lunes, 27 de febrero de 2012

Sobre morir de pie, sobre un extintor y sobre un señor de Cáceres

Corría el mes de mayo del año 2007. La primavera anunciaba un verano caluroso, como de costumbre. Un Atleti en constante reconstrucción se enfrentaba al mismo rival al que se enfrentó ayer. Durante los días previos, supuestos adalides rojiblancos de rumor de pasillo y de agradecido canapé a los prescritos, apostaban y alentaban una derrota para fastidiar al equipo de las mocitas. Casi daba igual que nuestro equipo se estuviera jugando una plaza de UEFA, lo importante eran los diez minutos de consuelo del tonto de los que se podrían disfrutar. Las encuestas arrojaban resultados preocupantes, una gran parte de los aficionados preferían perder y rebozarse en la inferioridad antes que plantar cara como siempre se hizo. Uno miraba extrañado a los que siempre había considerado sus iguales. Extrañado y hasta algo avergonzado.

El partido fue triste, muy triste. Ridículo y vergonzoso a partes iguales. Como consecuencia del jaleado hundimiento, el mayor símbolo atlético de los últimos tiempos vio cómo sobre el vaso de su encomiable paciencia caía la gota que lo colmaba. Asumió que debía alejarse con dolor de semejante mediocridad. Él, que es uno de los buenos y de los nuestros, sintió como una puñalada cada uno de los celebrados goles. No fue la única consecuencia del desastre: un portero joven acabó señalado y hasta fue diana de chuflas y chistes, una pareja de centrales de chiste y chufla corroboraron lo que pensábamos de ellos, casi nadie se salvó del despropósito. Solamente se salvó él. Ése que ese día tomó la difícil decisión de cambiar de aires, el único que obligaba a los demás a respetar el escudo que para muchos era un adorno en el pectoral. Ése que tanto nos dio y al que, hasta hoy en día, tenemos que seguir reivindicando cuando ha demostrado todo lo demostrable. Todo por ser de los buenos y de los nuestros.

Éste que suscribe se acercó al bar de la esquina de su calle. Ése que tenía una pantalla gigante recién comprada en la que daba gusto ver el fútbol. Llegó con tiempo y se encontró el local lleno de aficionados del equipo ese que reparte señorío en las tibias rivales terminando de ver el partido de los suyos. No se fueron como otras veces tras el pitido final llevando tanta paz como dejaban. Se acercaron a la barra pero no para saldar cuentas sino para pedir otra ronda. Se iban a quedar para mostrar un apoyo interesado a los de rojo y blanco. Un apoyo que se podían haber metido allá de donde los pepinos amargan, la verdad. Debido a este ataque de fraternidad ciudadana panmadrileña, éste que les habla tuvo que buscar espacios libres al lado de un extintor. Al otro lado del mismo, un señor de Cáceres, colchonero de pro, buscaba postura para ver el partido sin forzar el cuello más de lo necesario. Los goles fueron cayendo, los seguidores del equipo en el que militaba Jose Antonio Reyes, ese hombre que celebra todos y cada uno de sus goles a base de beso en el escudo, empezaron a glosar lo tuercebotas que eran los que jugaban contra sus transmesetarios rivales y un nutrido grupo de supuestos atléticos empezaron a celebrar los goles recibidos con alegría de chupinazo en fiestas patronales para llevar la contraria. Quedaban todavía veinte o quizás treinta minutos, la cámara enfocó a Fernando Torres y se le vio decepcionado pero sobre todo harto. Miraba alrededor y no reconocía ninguno de los valores con los que había crecido. Miraba y solo veía rendición y brazos caídos. Vio y vimos un Atleti arrodillado y orgulloso de estarlo. Esa cara del Niño la tenemos clavada muchos en el alma. De repente, servidor de ustedes cruzó una mirada con ese señor de Cáceres al que el azar y una pantalla gigante habían convertido en compañero de fatigas y, tras un gesto de asentimiento, ambos dos salimos a la calle dejando atrás una orgía de gritos de los que deberían estar callados y de alabanzas a Manolete y a otros líderes de masas que promulgaron la virtud del dejarse ganar. “Un placer haber compartido sostén de extintor con usted. Le dejo, que me queda un trecho hasta llegar a Cáceres”, dijo el cercano desconocido. Nos dimos la mano y nos despedimos sin tener el detalle de compartir nuestros nombres. Éste que suscribe no ha vuelto a bajar a ese bar, a pesar de que despachaba unas meritorias migas con torreznos como tapa de domingo por la mañana. Manías que tiene uno. Si lo hiciera, pensaría que estoy traicionando a ese señor de Cáceres, porque él, como muchos otros, era de los buenos. De los nuestros.



