Si le vieran salir de casa, ustedes dirían que parece un dandy de esos que ya es tan difícil de ver como una cigüeña en la ciudad. Si no fuera porque vive en una capital de provincias, podríamos pensar que estamos ante un lord inglés. Le queda como un guante la chaqueta entallada con esos cuadritos minúsculos. Nada en su aspecto parece dejado a la improvisación: el pico del pañuelo asomando en el balcón del bolsillo, el paraguas de mango lacado sobre el que apoya su noble anatomía, el bigotillo entrecano perfectamente cincelado. Su porte causa admiración cuando pasea por delante de la Diputación. Saluda a las damas y se lleva la mano a la cabeza echando de menos un bombín que completara su aspecto. "Por ahí va Don Lisardo", dicen sus vecinos con devoción cuando le ven pasar camino de algún recado.
Si ustedes se acercan a él mucho, a una distancia desaconsejada por el decoro y las buenas maneras, advertirán que la chaqueta de Don Lisardo se muestra rozada en codos, mangas y cuello. Detectarán que la punta de ese pañuelo que se muestra cerca del corazón es la única parte que no está raída. Si rompiera a llover, no podría abrir el paraguas para cobijarse porque hace tiempo que sus varillas sufren artritis por el paso de los años. Cuando el viento viene de la Serranía, Don Lisardo sigue caminando compuesto y estirado a pesar de que el frío se le mete en los tuétanos. Él finge que todo va bien, pero le gustaría tener un abrigo de paño nuevo que le calentara el alma. Le gustaría no tener que refugiarse en los soportales cuando hay tormenta y le gustaría poder sacar el pañuelo sin pudor cuando se le escapa una lagrimilla emocionada al recordar tiempos mejores. Aún así, sigue saliendo a la calle rezumando dignidad. "Por ahí va Don Lisardo", se oye de nuevo en la plaza mientras sus paisanos admiran sus andares elegantes.
Cuando llegó Simeone a nuestras vidas, venía con la etiqueta de entrenador defensivo y reservón. Afamados periodistas no demasiado inclinados a decir mamarrachadas le comparaban con Maguregui y, debido a eso, muchos no sabíamos qué porcentaje de su fichaje se debía a sus méritos como entrenador y qué porcentaje a su capacidad para apaciguar las revueltas aguas que dejó Manzano. Pasados ya un número significativo de partidos, podemos casi asegurar que, independientemente de su ascendente sobre la afición, estamos ante un entrenador que nos gusta. Diego Pablo ha sido capaz de devolvernos a un Atleti perdido en memorias que cada día fallan más. Nos ha devuelto el compromiso, el sacrificio, la identificación con un escudo maltratado con ligereza y se ha llevado para siempre las caras de sonrojo que nos asaltaban con demasiada frecuencia por ver lo que se veía. Su Atleti nos deja mono, nos deja ansias de ver más. Al que más y al que menos se le hizo largo el corto lapso de tiempo pasado entre el partido de Roma y el de ayer de Gijón. Donde antes había partidos demasiado seguidos ahora hay ganas de que el equipo juegue hasta el maratón de futbito organizado para celebrar las fiestas de la patrona del pueblo.
Ayer, Simeone se medía en batalla táctica con Clemente, entrenador al que se le comparó con ganas de molestar cuando el Cholo era un melón sin catar. Vaya por delante que a uno Clemente siempre le ha caído simpático. Por no esconderse en lo sencillo, por alimentar a un personaje excesivamente caricaturizado y por encararse con quien osara discutir que sacar a siete centrales en aquella alineación que debió entrar en el libro Guinness de los records no era una apuesta ofensiva. Por buscar diferencias, el aspecto de Simeone y el de Clemente difieren de manera clara: uno apuesta por su look de corbata estrecha y camisa almidonada que tan bien pegaría con una película de esas en las que se hacen negocios al borde de una piscina en la que chapotean alegremente señoritas con flotadores incorporados, otro, afronta su debut con el traje que se pondría para la comunión de su sobrino el vecino del quinto izquierda, ese terno que es un mero complemento del tomavistas que lleva asido en su mano derecha. Fuera de condicionantes estéticos, si la apuesta de ambos se basa en sacar el máximo rendimiento a sus plantillas, bienvenidos sean los parecidos. Harto anda uno de llevarse a la boca planteamientos y variantes revolucionarias de supuestos entrenadores con gran prosa y mejor prensa.
