¡Ay, el
verano! Con sus playas, con sus piscinas de agua sospechosamente caliente, con
sus faldas menguantes, con sus camisetas imperio, con sus avisos de nivel
naranja por altas temperaturas en el Valle del Guadalquivir, con sus señores
que calzan sandalias de diseño imposible, con sus reposiciones de series, con sus
vecinos indignados por la falta de medios aéreos para la extinción del incendio
que ellos mismos han provocado asando diecisiete kilos de panceta, con sus
bandas sonoras surgidas de aparatos de aire acondicionado, con sus jornadas
intensivas, con sus carabelas portuguesas y otras medusas del gremio picando
sin ton ni son, con sus siestas kilométricas, con sus sobremesas en el
Tourmalet, con sus noches locas, con sus medias pensiones, con sus apartamentos
a pie de playa situados en la provincia de Albacete, con sus sardinas en
espeto, con sus suelos de gres llenos de arena hurtada a las orillas, con sus
sandías puestas a refrescar, con sus salidas escalonadas, con sus regresos
interminables, con sus socorristas de buen ver, con sus indignados funcionarios
en pie de guerra, con sus filetes empanados al aroma de plástico de tupperware,
con sus factores de protección cincuenta, con sus digestiones de tres horas
antes de bañarse, con sus robos en domicilios, con sus pandillas de chavales
hablando debajo de la ventana hasta altas horas de la noche, con sus alquileres
por quincenas de minutos, con sus Rodríguez, con sus segundas residencias, con
sus abuelos esperando en gasolineras, con sus calores de varios tipos, con sus
Manolo no le des a la avispa con el trapo que se va a cabrear, con sus diez
euros por dos cervezas rozando la tibieza, con sus fiestas de pueblo, con sus
ciudades cada año menos desiertas, con sus cerrados por vacaciones, con sus
abiertos hasta que aguanten los cuerpos, en fin, con sus cosas….
¡Ay, el
verano! Con sus culebrones, con sus operaciones salidas que cuajan un día antes
de que se cierre el mercado, con sus canteranos de moda a los que se olvidará
en dos semanas, con sus excesos de mediocentros de contención, con sus sesiones
de trabajo dobles o triples, con sus ejercicios sin balón, con sus brasileños
que llegan tres días más tarde de lo debido, con sus antes de fichar hay que
vender, con sus todavía nadie se ha puesto en contacto con nosotros, con sus
representantes repeinados, con sus podemos aspirar a todo, con sus expertos en
el mercado de fichajes que algún día acertarán, con sus nuevas equipaciones,
con sus descartes que entrenan aparte, con sus cartas de libertades, con sus
tests de resistencia, con sus vine para crecer como futbolista, con sus
apuestas seguras, con sus demasiados extracomunitarios, con sus prioridades en
un enganche y en un delantero sustituto de garantías, con sus renovaciones de
la columna vertebral, con sus listas de espera para obtener un abono, con sus
amores y desamores, con sus nosotros habíamos aceptado la oferta por Jurado,
debe ser que prefieren a Diego, con sus señores de Wolfsburgo mosqueados, con
sus partidos contra la Segoviana, con sus Torres, apellido de garantías, con
sus he vuelto con algún kilo de más, con sus he vuelto como un tiro, con sus Cebollas
Rodríguez, con sus cuentas bancarias llenas de telarañas, con sus cesiones por
desgaste, con sus turcos a pares, con sus ganas de que esto empiece, con sus dirigentes hablando por
hablar, con sus entrenadores que llenan de esperanza, con sus mediapuntas sin
llegada, en fin, con sus cosas…
grande don emilio , se le echaba de menos
ResponderEliminar¡Cosa curiosa! Con decirle que incluso yo, a mí mismo, me echo bastante de más..
ResponderEliminarGracias
El verano tiene estas cosas, D. Emilio. Y eso que este año toca el "tranquilo". Ya verá usted el que viene, ya. Ya verá si se clasifican para la Champions...como es deficitaria. Y si no, para que contarle.
ResponderEliminar¡Pero que digo!, ¡si este año se acababa el mundo!.
No me haga mucho caso, D. Emilio. Son las cosas del verano...y sus cervezas.
Buenas noches.
Pues mire que creo yo que todavía el cruel destino nos deparará alguna sorpresa (de las negativas) antes de que se cierren los mercados...
ResponderEliminarSolo nos queda encomendarnos a San Cholo, muy milagroso él si consigue retener lo que debe...
Buenos días...
Sí, y además casi todos ellos acaban con un "Heitingazo" o "Juradazo".
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