–….¿y de verdad que no me puede llamar Timoteo? Mire que a mí, los nombres con personalidad y musicalidad aparente siempre me han parecido los más apropiados –dijo el individuo de tez morena mientras contemplaba cómo las olas rompían con fuerza contra el arrecife que protegía la isla.
– ¡Que no, hombre! ¡Que no me parece bien! La aventura que estamos viviendo exige un apelativo más conceptual, una gracia de más calado que Timoteo –rebatió de nuevo el barbudo personaje que empezaba a echar de menos la soledad de los primeros años.
– Pues dirá usted lo que quiera, pero yo tenía un primo segundo, fruto del mestizaje y la fusión íntima de una prima carnal de mi señora madre con un jesuita de Mérida que quiso convertirla a la fe con métodos cercanos y procaces, al que pusieron de nombre Timoteo, lo que no fue obstáculo ni cortapisa para que llegase a hombre lluvia de su tribu –volvió a la carga el aborigen.
– No, si me vas a estar tocando los mismísimos hasta que te lo cambie. ¡Ea!, pues venga. A partir de ahora te llamaré Viernes Timoteo.
– ¿Nombre compuesto? ¿No quedará pretencioso?
– Seguro. Seguro que cuando vayas al registro civil de la isla, el funcionario encargado te va a mirar como a una víctima del esnobismo tribal.
– De verdad, Señor Crusoe, que cuando se pone usted intenso, más le valdría estar a uno solo que mal acompañado. Se me hace la isla muy pequeña para los dos….
¡Ay, los viernes! Esos días a los que últimamente tememos. Nada que ver con esos viernes de toda la vida en los que te escapas de la oficina en cuanto el reloj da las dos. Poco queda de esos días que son preludio de fines de semana de chándal y riñonera en un centro comercial. Ya casi no se ven jefes a los que el vaquero queda raro aferrándose a normas no escritas en el vestir para dejar el traje aparcado en la zona azul o verde de un armario de tres cuerpos. No quedan ni ganas de planear el asalto del sábado a la resistencia amatoria de ella o de él tras una semana de cansancio y rutinas. Y es que los viernes, queridos amigos, últimamente nos traen subidas de IRPFs, recortes y ajustes de cinturón o de tirantes elásticos. El pueblo llano mira de reojo las nuevas medidas aprobadas y suspira con alivio cuando no ha salido su bolita en el sorteo del recorte. “Este viernes han recortado en un 25% las ayudas para la compra de bisoñé a los calvos de larga duración”, se oye decir en los bares al mediodía mientras varios melenudos se regocijan por no ser alcanzados por la tijera de los ajustes ¡Ay, los viernes!
En cambio, la parroquia rojiblanca afronta los viernes de otra manera. Ya nos pueden bajar el sueldo, subir el agua o ponernos el gas a precio de noble, gas noble, se entiende. Nosotros andamos por la vida con despreocupación, mirando la botella casi rebosante más que medio llena y sonriendo a los vecinos de escalera, incluso al que pone el cassette de La antología de la copla demasiado alto a la hora de la siesta del viernes. Fíjense incluso que, hoy viernes, casi ni hablamos de fútbol. Lo consideramos baladí: “¿Pero ayer no jugó el Atleti?”, nos pregunta Martínez. “¡Bah!, estaba resuelto”, respondemos quitando importancia. Nos acostumbramos a lo bueno enseguida, como si fuera sencillo resolver en partidos de ida ¡Ay, los viernes!
Para representar el último acto de la resuelta eliminatoria de ayer, Simeone rotó. Rotó a los laterales, rotó algún mediocentro y rotó a Falcao, que ya empezaba a poner cara de necesitar unos días de libre disposición. Sacó una alineación algo contrahecha: dos centrales, de laterales; un lateral reconvertido, de interior y un mediapunta cargado de hombros, de delantero. En resumen una alineación de esas que, hace tres meses, hubiera obligado a intervenir a la autoridad y tal vez a los cascos azules. Ahora no, ahora las cosas han cambiado. Incluso en partidos como ayer con alineaciones de arte y ensayo, hemos dejado de ver las carencias para ver las cosas buenas. Servidor piensa que el partido de ayer era el partido de Koke. La lesión de Diego parece que le va a dotar de unos galones que parece haberse ganado pero que debe confirmar con algo más en cada partido. Koke tiene talento, da unos pases en profundidad por encima de la defensa que quitan el hipo, pero a veces se muestra algo acelerado. No ayudó ayer que no estuviera muy acompañado en la labor de creación porque ya se sabe que los jugadores como él son como los cabos de la guardia civil, funcionan mejor en pareja e incluso en batallón. Salió luego Arda y la cosa mejoró. Tenía un compañero con el que entenderse de esa manera en la que se entienden los que ven el fútbol a cámara lenta en sus cabezas. A pesar de que se le mira con cariño por ser de los nuestros, a Koke se le debe exigir más porque puede hacerlo. Esperemos que en el próximo partido lo ofrezca.