Desde su llegada, Simeone ha ido tapando con resultados y dignidad las rozaduras de una plantilla que, aunque vendida como mejorada y aumentada a principios de año, posee carencias estructurales de peso. Nunca oirán al Cholo quejarse de que le falta un interior derecho centroeuropeo o un central de barba poblada. Sus declaraciones han ido encaminadas siempre a subir la moral de su tropa y a mostrar su satisfacción por lo que tiene. Su encomiable discreción no debe distraernos de que, desde su llegada, salieron cuatro jugadores y no llegó más que uno, aunque fuera de rebote. La plantilla es corta, sí. Hasta ahora, las lesiones nos han tratado con respeto, pero el cansancio puede empezar a causar mella en los jugadores. Tras el tremendo partido de Roma, uno empieza a temer si la acumulación de partidos será un problema. Jugar jueves y domingo con la misma base será complicado por más que Simeone intente disimular la cortedad y la falta de fútbol del plantel. Quede claro que el partido de ayer debió ganarse por oportunidades. Quede claro que el Sporting no amenazó nuestra portería más que en ese gol con demasiados rebotes. Quede claro que, de haber estado Falcao algo más acertado en el remate, hubiéramos presenciado una victoria cómoda. Todos esos aspectos no son preocupantes a mi humilde entender. Lo, si no preocupante, si digno de tener en cuenta es que no hay alternativas en las zonas creativas. Ayer, después del cambio no demasiado comprensible de un Koke que fue de los mejores, sumado a la lesión de Diego y a la ausencia de Arda, faltó fútbol. El equipo lo intentó a empellones de pundonor capitaneados por Gabi y un Juanfran del que nos gustaría todo si se peinara de otra manera. Poco puede hacer Simeone ante eso, si acaso mirar al filial. Uno se imagina a Simeone mirando al banquillo deprimido cuando las circunstancias aconsejan cambios en la vanguardia. Ayer lo intentó buscando una variante de tres centrales, lo que habla bien de su ambición y de su cintura, pero mal de nuestro fondo de armario. Las casi únicas alternativas son Pizzi y Salvio, protagonistas de una versión actual y revisada del clásico chiste de si preferir susto o muerte. Permítanme un consejo, probemos a Fran Mérida. Tal vez, rodeado de jugadores como Diego, Koke, Arda y Adrián luzca algo más de lo que se ha visto hasta ahora. Puede ser que no sea lo que pensábamos cuando llegó, pero no deberíamos quedarnos con esa sensación de no haberlo probado.
Tres empates, tres. Probablemente inmerecidos y vencidos todos a los puntos. Pero empates al fin y al cabo que no deberían hacer menguar el crédito de la apuesta. Nos sigue dejando este Atleti ganas de ver más partidos. Contaremos los días hasta el próximo partido para ver a este equipo bien compuesto. Simeone ha conseguido dotarlo de una cierta elegancia, de una dignidad que proviene del esfuerzo. Aún así, si nos acercamos mucho a este equipo y rascamos con la uña del meñique, veremos que esconde muchas carencias que nos fueron vendidas como virtudes. A pesar de que el equipo marche erguido y saleroso, su abrigo tiene agujeros por los que se podría escapar el calor de la temporada. Cholo intentará que no se noten y hasta la fecha lo está consiguiendo. "Por ahí va el Atleti de Simeone", se escucha de nuevo en los mentideros balompédicos cuando ven a este equipo digno y comprometido. Por ahí va, a pesar de todo.
No se me ha resquebrajado la sonrisa, D. Emilio, pero si que es cierto que se han escapado dos oportunidades perfectas para apuntalar estos pobres objetivos con los que partimos al principio de la temporada (al menos para mi un 4º puesto es un mojón, dicho finamente). A mi también me preocupa lo descompensada que está esta plantilla (por corta) y la falta de gol. Falcao es un buen rematador. ¿Gran rematador? ummm. Cuando coge la racha es imparable, pero luego tiene fallos de juvenil a la hora de definir. Adrián es todo finura, pèro tampoco define de forma excelente (el gol de ayer del defensa es de un fallo "grosero" de Adrián...). Y la línea de medios marca tantos goles como la defensa.
