Les ruego
me perdonen. Pido perdón por no haber perpetrado crónica alguna del derby del pasado
domingo. En mi descarga diré que no lo hice de manera consciente y premeditada, pero les pido
disculpas por ello igualmente. El motivo de tal absentismo por parte del que
suscribe viene a ocurrir porque uno, pidiendo perdón por delante, quería tomar
distancia con respecto al partido. Verlo con perspectiva, dejándolo enfriar como
si fuera la sopa castellana del restaurante de la esquina. Vayan mis disculpas
de antemano, sí, pero uno no querría verter la amargura que ciertas cosas
producen en el aficionado colchonero en ya demasiadas ocasiones y por eso ha dejado
transcurrir los días sin comentar nada. Solo viendo y escuchando. Asimilando lo
visto y mal digiriendo lo vivido. Por todo ello les pido perdón, claro.
Pasadas ya
un número de horas que éste que les habla considera suficientes, uno ha sacado
la conclusión tras intensas reflexiones de que no queda otra que pedir perdón.
Perdón por esto y por aquello. Mil perdones hay que pedir y quedarían cortos
seguramente. Hay que pedir perdón por pretender asomar la cabeza a zonas
nobles, a esas zonas vips diseñadas lujosamente para ser visitadas solo por
dos. Perdón por incomodar, por querer saltarse el guión establecido. Perdón por
no conformarnos, por soñar con los ojos abiertos. Perdón por querer vadear de
un brinco la distancia que los presupuestos ensanchan cada temporada. Perdón
por molestar y por no bajar la cabeza. Perdón por no sentir miedo. Perdón por rebelarse
ante el maltrato de los señores de negro mandados por la patronal del
esperpento balompédico patrio. Perdón por no asentir ante la injusticia y por
levantar la voz cuando el libreto impondría silencio. Perdón por ser humildes y
perdón por plantear las batallas partido a partido.
Perdón
también, cómo no, pide uno por lo que pasa sobre el césped. Perdón por no bajar
los brazos ante un gol tempranero. Perdón por apretar los dientes y los puños,
por marcar las venas del cuello con la tensión del momento. Perdón por tener a
un capitán con mayúsculas, un capitán que se comporta como un teniente coronel
de estado mayor. Perdón por caernos en el área contraria cuando se nos
zancadillea. Perdón por protestar airadamente cuando el juez con pinta de
monitor de gimnasio de barrio mira para otro lado. Perdón por no decaer. Perdón
por los caracoleos a la turca. Perdón por las diagonales que rasgan defensas
poco prietas y por los disparos duros a ras de suelo que iluminan las tardes
frescas preprimaverales. Perdón por querer más, por no conformarse. Perdón por
ir a los balones divididos como si fueran los últimos balones existentes en el
orbe. Perdón por no hacer más para que los que caen fulminados por un soplido
puedan optar a un premio de interpretación. Perdón por no admitir como normal que
un jugador con barba pelirroja, con la grima que da eso, se harte de medir las
tibias de los contrarios sin castigo alguno. Perdón por no ceder. Perdón por
achuchar y perdón, sobre todo, por creer que desde esa distancia se puede
marcar un gol si se golpea al balón mitad con el empeine y mitad con el alma. Perdón
por avivar debates internos sobre cancerberos que se tiran tarde y mal. Perdón
por todo eso, que no es poco.
Habría que
pedir perdón también por acorralar al rival, por subirse a los lomos del compromiso y la intensidad,
que no de la violencia, y merecer más. Perdón por ello. Perdón por llegar a los
límites de las fuerzas, por no tener banquillos llenos de jugadores que cobran
cantidades obscenas de dinero por comer pipas bien resguardaditos. Perdón porque un
segundo entrenador con trazas de campeón de los pesos crucero no admita la provocación
reiterada. Perdón por tener un médico tan liviano como para salir despedido varios
metros al ir a pararle. Perdón por todo, por no admitir lo inadmisible. Por no
cruzarse de brazos y hasta por tener un mediocentro melifluo que regala balones
al contrario que duelen como puñaladas. Perdón por asumir el empate como una
derrota no siendo ese el destino escrito en los órdenes del día. Perdón por la
ovación de una afición entregada a la causa. Perdón por las ruedas de prensa
modélicas y perdón por no querer contestar a los técnicos que buscan excusas
baratas. Perdón por no protagonizar tertulias nocturnas y por no gritar por
encima de las voces del otro. Perdón hincando las rodillas pedimos todos.
Perdón, en
suma, por ser como somos. Por no tragar, por preferir evitar inmortalizar la
comunión con ruedas de molino en un recordatorio del evento. Perdón por osar
siquiera a contestar al poder preestablecido. Perdón por estar tan cerca en la
tabla. Perdón por tener ganado el golaveraje y por salir victorioso en caso de
empate a puntos. Perdón por estar ahí a estas alturas. Perdón por colarnos en
la fiesta sin invitación pero por méritos propios. Perdón por lo orgullosos que
nos hacen sentir a todos estos jugadores y este técnico. Perdón por lo poco
orgullosos que nos sentimos de los indebidos ocupantes del palco. Perdón por los
porteros con acné juvenil, por los laterales profundos y por los centrales de
jerarquía. Perdón por los grandes capitanes, por las delicias turcas y por
Koke, que es muchísimo Koke. Perdón por los llegadores con gol y por los
guajes. Perdón porque el delantero más en forma de la competición haya querido
jugar con la selección de este cainita país. Perdón por mirar hacia delante y
por nunca bajar la cabeza. Perdón por seguir creyendo, por ser testigos
diariamente de este milagro. Perdón, nos arrepentimos por todo y valgan estas
líneas como compromiso de que se volverá a repetir siempre que se pueda. No podía ser de otra
manera. Mil perdones….