Dos caras bien diferenciadas mostró el Atleti en el partido de ayer. La primera de ellas fue ordenada, obediente y solidaria. Durante los primeros cuarenta y cinco minutos, los de Simeone jugaron a no recibir golpes. Agazapados atrás, se lanzaban a un contraataque demasiado precipitado que no dejaba más de tres pases seguidos en la mayoría de las ocasiones. Tampoco llegaba el equipo del novio de la intérprete del Waka-Waka con demasiada claridad a las inmediaciones de nuestro cedido belga, no crean, si acaso, una falta al borde del área a la que respondió bien Courtois y poco más. Los unos se aferraban a ese fútbol que de tan barroco es a veces cansino y los otros achicaban a base de patadón y búsqueda de segunda jugada. El choque se dibujaba en base al no errar en defensa de los nuestros, pero el fallo llegó y se materializó en gol por querer bascular demasiado ante el avance de la estrella rival.

Llegó el descanso y nos quedamos clavados en nuestros asientos allá donde estuviéramos. Teníamos dudas. Nadábamos en ellas sin saber si lo hacíamos a estilo de braza elegante o de perrito ansioso. Dudas de si el planteamiento era de una cobardía osada o de una valentía temerosa. Dudas de si lo visto era una vía para meter mano al equipo entrenado por el oráculo de la intelectualidad. Dudas de si habría capacidad o aptitudes para cambiar el guión. Dudas de si al bocadillo de tortilla le habíamos añadido los pimientos fritos que sobraron de la cena de ayer. Dudas de si las vejigas y las próstatas aguantarían sin ir al baño hasta el final del partido de lo clavados que estábamos a los asientos.

Empezó la segunda parte y las dudas se disiparon. Se disiparon con un gol pero sobre todo se disiparon al mirar las caras de los nuestros. Caras que reflejaban bravura y fiereza. Caras de tener claro qué camiseta llevaban y por qué tenían que entrar como entraban a disputar balones divididos. Fueron minutos que nos permitieron soñar. Soñar con llevarnos el partido y con esa paridad que antes teníamos con los de arriba de la tabla. Dos veces, dos, Adrián y Falcao pudieron plantarse mano a mano con el portero enemigo. Dos veces, dos, el asistente de línea se equivocó a favor de los intereses de uno de los dos a favor de quien se suelen equivocar. El rival estaba tocado. La afición jaleaba corners, alardes en la presión, cruces elegantes y suertes tan sutiles como esa que domina Arda como nadie, la de tirarse a ras de césped para robar el balón arrastrando su bizantina pierna derecha. Nos mirábamos unos a los otros y asentimos comprendiendo que éste Atleti ya no genera ninguna duda. Puede plantear los partidos de una u otra manera, pero nunca bajará los brazos. Nunca valorará una rendición que en otros tiempos era recibida por algunos con algarabía. Fue un Atleti valiente. Tocado con esa ingenuidad que tienen los valientes para perder la vida con una bala suelta o en una barrera sin pedir distancia. Oirán hoy a algunos disertar sobre el remar para morir a la orilla, benditos remares esos que te permiten creer en llegar a la playa del triunfo, posiblemente muerto, pero con una sonrisa trazada en el rostro. Benditos los porteros que suben a rematar corners con ambición. Benditos los calambres en los gemelos y benditos los que terminan los partidos boqueando para aprovechar la última molécula de oxígeno.

Puede que un día de estos baje al bar de la esquina de mi calle otra vez. Lo mismo no lo hago en día de partido que para eso ya lo ve uno en casa desde que comprendió que iba a ahorrar dinero y sobre todo disgustos. Lo mismo aprovecho un día cualquiera y me pido un café con leche corto de café y pido que me cambien al azúcar por sacarina. Lo mismo miro al extintor y me acuerdo de un señor de Cáceres que era de los buenos. Lo mismo me creo que nunca más veremos en nadie más la cara que vimos a Fernando Torres en aquella noche de mayo. Lo mismo volvemos a recuperar un orgullo que nos han ido arrebatando a dentelladas y por el que nosotros mismos tampoco hemos luchado como debíamos. Lo mismo es posible morir de pie, como ayer, por ejemplo.

