Olía a gran partido. Olía a partido histórico. Se aderezaba además con una cuenta pendiente abierta durante treinta y siete años. Desde que desarrollamos un discutible uso de razón, nuestros mayores nos han puesto al día hablando de ésta y otras mil batallas. Tal vez de ésta, más veces. Contiendas que las aficiones guardan en un código genético común que comparten varias generaciones. Los que en esa época andábamos más preocupados por inquietarnos si se retrasaba el batido de frutas, hemos asumido como nuestra la actitud heroica y la defensa numantina que ocho valientes tuvieron que hacer cuando tres de los suyos cayeron abatidos por las balas rojas y amarillas que disparaba un árbitro turco con nombre de gigante y leyenda negra de igual tamaño para nosotros. Algo más que un encuentro y que un resultado. Una contienda étnica entre los melenudos morenos y los pelirrojos desdentados. Historias de otros tiempos. Buenos tiempos.
Tiempos en los que se acudía al estadio de traje. Tiempos en los que podías acceder con banderas de mástil de madera, con bota de vino y hasta con tapones de refresco, ese elemento tan peligroso para la seguridad pública que se requisa sistemáticamente provocando escenas en las que aficionados se beben casi de un tirón dos litros de bebidas carbonatadas en la puerta con un guardia jurado de testigo mudo, como el barman de un club de entreguerras con sucursal al lado de un torno. Tiempos en los que las camisetas no eran ligeras, tiempos en los que el sudor se exhibía como una medalla en ellas. Tiempos de escudos hilvanados sobre las mismas. Eso sí era sentir el peso del escudo físicamente. Peso y roce. Costuras de un escudo que pellizcaban corazones con su roce. Tiempos de pantalones estrechos. Tiempos en los que los protagonistas no eran tan guapos ni tan ricos, pero no eran tan tontos ni tan arrogantes, ni mucho menos. Cosas de otros tiempos. Buenos tiempos.
Durante la semana, desde las islas se ha recordado la eliminatoria de hace ya años con ese respeto por las tradiciones que los británicos atesoran. Hablando de tradiciones, se dice incluso, posiblemente exagerando, que cualquier jugador que ficha por uno de los históricamente grandes equipos del lugar debe pasar una mañana con una vieja gloria que se sienta con él para explicarle qué significa esa camiseta, ese estadio, qué ha pasado allí y cómo debe comportarse. Decía yo lo de exagerando porque no parece fácil imaginarse a Reyes a su llegada a Highbury asimilando lecciones de historia gunner de la mano de un veterano y sacando nota en un control sorpresa. Como les decía la prensa británica, en su vertiente amarillo limón, desempolvó historias de otros tiempos en la previa del partido, aportando testimonios que tildaban de escoria a las huestes rojiblancas. Por su parte, la prensa española deportiva, siempre más pendiente de un nuevo tatuaje en la nalga izquierda de alguien que se cree envidiado que de aspectos técnicos, contraatacaba con estadísticas de esas que se han puesto de moda en las retransmisiones para hacer más accesible el entendimiento del juego: “Es normal que vayamos perdiendo cero a cuatro, porque se han sacado menor número de corners a pierna cambiada y de empeine exterior que el contrario”, dicen algunos analistas de barra de bar influidos por la tendencia de inundar con datos el juego. Y es que el fútbol ya no es lo que era. Algo se ha quedado en el camino. Aromas de otros tiempos. Buenos tiempos.