Ole
ResponderEliminarAsustado me tenía su silencio, D. Emilio; cada día acudía, mañana y tarde, a este su blog esperando ansiosamente sus certeros comentarios y en cada ocasión el desazón hacía mella en mi ánimo, frágil ya de por sí tras el -aunque esperado, no por ello menos frustrante- berrinche dominical.
ResponderEliminarOscuros pensamientos acudían a mí, pensando que tal silencio pudiera tener relación con la enésima vuelta de tuerca que el estamento arbitral tuvo a bien -o, mejor dicho, a mal- aplicar al gaznate de nuestro querido Atleti en su enfrentamiento con sus innombrables vecinos.
Me alegra comprobar que mis presagios eran sólo producto de la indigestión que me asola desde la media tarde del domingo, sin duda agravada por tener la insensatez de leer y escuchar durante estos días las opiniones de numerosos juntaletras deportivos que debieron ver otro partido diferente al que nosotros vimos.
En fin, que ha sido leerle y ya me siento mejor, por lo que queda sinceramente perdonado. Eso sí, no nos vuelva a repetir tenernos tantos días en ascuas, por el Cholo se lo pido...
Suyo desde hace innumerables crónicas.
El silencio se debía, perdones aparte claro, a la incapacidad de hacerme oír por encima de tantas voces que decían mamarrachadas, a veces en tono alto. Que si violencias, que si los límites de los reglamentos y lo barriobajeros que son esos de rojo y blanco que le han aguado la fiesta a los repeinados chicos del ser superior en su camino floreado hacia el título anunciado y casi pactado.
EliminarComprenda usted que uno no puede entrar a ponderar una jugada polémica de manera mínimamente juiciosa cuando le hubieran arrojado como defensa una mano en la barrera sobre la que se podría discutir largo y tendido.
De todas formas, la mejor enseñanza que va a sacar usted de semejante episodio es no pararse a escuchar a los voceros del régimen, amén de no fiarse, sin duda con buen criterio, de la formalidad de los blogueros de vía estrecha en cuanto a actualización de contenidos se refiere....
Buenas y ya casi primaverales tardes....
¿Messareggio? Me gusta....
ResponderEliminarMás me gustan a mí sus acertadas y reconfortantes crónicas, admirado D. Emilio.
EliminarGracias por su rápida y amable respuesta.
Le perdono, y con lágrimas en los ojos. Que uno también tiene derecha a sus momentos de emotividad. Saludos.
ResponderEliminarMire que le tengo dicho que no pique cebolla mientras lee estas tonterías....
EliminarUn abrazo
Muchas gracias Don Emilio por esas palabras y perdón por sentirme tan identificado con todos y cada uno de sus perdones....le pido perdón al régimen establecido incluso porque nuestro equipo tenga esos huevos...perdón por existir en definitiva...
ResponderEliminarGracias a ustedes por sus amables comentarios. Deberíamos pedir perdón cada minuto de nuestra vida recordando el momento en que este bendito veneno se nos metió bien dentro.
EliminarSaludos
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ResponderEliminarEstá claro que siempre hay un tonto más al que toca pedir perdón......Perdón y vayase usted a la mierda!!!
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EliminarPor aquí solemos tratarnos de usted, igual es mucho pedir.
Eliminar¿Ven ustedes porqué es tan necesario el pedir perdón? Llorones decía un fiel representante de los que ven conspiraciones y villaratos tras cada esquina...
ResponderEliminarNo y además utiliza términos muy propios de esa afición...pringao dice el tío...jejeje...se definen solos.
EliminarSaludos y Forza Atleti oigan.
Tienes un trol en el blog al que tienes que censurar !!!!! Felicidades, eso es un paso adelante brutal en la escala de los blogs...Joer, que envidía...TU PROPIO TROL!!!! Estoy orgulloso.
ResponderEliminarMe ha gustado la entrada. Me quedo con los de "melifluo", coño que hasta he ido al diccionario a mirarlo.
http://buscon.rae.es/drae/srv/search?val=meliflua
Don Emilio, sigue usted haciéndome sonreir con sonrisa de larga distancia, como el tiro de nuestro capi. Y gracias por hacer referencia a un chico, que con tan solo 17 añitos y un buen partido de liga con Sanchez Flores, usted y yo lo hicimos nuestro. ¿Recuerda? " Nuestro koke", ya vaticinamos lo que estaba por venir con tan enorme jugador.
ResponderEliminarY me sumo a su perdón, pero dándole las gracias.
Y bueno ahora ya sin ironía castellana............. tronco a ver cuando te lanzas a escribir un libro y sacas todo ese arte que llevas por montera.... jejejejjeje
un abrazaco!
Pedro.
Empecé a pensar en un libro hace tiempo. Demasiado tiempo. Incluso llegué a ponerle título y a describir a los personajes pero empiezo a pensar que no tendré tiempo para ciertas cosas hasta que no me jubile o hasta que ese traidor esquivo que es el sorteo de los Euromillones pose su mirada en servidor.
EliminarPerdonado y agradecido queda.
Un abrazo.
¡Ya está aquí el tan ansiado 4º capítulo de @UPP_LaSerie! Risas, aventuras, personajes nuevos y temazos!
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=Zi4zOkujBwk
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