24 comentarios:

  1. Fíjese usted la diferencia, Don Emilio, entre el final de aquel triste partido en el que los jugadores del Barça se iban al vestuario caminando plácidamente y con una sonrisa dibujada en la comisura y entre el partido de anoche en el que Xavi y Puyol terminaron en el suelo, sofocados y dando gracias al señor que antaño vestía de negro por haber pitado el final, amén de por otros detalles.

    Aquel partido me hizo sentir vergüenza de ser del Atleti, fíjese usted, algo que jamás imaginé que llegaría a sentir. Después me di cuenta, una vez más, que una historia y un escudo valen más que los once mercenarios que lo manchan. Y así me vi anoche de nuevo; decepcionado tras el primer tramo y orgulloso tras el segundo. Y yo que pensaba que era imposible recuperar el orgullo.

    Un saludo para usted y otro para ese señor de Cáceres que podría ser cualquiera de nosotros.

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    1. El partido de ayer nos devolvió a un Atleti casi perdido, aunque, para ser justos, este Atleti de Simeone nos está devolviendo a pequeños sorbitos sensaciones que pensábamos perdidas para siempre.

      Servidor, tras la primera parte confiaba en que la imagen dada solo podía ser parte de un plan, y parece que las declaraciones de Simeone así lo confirman. Pero la segunda, ¡ay, la segunda!. La segunda parte nos llenó de orgullo, aún perdiendo, aún con el cabreo de un arbitraje de los de antaño también. Volvió ayer el fútbol a posarse en la ribera del Manzanares, con toda su grandeza y con toda su miseria.

      Un saludo.

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  2. Grande amigo, algunos nos fuimos del campo cuando vimos al Niño poner la cara que usted dice, rojos de vergüenza ajena y tristes y convencidos de que esta vez sí se iba...
    Yo prefiero lo de ayer, donde ganar o perder es secundario, aunque jugando así estoy seguro que ganaremos mas que perderemos.

    Yo ayer solo tenía una cosa clara, ganaríamos o perderíamos pero los del Trampes se iban calientes seguro, como ha dicho el Cholo, esto es un deporte de contacto, si se tienen que tirar, que se tiren con motivo, solo espero que cuando venga el Trampas, la actitud sea la misma, y estos no se escaparán...

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  3. A lo que debo añadir que no vi un partido violento por ningún lado. Vi una entrada de Godín a destiempo lo mismo que vi una de Cesc. Vi a un Gabi que posiblemente hubiera merecido algo más por acumulación y a un Alves que mereció roja directa. Vi a un equipo peleando balones divididos con avaricia y da la casualidad que ese equipo es nuestro Atleti, ¡quién nos lo iba a decir!

    Saludos variados...

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  4. Totalmente de acuerdo con su apreciación del partido, don Emilio. Ahora bien, tenemos que empezar a ganar partidos desde el próximo sábado. En todos y cada uno de los últimos partidos hemos sido mejores que el contrincante, hemos trabajado para ganar, pero no hemos materializado ese dominio.

    Los resultados tienen que llegar, por Dios.

    Abrazos.

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  5. Lo de sumar los puntos de tres en tres empieza a ser molesto, que no preocupante. Atendiendo a los merecimientos (y probablemente pecando de poco objetivo), deberíamos tener 1 punto más con el Trampes, 4 de Santander y Gijón y 2 de Valencia. Estábamos luchando por la tercera plaza por méritos propios...

    Un abrazo

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  6. Pues yo me fui cabreado como una mona, oigan.
    Había un plan, se hizo un mas que digno partido (sobre todo en esa curradísima segunda parte) y se fué todo al garete por una cándida (otra vez) defensa de una falta al borde del área. A lo que hay que añadir la actuación arbitral (de la que luego le comento algo), y las bajas para el próximo partido, en el que empiezan a ser urgentes las victorias, y que nos dejan sin Diego, Godín y Falcao. Casi ná.
    Muchas cosas buenas se vieron ayer. Aunque alguna no tanto. Las buenas ya las ha comentado usted, así que no insisto. Las malas, pues bueno, eché mucho de menos a Diego, sobre todo en la primera parte, donde las recuperaciones se hacían muy atrás y se necesitaba algo de pausa y clarividencia para superar la presión en el medio que hacía el tramp€s, cosa que hace Diego mas veces bien que mal. A Koke se le quedó un pelín grande el partido. Igual que a Courtois. Y los fallos cara al gol empiezan a ser mas que preocupantes. Esos 7 puntos que comenta, son fallos de definición (y, por supuesto, de planificación. ¿Dónde andará nuestro tercer delantero? Aaah que es Pizzi. Quien lo diría...).
    Pero bueno, como ha comentado D. Pablo, prefiero mil veces que el Tramp€s (y el Trampa$) se vaya con la lengua afuera sufriendo y lamiendo las heridas, que con la sonrisilla condescendiente de estos últimos años.
    Y por supuesto, sin el ánimo manoletista de nuestra grada.