Muchos nos enfrentábamos al partido con una expectación conocida aunque pocas veces vivida. Un cosquilleo transmitido hace años y dormido normalmente. El caso es que no fue para tanto. Tal vez porque el contrario se presentara vestido de Borussia Dortmund en vez de con la camiseta compartida con el antigua Sporting de Lisboa, ahora Sporting de Portugal por obra y gracia de los tiempos modernos. Tal vez porque sea difícil que los contendientes lleven ese cosquilleo en sus entrañas habiendo nacido en Corea, en Colombia o en Constantinopla. Fue un partido más. No fue malo, no crean. Un partido en el que cada uno siguió el papel marcado a rajatabla: el goleador estrenó una cuenta que esperamos fructífera, el cerebro descerebrado se ofreció, creó y templó, el gambeteador gambeteó y conquistó líneas de fondo para regalar goles con lacito, el portero de flequillo parabólico se volvió a mostrar seguro para mayor gloria del magnate ruso del gas conducido y el equipo asumió las rotaciones con una solvencia inesperada. Pero faltó algo. No sé. No les podría decir qué. A lo mejor alguien acalambrado que sale medio cojo para rematar un gol. Puede que una venda de esas que se pone en la cabeza para tapar hemorragias con un toque baturro. Ya les digo, no lo tengo claro. Solo sé que me dejó una sensación de añoranza. Algo extraño para los que no hemos tenido la suerte de vivir tantas noches con ese cosquilleo alojado en las tripas. Habrá que acostumbrarse, porque esas parecen sensaciones de complicado rescate. Sensaciones de otros tiempos. Buenos tiempos.
Buenos días D. Emilio.
ResponderEliminarYo también empecé a notar un ligero aroma a otro tiempos. El balón por el suelo (hacía años que en partidos del Atleti no lo veía), toque, apoyos, jugadores con criterio. Por momentos miraba la pantalla pensando si no sería una reposición de un partido antiguo, pero al ver el nombre del equipo contrario no podía ser, sus colores eran diferentes (con ausencia total del verde por eso del maketing) y sus jugadores ya no tenían nombres que empezaban por Mac y aspecto de lanzador de troncos (ancestral deporte escocés por cierto). En la alineación no había ningún Mac...
No se puede lanzar las campanas al vuelo, este Celtic está bastante descafeinado y no digamos sus seguidores, que, con cierto pesar en el sector de hostelería, no se han bebido producciones enteras de bebidas espirituosas.
Pero aún así me quedó la sensación, extraña en tiempos pasados no remotos, de que el Atleti había jugado al fútbol.
Como si Manzano hubiera leído mi comentario a la entrada anterior, sacó juntos a Arda, Diego y Falcao y se notó. Le disculpo no haber sacado a Adrián de inicio, porque tampoco sacó a Tiago y a Reyes y le dio una oportunidad a Koke.
Por no haber no hubo los habituales sustos de la defensa con venta de portero incluida.
Si se consolida este juego, la lástima es pensar que el mejor pelotero de ayer sólo estará una temporada por la falta de previsión y/o planificación. Que el Atleti juege mejor que antes (tampoco es dificil ya que el listón estaba muy bajo) no puede hacernos olvidar que la gestión sigue siendo nefasta. Ayer, sin ir más lejos, el consejero delegado del cluzz (en realidad SAD) le pidió perdón a los todopoderosos presidentes de los actuales campeones de liga, copa y champions, por haber pedido que se cambiara la forma de hacer las cosas en la LFP para hacer una liga más competitiva y transparente y evitar bochornos como SAD quebradas fichando por millones de euros cuando no tienen dinero. Aunque no es santo de mi devoción, comprendo a Del Nido y opino lo mismo que él.
Un saludo
Otros tiempos, buenos tiempos, los mejores tiempos. Lo malo de todo esto, Don Emilio, es que ya no volverán. Por eso, nosotros que los hemos vivido, debemos de sentirnos tremendamente afortunados por haber vivido el fútbol tal y como es en realidad, y no la pantomina cinematográficaperfumada que se ha convertido en la actualidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dejando a un lado el discurso de abuelo cebolleta que hoy me ha salido (aunque de vez en cuando estas cosas gustan a gente como Don Tomi y a mí mismo que somos unos sentimentales). En lo puramente futbolístico me parece que el equipo anda conociéndose (incluso en lo físico, la mayoría sigue en pretemporada), pero parece confirmarse la impresión que ya habíamos sacado en anteriores encuentros: intención de tratar bien el balón, crecer desde el centro del campo, permutación de posiciones casi constante, etc...
