Ha sido un
poco como volver al pueblo de tus mayores, al sitio donde veraneabas de pequeño
sin que tu memoria lo recordara nítidamente. Ha sido como ver ese
portalón que servía de portería y recordar a aquel amigo con las rodillas
cosidas de costras, medallas de pasados remates a gol. Ha sido como revivir el
saludo de la tía Octavia, besadora de repetición y poseedora de un frondoso
bigote heredado de su padre, al que todos llamaban El Lechuza por lo abiertos
que tenía los ojos cuando rondaba por el pueblo junto a su compañero de pareja
de la Benemérita. Ha sido como bañarse en el río y coger cangrejos con lustre
de bogavantes. Ha sido como cogerle cariño de nuevo a aquel pollo al que se le
bautizó con el castizo nombre de Manolo y reparar en su falta sin sospechar que Manolo acabara sus días como plato principal, todo rodeado de
arroz. Ha sido como decir adiós a los abuelos un domingo por la tarde y
dormirse nada más salir del término municipal para despertar de nuevo en la acostumbrada
cama de la capital. Ha sido eso. Ha sido cerrar el círculo.
Tras el
partido de Málaga, a uno le asaltan visiones de lo que sucedió hace poco más de
un año, justo el día en el que Cholo debutaba en el banquillo atlético. Ha sido
como ver de nuevo a un Simeone algo intranquilo sentado en el primer asiento
del autobús que llevó al equipo hasta La Rosaleda. Ha sido como intentar olvidar
la oscura secuela de la mediocridad que nuestros dirigentes nos volvieron a
brindar de la mano de Manzano. Ha sido como sentir de nuevo la expectación por
ver si la mano del nuevo técnico se notaba tan prematuramente. Ha sido como
volver a intentar detectar señales positivas donde probablemente no las
hubiera. Ha sido como volver a convencer a los camaradas de tertulia de que un
empate no es malo para empezar si lo comparamos con de dónde se venía, el
desastre con el Albacete. Ha sido eso. Ha sido cerrar el círculo.
A lo largo
de este año y pico, hemos visto cómo el Cholo pisa firme el suelo sabedor de
que su idea está instaurada y de que jugadores y afición matarían y morirían
por ella. Ha sido como asistir al alumbramiento de un equipo modelado a su
imagen y semejanza. Ha sido como identificarse una vez más con un grupo que
muerde, suda y se faja. Ha sido como revivir imágenes de unos colores a los que
hay que ganarles sin ponerlo fácil. Ha sido como reconocer a una escuadra de
ceño fruncido y de labios apretados. Ha sido como comprender que los nuestros
lucen elegantes con el smoking y no desentonan cuando de mancharse las manos se
trata. Ha sido como asumir que, a pesar de que probablemente falte aún más calidad
en el último pase que hace un año, la tropa es seria, fiable y se puede contar
con ella para cualquier escaramuza. Ha sido como volver a reconocer sabores de
un Atleti que creíamos perdido en la sima anónima de las sociedades deportivas y
recuperarlo un poco. Ha sido como revivir triunfos y volver a guardar historias
que se contarán dentro de un tiempo. Ha sido como volver a sentir orgullo muy dentro. Ha sido todo eso. Ha sido cerrar el
círculo.
Mi querido D. Emilio, se ha cerrado el círculo aquí, en esta santa casa donde son mas dados a probar la cuadatura del mismo...
ResponderEliminarHay futuro. Hay mimbres. Hay Cholo.
Quiera Dios que dure hasta el firmado 2017 y mas allá. Sería una inmejorable señal.
Buenas tardes.
Uno se desacostumbra a recibir buenas noticias siempre que estas no provengan del campo y, solo desde hace un año y algo, desde el banquillo. Parece que, dentro del desbarajuste general que reina en la zona noble, alguien ha sido capaz de pensar en algo que no sea esquilmar y llenarse los bolsillos...O tal vez no, tal vez hayan pensado que la figura de Cholo es capaz de tapar cualquier tropelía.
ResponderEliminarEn cualquier caso, buena noticia.
Buenos días..