    Buenas noches.

    PS. No se si debo, pero le comento que el linier que anoche no tuvo su día es de Cuenca y uno de mis mejores amigos. Me consta que lo está pasando mal porque es muy perfeccionista con su labor, la repasa y se cabrea consigo mismo cuando no lo hace bien (como ayer). No voy a poner paños calientes, porque, como digo, ayer no fue su mejor día.
    Pero eso si, la presión a la que se les somete es indignante, y condiciona muchísimo los arbitrajes. Ayer superé las arcadas y me entretuve en ver alguna de las tertulias deportivas nocturnas. Allí, sentados en sus sillas, los "expertos" desmenuzaban, con todo el tiempo del mundo, todas las jugadas, dándoles una valoración y una intencionalidad asquerosa. Y luego queremos que los árbitros tengan rigor y piten sin miedo.
    Hay árbitros y linieres muy malos desde luego. Pero los hacen peores toda la morralla "periodistica" que mueve esto del fútbol.

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  7. A Sevilla va a haber que ir a por todas y vamos en cuadro. Promete emociones fuertes el partido. Seguro que Cholo saca un equipo digno pero sería hora, vamos digo yo, para empezar a criticar la supuesta profundidad de banquillo, cosa que no he visto.

    Me voy a centrar en el tema arbitral, que me lo pide más el cuerpo. Evidentemente son humanos, evidentemente es muy difícil decidir en una décima de segundo y todos esos condicionantes que todos conocemos.Igual de evidente es que un error en los Cármenes o en el Madrigal no tiene la misma repercusión que el cometido en los campos en donde juegan Pili y Mili. No creo que los árbitros vayan con predisposición de perjudicar a ningún equipo, pero lo hacen inconscientemente. Como usted dice, la presión mediática les hace pensarse las cosas mucho cuando saben que su decisión será desmenuzada y adobada con opiniones de tertuliano sesudo durante al menos una semana.

    Este fin de semana no deberían haber acabado el partido ni Alves (aunque fuera una tontería, pero si pitas falta sin balón es roja) ni por supuesto el hermano de René, el de Camas. Si los hubieran expulsado y el resultado de alguno de los dos partidos no hubiera sido el esperado y deseado por los habitantes del orbe, los trencillas hubieran sido crucificados cabeza abajo.

    Hasta ahí todos de acuerdo, pero, ¿por qué el estamento arbitral sigue alimentando esa imagen de oscurantismo y omertá? ¿por qué no puede salir su amigo y reconocer que se ha equivocado? ¿por qué no podemos saber qué vio un árbitro para decidir de una manera u otra? Ellos mismos se ponen el palo en las radios de la ruedas del carro.

    Muy buenos días tengan ustedes...

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    1. No es tan fácil, mi querido D. Emilio. Estos no son profesionales. No "viven" de ello y sus "carreras" dependen de valores muy subjetivos que marca la LFP y el Colegio de Árbitros.
      Además, ¿Que ganaríamos con que cada fin de semana un trencilla reconozca que se equivoca?. ¿Más carga hacia ellos?. Ellos ya tienen sus sanciones y aunque muchas veces no nos fijamos, las cumplen mucho mas asiduamente de lo que trasciende. ¿Sabia usted que un auxiliar cumple sanción por si o por sanción del principal?. Es decir, a mi amigo lo sancionarán tanto si se hubiese equivocado el, como si sólo lo hubiese hecho Perez Lasa.¿Sabía que son evaluados cada partido?.
      No, D.Emilio. Hay que ayudarlos. Hay que poner los medios pertinentes para que puedan realizar su labor de la manera mas ajustada a la realidad, que estamos en el siglo XXI. También los jugadores deberían ser mas honestos y no tan "listos". ¿Recuerda usted a aquel jugador inglés que reconoció en el momento un penalty mal señalado y que luego lo falló aposta?. ¿Se lo imagina aqui?.
      Y por supuesto, al periodismo deportivo le pediría muchísimo menos forofismo. Los forofos somos usted y yo y todos aquellos que seguimos de forma mas o menos anónima a nuestros equipos. Pero un personaje público debe tener mas cuidado con lo que dice. Y en el periodismo patrio, el cuidado, la educación y el respeto se han perdido.
      Entiendo, D. Emilio, que es la pataleta. Yo, repito, me fuí muy cabreado. Pero mi colega no coge el teléfono y no sale de casa. Y todo porque tuvo un mal día. No es justo.