Reaparecieron Arda y Silvio, nuestro niño burbuja. A este último no se le vio demasiado más allá de la prevención que provoca sacarle a la calle con estos fríos, no se vaya a constipar. Al primero se le vieron varios detalles de esos que él deja y una largura de pelo de líder de grupo británico de garage-rock, lo que no es poco. Juanfran estuvo raro de extremo o de interior o de lo que jugara, y, cómo son las cosas, se le echó de menos como lateral. Los centrales volvieron a estar firmes. Los laterales, cumplidores sin más, los mediocentros aseados y los rivales del Lazio al nivel de un equipo de madres ursulinas. Pero hoy nos vamos a fijar en los de delante. Primero vamos con lo bueno, con Adrián. Adrián demuestra en cada partido que es un jugador diferente. Hace cosas que los demás no llegan a imaginar pero cuando tiene que mirar a la portería siempre busca a algún compañero que finalice por él. Los hay que dicen en un alarde de maledicencia que casi mejor que no tenga tanto gol porque, en ese caso, nuestra rumbosa directiva ya le habría vendido al peor postor, cosa que no se descarta vaya a producirse aún sin tener el remate en las venas. Ahora vamos con Salvio. El que suscribe empieza a tener con Salvio la sensación de que está siendo injusto. Por más que intento buscar las virtudes que tanto glosan los comentaristas de Cuatro o Canal Plus, no las encuentro. Por más que intento comprender el por qué de la salida de Elías primero y de Diego Costa después como competidores por una plaza de expatriado, no consigo hacerlo. Si tuviera que destacar algo de su partido de ayer empezaría por un buen disparo al palo y algún que otro regatito que termina con la firma de la casa, resbalón o tropezón. Ya les digo, empiezo a plantearme seriamente si no estaré mirándole con manía de profesor de filosofía.
Partido de trámite, en definitiva. Partido que sirve para dosificar esfuerzos y minutos. Para hacer probaturas y ensayos casi generales. Que pase el siguiente, que será el Besitkas de Simao al que esperemos se reciba como merece. Está quedando resultona esta Europa League en la que ojalá podamos ilusionarnos a medida que pasan las rondas. Es bueno eso de tener los jueves ocupados en estos menesteres. Así, los viernes serán más viernes, para nosotros ¡Ay, los viernes!
Estoy totalmente de acuerdo en que a Koke se le debe exigir más porque puede dar más de sí. Esperemos que no le puedan las prisas.
ResponderEliminarY por encima de todos Adrián que nos regaló unas buenas jugadas, haciendo más ameno el partido. A ver si nuestro ínclito seleccionador se acuerda de él dentro de un ratito.
"Silvio, nuestro niño burbuja". Es usted un crack, mi querido don Emilio.
Sí, Koke ayer pareció algo acelerado. Precipitado en cosas sencillas, supongo que él mismo esperaba mucho de su actuación, al igual que nosotros.
ResponderEliminarLo del control de Adrián que termina en disparo flojito fue un escándalo oiga...
Un abrazo, Don Julio
Buenos días D. Emilio.
ResponderEliminarA lo bueno se acostumbra uno muy rápido. Tanto que, a veces, nos olvidamos de dónde venimos.
Han bastado unos cuantos partidos para que empecemos a estar de mejor humor los lunes, los viernes,... Y lo que ha cambiado fundamentalmente es la actitud. No me importa tanto que el equipo gane, empate o pierda (bueno, relativamente, porque el domingo me pillé un rebote por el gol del Sporting...) como que el equipo intenta jugar al fútbol, unas veces mejor y otras peor. Y sigo intentando encontrar al que dijo que Simeone es un entrenador defensivo. Quizá lo que haga mejor es aprovechar las capacidades de que dispone en la plantilla.
