Artículo publicado en La Vida en Rojiblanco:
http://www.lavidaenrojiblanco.com/opinion/inconscientes/
Parece mentira. Andábamos tan tranquilos inmersos en la rutina y ya tenemos al equipo desmontado. Hecho unos zorros como quien dice. El Atleti se desintegra como un objeto sideral al entrar en contacto con la atmósfera mientras nosotros, que somos unos inconscientes, dedicamos la semana a cargar con nuestras diarias miserias. Menos mal que la industria del colorín en la que se ha convertido el periodismo deportivo cartesiano nos lo ha recordado. Gracias. No sé qué haríamos sin vosotros, queridos. Cada vez que el azaroso calendario decide juntar nuestro camino con el del equipo que con su avería en el fax propició una crisis profunda en la relación entre Edurne y su chico, ahí estáis, prestos a sacarnos del pozo de la ignorancia. Gracias de nuevo.
http://www.lavidaenrojiblanco.com/opinion/inconscientes/
Parece mentira. Andábamos tan tranquilos inmersos en la rutina y ya tenemos al equipo desmontado. Hecho unos zorros como quien dice. El Atleti se desintegra como un objeto sideral al entrar en contacto con la atmósfera mientras nosotros, que somos unos inconscientes, dedicamos la semana a cargar con nuestras diarias miserias. Menos mal que la industria del colorín en la que se ha convertido el periodismo deportivo cartesiano nos lo ha recordado. Gracias. No sé qué haríamos sin vosotros, queridos. Cada vez que el azaroso calendario decide juntar nuestro camino con el del equipo que con su avería en el fax propició una crisis profunda en la relación entre Edurne y su chico, ahí estáis, prestos a sacarnos del pozo de la ignorancia. Gracias de nuevo.
Sabíamos
que ahora venían curvas. Que volvía la Champions en medio de unas jornadas de
liga de horario traidor y rivales de renombre. Conocíamos de la dificultad de
la empresa pero no podíamos llegar a sospechar lo maltrechos que lo
afrontaríamos. Qué cabeza la nuestra. Simeone se nos marcha al Chelsea.
Griezmann vive sin vivir en sí porque quiere mudarse al norte de la capital. Lo
de Torres en los últimos partidos es una casualidad. La defensa ya no defiende
lo que defendía, defienden los defendedores de trabalenguas y, para colmo, fuentes
fidedignas aseguran que la resurrección capilar de Oblak no es tal, sino un
exceso de cardado. No nieguen que el suicidio no ha pasado por sus cabezas ante
este panorama ¿Sí? Normal, claro.
Visto lo
visto –y lo que te rondaré morena a lo largo de la semana que viene–, no sería
de extrañar que el Atleti se presentase a plantar cara en ese estadio que
parece una penitenciaría sin entrenador, sin utilleros y con solo cuatro o
cinco jugadores del primer equipo en disposición de saltar al campo. Por
supuesto, los pocos que pudieran comparecer lo harían sin ganas, solo animados
por el hecho de que en algún lance afortunado que protagonizaran les convirtiera
en objeto de deseo del rival. Todo el mundo sabe que todos los futbolistas,
técnicos y hasta mecánicos de lavadoras con exceso de cal, desde
bien pequeños lo que ambicionan es jugar en el equipo de la camiseta
descolorida. Como debe de ser.
Tal vez no nos
hayamos dado cuenta antes del avanzado estado de descomposición de nuestra escuadra
por esa milonga del partido a partido o por otro camelo parecido. Nosotros
siempre tan desenfocados, intentando colarnos en fiestas donde no somos bien
recibidos y no teniendo visión. Será por eso que somos incapaces de detectar la
campaña de acoso y derribo al que se ve sometido el constructor y ser superior
a tiempo parcial que rige los destinos del club Emirates. Lo que decía antes,
unos inconscientes.
En
cualquier caso, llegados a este último párrafo y habiendo dejado toda la ironía
y el sarcasmo de los anteriores aparcados en un paragüero de diseño, yo que
ellos no estaría confiado. Por más que vaticinen apocalipsis colchoneros, por
más que se llenen líneas anunciando el desguace de nuestro equipo, al césped
del próximo derby saltarán once hombres vestidos con camiseta rojiblanca. Sean
quien sean, yo que ellos, me andaría con cuidado. Por si acaso. El que avisa no es traidor.
Que época esta, D. Emilio, la que nos ha tocado vivir.
ResponderEliminarNada es lo que parece, todo es susceptible de ser puesto bajo el prisma de cualquier opinador del tres al cuarto. Forofos deportivos, políticos o, simplemente, funcionarios de un negocio que dejó para el arrastre la objetividad periodística.
Pero con ello convivimos. Y con ello también, los muchachos del Cholo siguen compitiendo. A pesar de los pesares, incluso desde dentro de nuestras filas.
Buenos días.
Quién iba a pensar hace unos años que el periodismo deportivo iba a ponerse a la altura del Sálvame de Luxe, Don Carlos, pero es lo que hay...
ResponderEliminarBuenos días