      Muy buenos dias.

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    2. Vayamos por partes, que uno se pierde en los conceptos generales.

      No se trata tanto de que salgan a reconocer errores sino de normalizar una labor necesaria en el fútbol. La sobreexposición de todo lo que tiene que ver con el deporte rey de reyes nos obliga a oír entrevistas hasta con el concuñado del utillero que le dobla las medias al lateral derecho de turno, pero nunca tenemos el punto de vista del árbitro y sus asistentes. En el caso de su amigo, no hay discusión posible, él vio fuera de juego en dos jugadas rápidas y que se resuelven por menos de un metro, nada que añadir. Cualquiera que haya intentado ponerse un día a hacerlo sabe de la dificultad que tiene. Pero, en jugadas de apreciación y siguiendo con el ejemplo del domingo, ¿usted no cree que se alimentaría mucho menos la polémica si Pérez Lasa saliera al paso para asegurar que nadie del Atleti le pidió barrera? En mi humilde entender creo que sí. Efectivamente, esa normalización deseable, sería muy difícil con el estado actual del periodismo deportivo patrio. Tendríamos un tribunal de la inquisición en cada tertulia.

      Lo del periodismo deportivo merece una revisión urgente, el que vende es el que más grita, el que más descalifica o el que no tiene reparo ninguno en ponerse la camiseta de sus amores para erigirse en faro y guía de la masa ¿Alguien recuerda de qué equipo eran los periodistas deportivos con los que crecimos? Muchas lenguas decían que García era del equipo ese del que no queremos acordarnos, pero nunca nadie pudo demostrarlo y les daba cuando tocaba.

      Otro tema que usted toca también hace mucho daño al arbitraje, la no profesionalización y sobre todo, la politización del colectivo. Si desciende un trencilla del colegio vizcaíno debe subir otro del mismo colegio aunque sea un zote redomado. Ascensos, descensos y cupones de descuento se reparten en base a amiguismos, prebendas y votos del comité territorial correspondiente.

      Dígale a su amigo que no se lo tome tan a pecho, pero recuérdele con toda la insistencia que pueda que nos debe una, jeje..

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    3. Ahora si. Ahora ya estamos acotando el tema.
      Empezando por un reglamento que deja demasiados asuntos al criterio del árbitro. Un ejemplo, al inicio de esta temporada (¿o fué la pasada?) se dijo que las manos, cualesquiera que fuese su naturaleza, eran falta y tarjeta amarilla. Pasado un tiempo (del que, si no recuerdo mal, nos expulsaron a alguien por una interpretación rigurosa de la norma, o pitaron penalty o algo asi...) se relajó la norma y se dejó a la interpretación de árbitro la intencionalidad del acto para sancionarlo con tarjeta. Y claro, ya está el lío formado. ¿Mano si o no?, ¿intencionada si o no?, ¿la hacen a favor del trampa$,del tramp€s o de otro (modo forofero on)?, ¿Saldré por esto en el marca, en el as, en el sport o en el Norte de Castilla?, ¿Me buscarán mi filiación política, mi número de cuenta, la matrícula de mi coche, si me he cambiado de casa...(esto último se hizo con Pino Zamorano después de una derrota del Trampa$ en la cuadra)?. En definitiva, un marrón.
      Asi que si, las cosas están donde al poder mediatico le interesa. Porque, efectivamente, un error en cualquier otro partido es eso, un error, porque los árbitros son muy malos y tal (los ingleses son cojonudos, no hay mas que ver el de la final del mundial...), pero un error a favor o en contra de los dos cánceres de nuestro fútbol es una conspiración, una oscura manipulación, el villarato (manda huevos que el director de un diario deportivo cometa semejante despropósito) o cualquier burrada de las que se oyen constantemente. Y la gente traga, porque lo dice el as, o el marca o el sport.
      Y encima, el comité tecnico de árbitros. Que no son precisamente un ejemplo de buena gestión.
      Pero ea, es lo que hay por ahora. Y lo que habrá si no se ponen soluciones a corto plazo. Lo que no se es si ponerlas les interesa a quienes manejan el cotarro. No vea usted la de periódicos que se venden, las horas y horas de radio y tv que se consumen discutiendo el a quien benefician los árbitros. Y los comparsas a quitar morralla para nuestro párrafo o nuestros 5 minutos de Atleti. Menos mal que nos queda internet...

