han sido, aceptar un puesto en el que se trabaja más cobrando lo mismo o menos, todo está bien, gracias por el interés.

      Un abrazo desde el silencio...

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