ResponderEliminarPero claro, volvemos a lo mismo. La chapucera planificación deportiva. De ahí que todo lo bueno que veamos está por más, porque esto no estaba previsto. Ni la irrupción del Cholo, ni la reconversión de JuanFran...
Pero bueno, se siguen viendo ambición y ganas. Al menos en los que juegan, porque por lo visto en los que se quedan las ambiciones van por otros derroteros mas, digamos, trasnochadores.
Un saludo.
PS. Cualquiera diría que Don Lisardo es paisano del ganador de más de un millón y medio de euros en Pasapalabra, y mío propio. Lo digo por aquello de pasear por la Diputación (camino de la Ponderosa, que le he pillado...) guardándose de los aires de la Serranía, que ya sabe usted que por estas fechas bajan con un cariñoso frío que te abraza hasta el tuétano...
Con un poco más de acierto y por qué no decirlo, de suerte, ahora estaríamos echando el aliento al Valencia.
ResponderEliminarDebido a que los puntos de la zona turista-superior de la tabla se reparten como participaciones de la lotería navideña y los pellizcos en puntos se reparten como pedreas caprichosas, hemos podido llegar allí con relativa facilidad pero nos podríamos haber escapado de un grupo que dará guerra hasta el final.
A mí tampoco se me ha desdibujado el optimismo, es más una cuestión de lo que pudo haber sido y no fue, pero de manera orgullosa. Nada que ver con anteriores actuaciones.
PS: Cualquiera lo diría...Sepa usted además que Don Lisardo es amigo de tomar café en la churrería que queda enfrente de la Subdelegación. De vez en cuando, de la vuelta a la esquina y se pasa por donde Basilio para almorzar con una de sus generosas tapas y, cuando llueve, se refugia en los escaparates y galerías de Carretería. Me ha pillado...cualquiera lo diría...
Pues entonces, D. Lisardo además de paisano, es vecino. Quién lo diría...
EliminarCualquiera lo diría...a los que fuimos de las periferias (entendiendo ventajistamente por periferia a los de enfrente de la estación de autobuses), nos extraña también, oiga...
EliminarNo hace tanto tiempo que aquello era la periferia...o casi. No se si recordará los edificios llamados la "U", y el atlético bar que allí se instala. Un lugar de peregrinaje en el caso de que, por ventura, coincidiéramos en esta capital de provincias. Y para las copas, el primer garito, entrando en la "calle" (ya sabe a lo que me refiero), donde está mi rincón de estas últimas finales vividas...
EliminarCreo recordar que en mi última visita la U ya no era la que fue. Un mexicano, uno o dos chinos y menos posibilidades de degustar ajoarriero. Una pena...
EliminarEs cierto. De hecho, el local de ese mejicano ha tenido más inquilinos que el banquillo del Atleti. Pero eso es otra historia...
EliminarLos hay que se han echado a temblar cuando usted hablaba de inquilinos del banquillo del Atleti y de mejicanos...
EliminarCon mucha frecuencia se hacen análisis demasiado superficiales. Estos análisis cambian entre la adulación y la crítica basándose únicamente en el resultado.
ResponderEliminarSeguiremos creyendo en Simeone mientras el equipo muestre ambición y los jugadores respeto por la camiseta que visten.
Un abrazo.
Seguramente tenga usted razón, pero es nuestra obligación dejar de lado el Manoletismo diletante.
EliminarSalvo que los hechos nos demuestren lo contrario, debemos creer en Simeone, con sus decisiones que nos gusten o las que nos agraden menos. Se ve una idea, un fin último a lo que se hace...¡ah! y sobre todo, no se ve a nadie pisotear la historia del equipo, algo que por común no debería de dejar de ser obligatorio.
Un abrazo
Decir que el Sporting solo tuvo la ocasión del gol...
ResponderEliminar¡Je!, lleva usted razón. Debo medir mis comentarios, que me despisto y disparo las taquicardias.
ResponderEliminarMejicanos y banquillos. En que estaría yo pensando oiga...
Fíjese que hasta ha atraído usted al debate a un tertuliano en potencia...