      Un saludo.

      PS. No se preocupe usted que, en cuanto asome, le trasladaré sus inquietudes, que son mias también jejeje. Por lo pronto ya me va debiendo unas cañas...

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    4. Pues no creo que haya intención ninguna de meter mano en ese asunto. Más que nada porque, como bien dice usted, se llenan horas, líneas y hasta párrafos en negrita a costa de los errores, las interpretaciones y la madre que parió a la International Board. Eso sí, siempre en aras de la libertad de prensa y del noble designio divino que alguien impuso sobre los hombros de todos y cada uno de los tertulianos de mesa y mantel invitado.

      ¿Qué haría la RAE con esa propuesta de añadir al diccionario el vocablo villarato? El castellano se tambalea...

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    5. Lo dice usted en broma, ¿no?. Lo de la RAE digo. Porque vamos, sería para tomarse en serio mandarles pública y notoriamente a tomar por...
      Aunque, ahora que lo pienso, no me extrañaria lo más mínimo, dado el nivel general del personal...

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    6. Lo de la RAE es una frivolidad, aunque a mí tampoco me extrañaría..

      Lo de que metan al fútbol en pleno en el RAI y el ASNEF es una certeza a corto plazo.

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  8. Buenos días D. Emilio.

    Siento disentir un poco, pero aquí el problema no es que una persona se equivoque y lo reconozca, sino que lo que prima en la competición son los intereses de los 2 únicos ¿clubes? no sometidos a ningún tipo de control en sus gastos. Véase la reunión de la semana pasada del presidente de la federación con el presidente de uno de esos ¿clubes? a espaldas de los representados por uno, que a su vez son los competidores del otro.

    Yo me fui a dormir cabreado como una mona por el sentimiento de frustración. Me recordaba a los partidos de baloncesto contra equipos italianos o de la extinta Yugoeslavia, que para ganarlos tenías que llegar al último minuto con más de 15 puntos de ventaja...

    Un saludo,

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  9. Sin duda, Don Alberto. No hay más liga ni más partidos en la jornada que los que juegan estos dos. No les digo nada cuando el caprichoso calendario les junta en el mismo recinto, la repanocha.

    Se están cargando la liga a marchas forzadas y lo más triste es que muchos querrían ver un playoff al mejor de 33 partidos en los que el dúo Sacapuntas dirimieran su grandeza y excelencias. Lo mismo los demás podríamos ilusionarnos con una competición justa, igualada y no previsible, vayan ustedes a saber...

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  10. Por cierto, solo podemos transmitir agradecimiento a D. Alberto por traernos a la memoria el término Yugoeslavia...Sí señor, y no tonterías como Kosovo y la FYC de Macedonia...esos partido son Kikanovic...

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  11. Y después de toda la diatriba, tras ver esto entiendo lo ocurrido en la famosa falta
    http://canalplus.es/lacasadelfutbol/futbol-5-estrellas/mas-deporte//deporte-27-2012-polemico-perez-lasa/20120227plucanftb_23/

    Y vaya...me da que pensar.

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    1. Muy sospechoso....

      ¡A la nevera con él! (o en su defecto a una fresquera o a un secadero de chorizos)

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  12. Vuelvo al final de los comentarios porque con lo de las paradojas temporales de intervenciones ando liado. Hablando de tiempo y del momento en que perdimos la inocencia con lo de poder contestar a los comentarios de manera no secuencial, ¿alguien sabe el por qué de que las horas en las que se guardan los comentarios? ¿La Agonía respira en el huso horario de la costa Oeste? Pero si nosotros somos más de andar por casa, nuestra costa oeste acaba en Finisterre, oigan...

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  13. Siento no poder ayudarle, D. Emilio. Las infernales configuraciones de estas páginas, escapan a mis limitados conocimientos.

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  14. ¡Cachis!....

    ¿Algún informático en la sala?

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