Esperábamos
los atléticos con ilusión el partido de ayer noche y se notaba en el ambiente
que mucha gente, esa gente, nos miraba raro.
– ¿Cómo?
Querrá usted decir que esperaba con ansiedad y desazón el partido de la tarde,
¿no?
Mucha
gente, esa gente, no se explicaba cómo podía ser posible que algunos no se mostraran
concentrados ante semejante acontecimiento planetario e incluso universal y se
fijaban en nosotros con desconfianza para ver si dejábamos el mondadientes en
el cubilete tras haberlo utilizado para desalojar a ese trozo del magro de la paella
dominical que se había hecho fuerte entre en colmillo y el premolar. Mucha gente, esa gente, no acaba de entender que alguien viva el
fútbol más allá de Guatemala y Guatepeor, más allá de choques con hedor a
referéndum, más allá de tertulias monotemáticas, más allá de los partidos del
siglo que se celebran casi cada semana, más allá de estas dos Españas con forma
de rueda de molino con las quieren hacernos comulgar. Hay vida más allá de
estos partidos. Sí, solo son partidos, como cualesquiera otros. Por más que se
los vista de faralaes, de chulapa o tocados con barretina independentista. Tampoco
tienen nada de clásico, por más que se repita esa fórmula entre mucha gente,
esa gente. Clásico se le puede llamar a comprar churros antes de acostarse, a
que esa chica por la que bebes los vientos te diga que te ve como un gran amigo
o a un ciclo de cine protagonizado por Pajares y Esteso. Eso otro son partidos
como los demás. Tres puntos. Nada más. Por mucho que duela a tanta gente, esa
gente.
Rendía
visita al Calderón un Málaga que ha empezado la temporada bordeando la
brillantez. No se tenía demasiada esperanza en el equipo malacitano tras el
convulso verano vivido y aún así se ha rehecho. Algo tendrá que ver Pellegrini,
entrenador que debe saber lo que se hace a pesar de su pinta de mayordomo de
película de cine mudo. Contó Simeone para la ocasión con la defensa y los mediocentros
titulares, sacó a Emre para hacer de Koke y a Adrián para ver si hacía del
Adrián del año pasado. Comenzó el Atleti avasallador y andaba todavía gran parte
de la parroquia rebuscando en los bolsillos los tapones de refresco traídos de
casa para sustituir los que tan amablemente son incautados a la entrada del estadio por la empresa de
seguridad del Calderón cuando Falcao culminó con ese instinto tan suyo cuando
transita áreas rivales un centro de Emre lleno de mala idea.
– Laureano,
¡que nos ponemos líderes!
– Mujer, no
me empujes que no encuentro el maldito tapón y se me ha caído ya más de la
mitad de la bebida carbonatada y refrescante…
Seguía el
Atleti achuchando, que es gerundio, y no se tenían demasiadas noticias del
Málaga. Funcionaba la conexión turca a la hora de alimentar a los de arriba,
funcionaban los laterales llegando a la línea de fondo, funcionaban los
mediocentros (quién los ha visto y quién los ve) en la recuperación y la
distribución, funcionaba Falcao y funcionaba Adrián, lo que era una de las
mejores noticias de la noche. Llegado a este punto del encuentro, tan bien
funcionaba el Atleti y tan poco se había visto del rival que el señor Pérez
Lasa, digno miembro del autóctono colectivo arbitral, decidió atribuirse la potestad
de acabar con esa desigualdad en el juego a base de sacar de quicio a los
nuestros. Ya saben ustedes que los trencillas son muy de luchar contra las
desigualdades, de ir con el más débil y de pitar penaltis con desenvoltura en
las áreas de los rivales de los equipos de la zona baja de la tabla. Son
básicamente como la madre Teresa de Calcuta solo que un poco más repeinados y
cambiando el hábito blanco por camiseta entallada negra, gris codificada o rosa
mariposil. Continuaba el Atleti con el
asedio a pesar de la lucha contra el desfavorecido que abanderaba el colegiado y
uno de sus linieres, hasta que alrededor del minuto treinta de la primera parte
empezó el partido a aturullarse y el Málaga a dar señales de recuperación, lo
que llenó de orgullo y satisfacción a Pérez Lasa, sin duda pensando en merecidas
futuras candidaturas a premios de la cooperación y la concordia para su persona.
Fruto de esa mejora empató el Málaga en jugada que premiaba de manera excesiva
su desempeño y que dejaba dudas sobre si Godín y Courtois pudieran haber hecho
más.
Salió el
Atleti tras el descanso dispuesto a sobreponerse al empate y a la cruzada arbitral
por el fin de la injusticia balompédica. Seguían atacando los nuestros como en
la primera parte o quizás con un punto más de fe, con cierta sensación de morir
o matar. Apretaba el equipo, apretaba la grada y apretaba también mucho el
Cholo desde la banda. No es Simeone entrenador que guste de firmar armisticios
y esa condición ha empapado a los suyos. Entraron en el campo el Cebolla, para
ver si repetía Cebollazo o similar, y Raúl García. Llegaba el Atleti con cierta claridad y dos
veces sacó Monreal centros desde la izquierda con olor a liderato. Asediaban
los nuestros el área rival con pases de todas clases: desde la derecha, desde
la izquierda, cruzados, rasos, y a todos iba un Falcao que parecía haber caído
de pequeño en la marmita de la creencia en lo que se hace que Simeone reparte
entre los suyos antes de cada partido. Llegó al final el premio, frisando de
igual manera el descuento y la épica, esa épica que parece haber anidado
confortablemente en la Ribera del Manzanares. Seguro que hoy leen y escuchan
que el gol fue en propia puerta aunque el gol realmente fuera en gran parte de
Falcao y en gran parte de todos los que allí estuvieron con el mismo fin:
afición, banquillo y jugadores.