ResponderEliminarIndependientemente de actuaciones personales que ya han sido hoy debidamente destacadas por los mass media (Diego, Arda, etc...), una de las cosas más destacables que pongo en el haber de Manzano es que parece que quiere dar su sitio a cada uno, no temblándole el pulso a la hora de rotar si es preciso (a pesar del riesgo que contraía si se hubiera producido un tropiezo). Me gustó que ayer contara con Koke y con Antonio López (a pesar de las dificultades de éste), me gusta que intente dosificar y hacer sentir importantes a todos. De momento no tengo más cuita abierta con él que la del tema Joel.
Dos cositas más:
-¿Del Nido? Por lo menos busca lo mejor para el interés de su equipo, cosa que ojalá pudiéramos decir de nuestros prebostes.
-¿Ningún Mac? Claro, es que en Europa somos más de PC, además con lo de Jacobs
Un abrazo
Me alegro de que hayamos coincidido en cuanto a cómo tratar la crónica del último partido.
ResponderEliminarAl fútbol actual le sobran posturitas y le falta épica y mucha leyenda como la de la eliminatoria que los mismos clubes del partido de ayer disputaron en abril del 74.
En fin, don Emilio, que el mundo no está hecho para nostálgicos como don Tomi, usted o yo. Pero para eso nos quedan las crónicas del Tomi, La Agonía del Media Punta y Forzaatleti. Disfrutémoslos.
Un abrazo nostálgico.
Amen, Don Julio.
ResponderEliminarFaltan y sobran demasiadas cosas. Para resumirlas recomiendo encarecidamente a la audiencia que rescate su artículo del Forzaatleti en el que hablaba de los inicios que todos tuvimos con una radio al lado escuchando los partidos de nuestros ídolos.
Me sacó usted una sonrisa de muy hondo acordándome del anuncio del Restaurante Atrapallada...(más Atrapallada que nunca) en voz de Héctor del Mar.
Un abrazo lleno de añoranza.
Después de tanto tiempo,
ResponderEliminar...sin versos
...sin estrofas
...sin rimas
ni tan siquiera sin prosa...
esta noche...,
llegó al Calderón la poesía.
(De FALCAO y DIEGO RIBAS)
Ya sabe Don Juan Román que aquí somos muy de verso (poetas fracasados nos podrán llamar algunos), por lo que me permitirá contestarle con unos ripios y con mi bienvenida hacia su participación (a la que le animo, su fidelidad me consta):
ResponderEliminarParece precipitado
echar a volar campanas,
hablemos en dos semanas
y ver si se ha mejorado.
Como en otras ocasiones
lo que se muestra importante
son las ganas y el talante,
son las buenas intenciones.
La ilusión arrinconada,
quiere buscar un lugar,
después de veranear
más de una temporada.
La ocasión aprovechemos,
con Falcao, Diego y Turán.
¡Que salga también Adrián!
Pero esperen...ya veremos.
Un saludo
Quiero preguntar, de forma oficial, que cuántos mediapuntas tenemos ahora, que si los podemos poner a todos a la vez y que igual hasta vuelve Juradito, que ya no le quieren en Alemaña.
ResponderEliminarCoincido contigo en tener buenas vibraciones en esta temporada, con Diego creo que podremos olvidarnos de otros Diegos que hicieron historia y ya son sólo eso. A Falcao aún le he visto algo desacoplado pero con visos de que en el futuro puede ser un gran goleador, y con Turan creo que podemos tener un juego en el centro del campo como hacía años que no teníamos. Además la portería parece que va a estar bien cubierta.
ResponderEliminarBuenos cuartetos, un saludo desde http://derojoyblanco.blogspot.com/
Después de consultar con el gabinete de comunicación del foro de observación para con el Mediapunta, debo decir que, de momento, y solo de momento, mi calificación hacia esos a los que usted se refiere sería de centrocampistas con llegada.
ResponderEliminarEso sí, al que cada vez veo con más síntomas es a Jozean...pero no le colguemos el sambenito todavía.
Las señales son esperanzadoras, pero en cuanto al tema de Falcao me preocupa la falta de relevo para él. Puede reventar...
ResponderEliminarUn saludo.
Miremos al banquillo de SAF y veamos quién no juega.
ResponderEliminarAhí hay un estupendo (y caro) reemplazo/complemento de Falcao.
Olvida usted un nimio detalle con respecto al búlgaro....
ResponderEliminar¿lo lleva Mendes?