martes, 22 de mayo de 2012

Nueves, medias tintas y mediapuntas


¿Alguno de ustedes es amante de la cerveza sin alcohol? ¿Hay alguien en la sala que probó el tofu y se planteó seriamente el sustituir en su alimentación las proteínas que aportan los productos del cerdo por ese pastiche facilitador del atragantamiento? ¿Se confiesa alguien amante del cine de autor? ¿Algún defensor de los encuentros íntimos virtuales? ¿Todavía existen seres humanos que prefieren a los mediapuntas por encima de los delanteros centros?

Si usted, sí, sí, usted, el de la camiseta remetida en el vaquero de pinzas, ha contestado afirmativamente a alguna de las anteriores preguntas o al menos ha dudado a la hora de posicionarse con respecto a ellas, le invitamos educadamente a abandonar el recinto, si es posible sin agolparse y sin cuchichear, que eso siempre queda muy feo. Mejor que salgan, sí, porque hoy no vamos a hablar de medias tintas. Vamos a hablar de cerveza negra helada, de torreznos crujientes. De películas plagadas de tiroteos y de manos que se posan en pantorrillas sin calcular demasiado las consecuencias. Vamos a hablar de delanteros centros. De nueves ¡Hala, salgan ya, que mira que les gusta hacerse de rogar!

Llevamos unos días sin quitarnos a los nueves de la cabeza. Primero fue por Falcao y su magistral lección en la final de la Europa League. Lección que está teniendo continuidad en la gira del vallenato que los nuestros están perpetrando en tierras colombianas ¡Vaya estado de forma que exhibe Radamel y qué catálogo de goles nos está dejando en la retina! Contrariamente a lo que pudiera ser normal, a uno le provoca inquietud tal panoplia de remates inverosímiles. Inquietud porque tras ver cómo las acrobacias del delantero cafetero perforan las metas contrarias, uno se imagina a esos que ustedes saben con el mazo en la mano, a punto de abrir la subasta pública para adjudicar el lote número uno, goleador resolutivo, al primero que quiera alzar una ceja. Radamel, quédate calladito debajo de la cama y lo mismo los clubes que no venden a sus señoras madres no reparan en tu goleadora presencia. ¡Qué cosas!, en este mundo balompédico lleno de personajes que caminan por la vida con el pecho hinchado sin motivo aparente, existe gente como nosotros que preferiría que ciertas actuaciones pasaran como de puntillas.

Siguiendo con la moda de los nueves, nos hemos pasado el fin de semana acordándonos de Torres mucho más de lo que normalmente nos acordamos de él, que es mucho. La posibilidad de verle levantar la copa cuyas orejas asemejan a las de un elefante de Botswana obligó a inventarse excusas más o menos creíbles para faltar a la comunión del mediano de la prima Fortunata:

– Fortu, cariño, mira que me duele no asistir al evento pero es que mi marido estaba la otra tarde imitando el giro de ojos de Marujita Díaz porque a las gemelas les hace mucha gracia y de repente le dio un aire que le ha dejado con los ojos como para fuera…Con decirte que ayer de camino al oculista una paloma se le posó en la cara con ánimo de incubarle los globos oculares…Una desgracia muy grande, lo que yo te diga…



Tras la enésima decepción con forma de alineación reservona, cobarde y aportuguesada, salió Torres cuando ya en Munich cantaban el triunfo de esa manera que tienen los alemanes de cantar como si estuvieran comiendo caramelos de café con leche de los que se agarran a la encía. Se le vio fino, participativo dentro de lo poco que se puede participar dentro de semejante propuesta táctica. Encaró y forzó el corner que enganchó al milagro inmerecido y siguió encarando en esa antesala de la zozobra que suele ser una prórroga. Ofreció en pocos minutos más que muchos de sus compañeros en varias eliminatorias y finalmente fue partícipe de una victoria sobre la que más tarde confesaría que le dejaba sabores agridulces por cómo había discurrido la temporada. Su año deja claro un par de aspectos: físicamente está en un estado óptimo, anímicamente, debe estar cansado de lidiar con los planteamientos miserables y con los compañeros de ego y pectoral hinchado. Aún así, no se acula en tablas buscando el derrote fácil y la declaración incendiaria. Si no le llegan balones, que no le llegan en la mayoría de los lances (revisen el concepto del pase que atesoran Sturridge y Malouda, por poner un ejemplo), se tira a una banda y se dedica a repartir asistencias con generosidad de afroamericano bajito criado a las afueras de Filadelfia, soslayando que él debiera ser más asistido que asistente, soslayando que es rubio y espigado, soslayando que él dice “Pesi” y no lleva cadenas de oro al cuello. Debe reflexionar seriamente Torres sobre su futuro, sobre la dirección deportiva que toma su actual club y sobre lo mal que se come en Inglaterra. Tras su irreprochable llamada para la Eurocopa, es necesario que aproveche los tiempos muertos que proliferan en las concentraciones para tomar una decisión que le evite vivir una temporada como la que se extingue.