Han pasado
siete jornadas y por más que duela a mucha gente, esa gente, ahí están los de
rojo y blanco, en lo más alto de la clasificación. Nosotros sabemos que es
pronto para hablar de empresas mayores, pero sabemos que siempre que se llegó a
esas empresas, se hizo empezando de esta manera. Seis partidos ganados y uno
empatado ¡Ahí es nada! Los ha habido rellenos de buen juego y los ha habido con
más oficio que lírica. Los han jugado los teóricos titulares, los teóricos suplentes
y teóricas permutaciones de ambos conjuntos, siempre con resultado meritorio. Son
solo siete partidos, bueno, no, también ha habido un par de ellos en Europa y
una Supercopa de las buenas, que no es poco. Hoy, cuando vayan ustedes al trabajo, a la compra o a la cola del paro, tienen permiso más que justificado para sentir que son suficientes para que mucha gente, nuestra
gente, se permita el lujo de soñar.
Gracias por su nueva crónica. Lo del árbitro (por árbitro entiéndase trío arbitral) es bueno que se diga, que luego parece que hay una camapaña a favor de que el Atleti juegue la Champions por lo civil o lo criminal. Esos dos fueras de juego eran medio gol con Falcao por allí cerca.
ResponderEliminarAprovecho para invitarle humildemente a mi blog http://elpatodelmanzanares.blogspot.com.es con total desinterés.
Gracias a usted por su lectura. Lo más gracioso de eso de las campañas a favor del Atleti o de cualquier otro equipo lo suelen difundir los que orquestan y guionizan todas y cada una de las campañas que existen.
EliminarMe he pasado por su casa y me ha gustado mucho. Información completa, exhaustiva y con humor...Ya le he hecho un hueco en mis lecturas y en la lista de enlaces...
Un saludo
¡Que alegría, D. Emilio!. No tiene más que salir a la calle y vislumbrar caras de colíderes. Épica y comunión con la grada. No era dia para líricas, era día de testosterona, de puros huevos, que diría aquel. Y ha funcionado, en una jornada redonda. Estoy que no me lo creo, oiga.
ResponderEliminarDisfrutemos, pues, de este momento. Y que dure...
Buenos días.
PS. Gracias por matizar la crítica al árbitro y a UNO de los linieres. Del otro ya hablamos en su dia y ayer no estuvo mal. Todo lo contrario que sus compañeros de terna. Gracias a Dios por los grandes favores, ya se jubila. Tanta paz lleves como descanso dejas..
¡Que alegría, D. Emilio!. No tiene más que salir a la calle y vislumbrar caras de colíderes. Épica y comunión con la grada. No era dia para líricas, era día de testosterona, de puros huevos, que diría aquel. Y ha funcionado, en una jornada redonda. Estoy que no me lo creo, oiga.
ResponderEliminarDisfrutemos, pues, de este momento. Y que dure...
Buenos días.
PS. Gracias por matizar la crítica al árbitro y a UNO de los linieres. Del otro ya hablamos en su dia y ayer no estuvo mal. Todo lo contrario que sus compañeros de terna. Gracias a Dios por los grandes favores, ya se jubila. Tanta paz lleves como descanso dejas..
Le veo a usted doblemente emocionado, Don Carlos (o tal vez presa de un cierto tembleque de dedo totalmente justificado por la emoción de la ocasión, jeje..)
EliminarQue nos quiten lo bailao....
PS1: No había caído en lo del linier, la verdad. Lo mismo un día le doy cera de nuevo y espero que usted esté allí de nuevo para moderar mis impulsos
PS2: Dice Filipe que Cholo ha cambiado su vida....Y la nuestra oiga, y la nuestra...
¡Uy!, pues si que es sensible mi móvil nuevo. O que, con la novedad, uno descubre lo torpe que es... En cualquier caso, mis disculpas.
EliminarEl dia que usted de cera será porque yo también la estaré dando. La última vez se tiró una temporadita desaparecido. El miedo es libre jejeje.
Un saludo.
Los comentarios buenos, al igual que los desayunos reposados, son siempre bien recibidos aunque sean por repetido....
EliminarMuy buenas, Don Emilio.
ResponderEliminarHa definido perfectamente cómo nos sentimos hoy todos los Atléticos: ORGULLOSOS. Tremendamente orgullosos de nuestro equipo, de nuestro entrenador y hasta de nuestra afición ("Putas nosequé aparte").
Argumentos futbolísticos, hasta la fecha, hay de sobra para hacerlos, porque, como bien dice nuestro lema de este año: SOÑAMOS DESPIERTOS.
Un fuerte abrazo.
Sí, Don Tomi, orgullosos por lo que vemos y, lo que es más importante, reconociendo en el equipo ese estilo, esa impronta que siempre han tenido los de rojo y blanco y que la gerencia no sabe transmitir.
ResponderEliminarGod Save Cholo.....
Un abrazo enorme...