Reencontrarse
con viejos amigos produce una sensación difícilmente comparable a cualquier
otra. Una sonrisa, un abrazo. Las palabras sobran casi siempre. No es
necesario ponerse al día con las nimiedades que uno vierte cuando el azar hace
que te cruces con un conocido o un compañero de trabajo, por ponerles un
ejemplo. Las vivencias en común, las andanzas que contaremos a nuestros nietos
son las que permiten que uno se desnude de toda convención social. Así,
totalmente pelados, mostrando solo carne y corazón, uno empieza a comportarse de
manera natural, como si no hubieran pasado años desde la última vez. Muchas
veces basta una mirada para saberlo todo. Probablemente vuelva a pasar demasiado
tiempo hasta el próximo encuentro pero en esa futura ocasión ocurrirá lo mismo:
no hará falta manchar el momento con ninguna palabra que pueda sobrar.
No había sacado
todavía el Atleti de centro y ya era dueño del partido. No era necesario analizar
nada más, no hacía ninguna falta acordarse de las dudas que entre algunos
sembraron partidos anteriores. Los primeros compases sirvieron para abrazar en
silencio a nuestro viejo amigo, el que nunca falla y viste de rojo y blanco. Volvió el Atleti que recordamos, el de los goles que brotan de una voraz presión.
Volvió el equipo que no recula, que no teme. Sonreímos al volver a reconocer a Filipe, a
Koke, a Gabi e incluso a Griezmann, aunque estuviera fallón en los últimos
metros. Disfrutamos sin querer verbalizar los desmarques de Torres. Recuperamos
la certeza de que Godín es indestructible y constatamos de nuevo que nuestra tranquilidad
está íntimamente ligada a la presencia de Oblak bajo los palos. Si a todo lo
anterior le suman ustedes que Tiago y Carrasco mantuvieron el altísimo nivel de
pasados partidos, podrán imaginar de lo que les hablo. Hubo tiempo incluso de
acordarse menos silenciosamente pero de manera muy sentida de la señora madre
del colegiado, viejo enemigo con tradicional fijación por perjudicar a los nuestros.
Cualquier
conocido, especialmente si es de esos tan molestos con tendencia a moverse
entre cielo e infierno tres veces en el mismo día, buscará hoy motivos para la preocupación
en la cortedad del resultado o en la incertidumbre final de un partido que
debería haber fallecido por goleada. Háganse el favor y sáquenselos de encima
con las convenciones sociales usadas en casos parecidos. No permitan bajo
ningún concepto que nada ensombrezca el recuerdo de los noventa minutos vividos
ayer. Esos en los que nos volvimos a abrazar con nuestro viejo amigo el Atleti
sin pronunciar palabra alguna por si pudiera ensuciar el momento.
¡BRAVO!
ResponderEliminarSalvamos el partido con un muy buen juego, sorteando, de paso, el escollo que supuso toda la noche el señor colegiado. Lo del Atlético y las tarjetas es tremendo: las dos primeras de anoche son demenciales.
Un abrazo y muchas gracias.
A nadie que viera el partido le hubiera extrañado una goleada a nuestro favor, aunque el árbitro hiciera todo lo posible para que no se produjera.
EliminarLadran, pues cabalgamos....
Un abrazo
Poco que añadir Don Emilio, salvo mi adhesión a su gozo. Gozo que ha sido doble por aquello de… “semana feliz…”
ResponderEliminar¿Dice que Godín es indestructible? Es más que eso; fíjese que el canterano enemigo se tuvo que retirar porque el golpe le llegó de la cabeza a los pies y el nuestro con un papel de fumar en la frente a cabecear otra vez lo que haga falta. No es de extrañar que otra vez le estén buscando novias. Sobre todo inglesas.
Tiago parece que ha vendido su alma al diablo, cada día más joven. Y Carrasco ya hasta dicen que es guapo ¿le veremos en política?
Y el árbitro, ¡ay! el árbitro; qué dificil le resulta a este hombre evitar su parcialidad.
Ha sido un buen partido, por juego, por actitud y por aptitud en un momento muy oportuno después del leve tropiezo de Riazor, sabiendo la importancia de aprovechar la oportunidad de colocarse segundos sin perder la estela del Barcelona. Puede ser que esta temporada sea espléndida.
Saludos.
Fernandoté.
Una temporada de la mano de tipos que con un papel de fumar (me encanta su símil) olvidan cualquier tipo de dolor siempre será espléndida, sea cual sea el resultado final.
EliminarUn abrazo
Gran partido, D. Emilio, sin duda alguna.
ResponderEliminarSólo la cortedad del marcador podría poner algo de duda en un partido prácticamente redondo. Y es que nos falta gol, pero el Betis se pudo haber llevado un saco.
El equipo sigue en construcción, pero ya no se ven las vigas. Ahora ya empieza a parecer una construcción firme.
Buenas tardes.
Todo es parte del proceso, Don Carlos. No debería extrañarnos tampoco encontrarnos con algún que otro partido menos inspirado de aquí en adelante. Simeone sonríe, se muestra fuerte pese a los malintencionados dardos que le lanzan. No hay mayor garantía de que el éxito llegará que esa...
ResponderEliminarBuenos días...