Tan en boga se ha puesto el tema de los nueves, que hasta algunos hablan de trueques, de un ruso enamorado del colombiano y algo despechado con el de Fuenlabrada. Se comentan ofertas inexistentes y se llenan los sanedrines de señores de nariz afilada con lupa gorda en el ojo para tasar la mercancía ¿Quince millones más Torres por Falcao? ¿Nos quedamos a Courtois en propiedad? ¿Un bono anual para Parques Reunidos a cambio de ilimitados vales de lavandería donde Indy pueda lustrar su mugrienta capa-toalla? Ya saben ustedes, un nuevo sainete de esos que se estrenan en verano. Independientemente de que una posible vuelta de Torres hiciera escapar una lagrimita a más de uno, se antoja pronto para un regreso que por esperado no debiera ser precipitado y mucho menos devaluado. Se antoja también prontísimo para perder de vista al colombiano, al que hasta ahora se le ha visto a gusto, comprometido y feliz. Ya saben ustedes que la gerencia no entiende de nada de esto de lo que hablamos y nos trata como si fuéramos absolutamente gilipollas. Probablemente lo seamos. Por acomodarnos en esta constante transición. Por asumir las medias tintas. Por tragar con el pavo cocido en vez de exigir jamón ibérico. Por transigir con una tortilla hecha con huevos sin yema. Al oír la noticia de la fantasmagórica transacción, Nicolás, atlético de corta edad pero de larga entendedera preguntó sin malicia por qué no pueden jugar juntos Torres y Falcao en un equipo como el Atleti. Los más mayores le miramos con cara de: ¡qué mono, mira lo que dice!, pero sin darle más explicaciones porque ni nosotros mismos nos lo podemos explicar. Probablemente en agosto los bolsillos estarán repletos de comisiones y el campo repleto de mediapuntas ¡Haga el favor y póngame un descafeinado de sobre con sacarina, joven!

8 comentarios:

  1. Gran artículo. Difícil escribir tantas verdades juntas.

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  2. buenas Emilio, estaba interesado en forma una especie de coalición de aficionados al fútbol en general,que entiendan de la materia, para crear una web conjunta. Si te parece bien
    responde me a este mensaje y yo me pondré en contacto contigo vía twitter: eladiojap

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  3. Le agradezco su interés, pero uno ha sido siempre más de ir por libre. Ya ve, rarito que es el que suscribe.

    Saludos

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  4. Hola! Excelente blog. Te propongo un intercambio de enlace. Te dejo nuestra URL para que nos contactes si estás interesado. Un abrazo.

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  5. Genial artículo, Don Emilio, y, básicamente, de acuerdo en todo. Deleznable, por otro lado, la campaña promovida por el mandrilismo rancio indicando que TOrres se borró de la tanda de penaltis (cosa que es mentira, 8 jugadores del Chelsea estaban dispuestos a tirarlos, y él era uno de ellos), pero ya sabemos todos el precio que tiene el decir reiteradamente no a determinado equipo.

    Yo no quiero que se vaya Falcao ni de cachondeo, y, ¿La vuelta del Niño? Pues es un sueño, pero quizás, a veces, los sueños es mejor que no se cumplan, ya que igual luego te puedes llevar un desengaño final. Y, en el caso de Fernando, sería algo que no podría soportar.

    Un abrazote.

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  6. No crea Don Tomi (qué alegría tenerle por aquí de nuevo, sabe que se le echa muy de menos), que con la convocatoria de Torres termina la campaña de acoso y derribo. Su presencia allí garantiza alguien a quien echarle las culpas cuando el nacionalmadridismo tenga que excusar cualquier revés...

    Yo me sumo a lo de Nicolás, ¿por qué no los dos? (aunque no sea el momento) ¿por qué tenemos que asumir la miseria cuando nunca se ha hecho? ¿por qué siempre hay que elegir qué dedo cortarse? Nos gustan nuestras manos así, con todos los dedos y las uñas comidas.

    Abrazos

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  7. Si señor, un año cuasi redondo (achatado por los polos, pero ya se sabe, con esta indirigencia la felicidad no puede ser completa).
    Que "campeone" el Atleti y que "campeone" Torres, siendo, por desgracia, dos cosas distintas, se siguen sintiendo como iguales. Falta un -"Aqui estoy yo, no me he ido. Y como hay tanto bocazas, tomad todos un ¡Zas en toda la boca!, de este en la Euro.
    Por cierto y asi a vuelapluma...¿Habrá por fin un Atletico (de nómina digo, que de corazón ya lo se) en la selección?.

    En fin, que ya veremos. Seguiremos con atención los movimientos veraniegos, que estos nos la preparan en cuanto nos descuidemos...

    Buenas noches.

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  8. ¿Se imaginan otro gol de Fernando que fuera decisivo? No quiero pensar en otro gol que suponga un título, que repetir se antoja no difícil sino casi imposible, pero un gol en una prórroga de cuartos de final cuando ya nos vemos abocados a los penaltys...Ya veo los titulares de la Central: "Excelente asistencia de el hermano de René para que Torres marque de churro y con la canilla"

    Puestos a sustituir a Villa (y puestos a aportar talento, qué leches), debería ir Adrián, pero no confío en ello, la verdad. Serían demasiados guiños hacia otras mozas que no sean las de siempre...

    Buenos días...

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