Cuando no
es por esto es por aquello, y cuando no, por lo de más allá. El hecho es que
Angustias se pasa el día preocupada. Su marido dice que todo proviene de su
nombre, nombre que debe a una tía abuela malencarada con sus iguales femeninas
pero gentil en exceso con los miembros, con perdón, del sexo contrario. El caso
es que Angustias nació unos años después de que acabara la guerra, justo al
poco de que su tía abuela se tirara al monte o más bien a todo aquel que
anduviese por el mismo, fuera éste maquis, bandolero o pastor trashumante, ya
que tras su ligereza de cascos no subyacía motivo ideológico ninguno, sino más
bien motivos que solo el corazón y los bajos vientres pudieran llegar a descifrar.
Les contaba
que Angustias navega por la vida en un constante sinvivir: unas veces por la
situación económica, otras por motivos de salud y otras porque en el amor
tampoco se encuentra llena del todo con el gruñido que su esposo le dedica a
modo de buenos días cada mañana. Angustias sufre. Mucho. Siempre la mente llena
de esas pequeñas preocupaciones que el resto de los mortales son capaces de
aparcar como a un utilitario y que a ella le quitan el sueño. Ella se pasa el
día cavilando y solo deja de darle vueltas a la cabeza en los intervalos de
desazón y apuro que siguen a uno de los más de quince infartos diarios, de
miocardio y cerebrales a partes casi iguales, que ella, muy convencida, alega
sufrir ante la mirada atónita de su médico de cabecera. Angustias lleva
últimamente unos días en los que casi no sale de casa. Se le ha metido en la pelota
que está siendo acechada por una banda de sicarios que ejecutan secuestros
express por encargo y sale del portal con mil ojos y a deshoras,
lo que está siendo muy apreciado por los comerciantes orientales de su
barriada, siempre dispuestos a expenderle cuarto y mitad de pan rallado y un
sobre de sopa de ave con estrellitas a las tres de la mañana. “¡Secuestros
express a mí!”, aclara cuando le pregunta la del segundo izquierda por sus
extraños husos horarios. “A mí no me van a pillar”, aclara sin sospechar que a su
vecina probablemente le extrañe menos lo de empanar al rayar el alba que lo del
secuestro express, concepto que todavía se sigue asociando en ciertos círculos
con el hecho de llevarse al descuido a una cafetera en contra de su voluntad.
Todo el día
inmersa en preocupaciones, aunque sean nimias a ojos de muchos. Así pasa la
vida de Angustias. De nada sirven los consejos desinteresados de los que la
rodean. Ella no puede evitar preocuparse….
Debo
confesarles que los últimos partidos me han instalado en un sinvivir. Cuando no
es por esto es por aquello o tal vez por lo de más allá, pero el hecho es que
me paso el día preocupado. Se acerca la final de Copa a velocidad de crucero y
anda el Atleti soso, sin chispa y aún diría flojo. Uno intenta seguir el
consejo de muchos de los que le rodean, consejos sabios que hablan de la
desmotivación propia de aquel que ha conseguido casi matemáticamente el
objetivo marcado al inicio de la temporada o de las cargas de entrenamiento
minuciosamente programadas para que el día de autos salgan los nuestros como
motos de abultada cilindrada y tubo de escape trucado pero aún así sigue
preocupado. No crean que la preocupación se centra específicamente en alguna
zona del campo, en una esquina retirada del área grande por ejemplo, no, la
preocupación se reparte de manera equitativa por todos los rincones del equipo.
Preocupa de
igual manera el estado de Juanfran y su indescifrable peinado que las maneras
edulcoradas de un Mario al que no volvimos a ver como querríamos desde lo de
Bucarest. Preocupa que últimamente Godín y Miranda vayan al cruce al trote y de
puntillas, como si les apretaran los zapatos y no quisieran provocarse un
uñero. Preocupa que Diego Costa ande más metido en esas luchas que dirime con
todos y consigo mismo que en tirar aquellos desmarques que nos sorprendieron.
Preocupa que Courtois se siga poniendo esos ternos amarillos que harían
blasfemar castizamente a Luis Aragonés. Preocupa que Gabi no tenga varios pulmones
de repuesto. Preocupa que Koke no haya más que uno. Preocupa que Óliver no se
haya echado algún año, algún kilo y algún minuto de más a la espalda. Preocupa
no saber dónde tienen la cabeza Falcao y Arda. Preocupa ver una sutil mejora en
Adrián y no tener claro si todo es un problema de morriña atenuado por jugar en Riazor. Preocupan las titularidades de Raúl García y las pocas suplencias del Cebolla. Preocupa que
Filipe se pase o no llegue cerrando al segundo palo. Preocupa que, en lo que se
pudiera considerar un efecto contrario al que Sansón sufrió en su día, el
renacido tupé de Simeone tenga algo que ver en todo esto.
Así pasa
uno los días, inmerso en preocupaciones que pudieran parecer nimias a ojos de
otros. Ya uno no encuentra consuelo ni en las noticias que aparecen sobre la
incorporación a la dirección deportiva de Andrea Berta, ojeador con nombre de
actriz italiana de corpiño ajustadísimo que suponemos ojeará donde siempre se
suele ojear cuando de fichajes se trata en ésta, nuestra casa. De nada sirven
los consejos desinteresados de los que me rodean, no puedo evitar preocuparme….
Pues sinceramente, D. Emilio, andaba yo mas preocupado por el nuevo e integista look de nuestro turco. O por el diseño de las botas de Falcao. Eso si que es preocupante, oiga...
ResponderEliminarPero con vistas al partidazo del 17, que quiere que le diga, poco pueden hacer que no hayan hecho antes. Por una vez, vamos a esa final con los deberes (estos deberes, ya sabe, de giliatleti...) ya hechos, y con todos los esfuerzos puestos en ese dia.
In Cholo we trust. Y que sea lo que Dios quiera, D. Emilio. Además, ¡que leches!, estos nervios que empiezamos a sentir los prefiero a la cristiana resignación a la nada, que era lo normal hace unos años.
Buenos dias.
El look de turco ha migrado al de un Franco Battiato diplomado por la universidad de Islamabad y tiene su aquel, pero permítame no hablar de las botas de Hello Kitty...
ResponderEliminarComo decía ayer en algún otro sitio, el ánimo sigue estando alto pero uno no puede evitar alzar la ceja más tiempo del debido ante ciertas señales ciertamente alarmantes. Ahora bien, tal y como está el rival, haciendo honor a esa fama bien ganada de casa de citas de mala muerte, uno empieza a arquear la ceja esperanzadoramente...
Buenas tardes..
Me encanta tu blog, ya soy seguidor y me gustaría que tu también lo fueras del mio.
ResponderEliminarhttp://golypunto.blogspot.com.es/
Un saludo