El caso es que estoy contento por el plano deportivo. Ya veremos que pasa en el futuro, por que en los otros planos (o volúmenes, vaya usted a saber) siempre me temo lo peor.
Y una pequeña reconvención, por el hecho de que salga de la cantera no se le debe exigir ni más ni menos a Koke y hay que tener en cuenta que lleva 3 partidos con reponsabilidad, D. Emilio. Si a un gobierno, incluido el del Sr. supervisor de nubes, se le dan 100 días de confianza, démosle a Koke al menos 10 partidos seguidos (con el calendario actual corresponde a los 100 días).
Un saludo y que pase un buen finde, pase lo que pase el domingo.
Creo hablar en nombre de todos cuando digo que Simeone cuenta con nuestra más absoluta confianza. Y de defensivo nada, se lo recuerda usted de mi parte al que lo dijera en su momento.
ResponderEliminarComo decíamos hace unos días, hay decisiones que no firmaríamos (la suplencia de Domínguez, el no salir con un doble pivote más ofensivo cuando la calidad del rival lo pudiera aconsejar, etc..) pero su gestión hasta la fecha es tan inmaculada que sería una absoluta frivolidad afearle algo.
Ya sabe usted que el plano extradeportivo es un erial, es una llanura yerma.
Koke merece confianza y también continuidad como usted bien dice, si la están teniendo con Salvio, el único jugador con mochila incorporada, ¿cómo no se debe tener con uno de los de la cantera?
Buen finde para usted también Don Alberto. Tengo un pálpito con lo del domingo, no tengo claro si el resultado será bueno o malo, pero que no se verá a un equipo impotente frente al Trampes, lo tengo clarísimo.
No ha sido este un buen Viernes, D. Emilio. Y mire que empezó bien, con esa sonrisilla que da la suficiencia de una eliminatoria resuelta en la ida, pero no por ello suficiente para que se nos brindara una nueva victoria. Pero se fué torciendo y torciendo hasta acabar de forma nefasta, con la pérdida de una persona por la que profesaba un hondo aprecio.
ResponderEliminarPero bueno, la vida sigue.
Y sigue con la visita del tramp€s. Ese equipo que jugó su papel en el día de la ignominia. Ese día en el que el Giliatléti se dió a conocer en todo su esplendor, para bochorno y vergüenza de los que aún esperamos el retorno del honor y de la decencia perdidos. Un día peor incluso que el del descenso. Peor incluso que día de Getafe donde no se ascendió. Un día, que tardaré mucho en olvidar. Porque no fué la vergonzante derrota (que de esas, el giliatleti tiene donde escoger), sino que además, se sumó el "manoletismo" (término que tomo prestado) de nuestra afición, jaleando al que te humilla. Creo, sinceramente, que no se puede caer mas bajo. Ese día, lo reconozco, me avergonzé del Gilatlético de Madrid S.A.D.
Ellos no tuvieron piedad. Nosotros no hemos de tenerla si pierden la Liga. Esta denominada "Mejor Liga Escocesa del Mundo".
Con un saludo. Buenas Tardes.
Lamento oír lo de su pérdida, Don Carlos. Espero que lo lleve de la mejor manera posible.
ResponderEliminarEse día lo tenemos clavado muchos como una espina que todavía sangra cuando se recuerda. Supuso el empujón definitivo para que el mayor símbolo atlético se diera cuenta de por dónde iban los tiros, sirvió para estigmatizar a un portero que no volvió a levantar cabeza, sirvió para desenmascarar a muchos atléticos de golpe en el escudo y connivencia con el palco y sirvió para que no haya vuelto a pisar el bar de la esquina de mi casa, en donde se jaleó la miserable hazaña por una pléyade de pseudoatléticos adictos al "manoletismo" despótico, manías que tiene uno.
Permítanme no seguir, que me revientan ustedes la historia del lunes, me pide el cuerpo hablar de eso, siempre y cuando la actualidad no nos ofrezca algún giro inesperado.
Muy buenas tardes