ResponderEliminarPues si, mire usted. Y es posible que este desconocido amigo lleve razón. La del gol fué un churrillo (como el nuestro, no se vaya usted a creer). Aunque recuerdo una buena salida de Courtois con 1-1. Y mucha presión, eso si. Pero pocas oportunidades. Fácil el 1-3 o 1-4. Poco más.
EliminarMe fastidia la lesión de Diego. Quizá no esté siendo ese jugador determinante que nos vendían, pero a mi me estaba gustando bastante en estos últimos partidos. Todo el juego de ataque pasa por sus botas. Y aunque tome a veces decisiones equivocadas, la mayoría de las veces da buen sentido a la bola. Es el turno de Koke y el turco. Suerte para los dos, que la van a necesitar.
Un saludo.
Hoy he leído en uno de los periódicos que se dedican a glosar las gestas de la rata madeirense(con las evidentes prevenciones que debemos poner en estos casos), que Simeone se plantea dejar a Gabi y Mario atrás y que de Diego haría Tiago. No sé yo si funcionará...En el Reyno estuvo Koke y la cosa funcionó aceptablemente...
ResponderEliminarCon las debidas reservas debido al medio que lo comenta, es posible que esa noticia sea cierta. Puede que el Cholo no quiera darle esa responsabilidad a Koke todavía y pone a alguien con más " galones", no cree?.
ResponderEliminarBuenos días.
No me atrevería a discutir una decisión de Simeone sin haberla visto puesta en práctica. Para botón de muestra, llevo contrariado con lo de Domínguez y su retiro al banquillo desde su llegada, pero los hechos le dan la razón.
ResponderEliminarAún así, me parece que Koke podría hacerlo bien, probablemente mejor que a Tiago, al que le tengo poca fe por ser lo más parecido a un liberado sindical que tenemos en el equipo.
Buenos días...
Koke es una joya. Un diamante por pulir. Y lo que se avecina le puede hacer daño. Yo pienso que el Cholo le está cuidando y no le va a dar una responsabilidad excesiva ante el barca. Tiago ya está de vuelta de todo. Sí se ha de justificar una posible derrota (habría dicho segura hace un tiempo...), mejor con alguien así, que no con el chaval.
ResponderEliminarBuenos días.
No creo que en partidos así se quemen los jugadores jóvenes, de hecho cuando sucede suele ser por acumulación de partidos con menos carga de motivación para ellos.
ResponderEliminarAcordémonos de Camacho y qué partidos hizo contra el Barça y contra el Liverpool, parecía mucho más de lo que es o de lo que le dejaron ser...
Ya casi tardes, oiga...
Sí, pero yo pienso que le hará jugar sin la presión de aglutinar el juego de ataque, tal y como hace Diego, dándole la libertad de moverse como hasta ahora. De esa noticia, lo que yo pensaba era que iba a ser Arda el que ocupase ese puesto antes que Tiago. No se, pero sí lo dice el Cholo...
ResponderEliminarNi me había dado cuenta de la hora que era. Pero esa es otra discusión. ¿Son tardes el tiempo entre el mediodía y la comida?. Sí tuviesemos horario europeo, aún. Pero aquí...
Muy bueno el blog. Te he agregado a los enlaces de mi blog, ¿me enlazas en el tuyo? Gracias. Un abrazo y aúpa Atleti
ResponderEliminarHecho...Bienvenido a ésta, que puede considerar su casa, Don Borja
EliminarPues no sería mala idea lo de permutar a Arda si está bien y a Koke. Lo de Tiago tan arriba no me parece tan buena idea, más que nada porque en esas posiciones se necesita un despliegue que no sé yo.
ResponderEliminarLa mitad de los días, un servidor come en horario del té europeo...las tardes ya no son lo que eran, oiga...
Preparados para el partido...
No voy a poder verlo por cuestiones de trabajo. Intentaré oírlo.
ResponderEliminarY sí no, pues me haré una idea leyendo su crónica (si tiene a bien ofrecernosla, claro). Que lo disfrute, que sí lo disfruta usted, serán buenas noticias para el resto.
¿Buenas noches?.
Intentaré no retrasarme mañana para que tengan ustedes crónica fresca y crujiente. Le agradezco de antemano que piense usted que alguien pueda hacerse una idea del partido basándose en las tontunas propias de mi condición.
ResponderEliminarBuenas noches, por supuesto. Y esperemos que sean buenas...