– Pues tú dirás lo que quieras Aniceto, pero no veo yo que a los de la hermandad les haga mucha gracia que te pongas un capirote rojiblanco por mucho que esta Semana Santa el Atleti se la juegue –dijo sin apoyar la moción de su colchonero vástago la madre del penitente –. Y deja de visitar la nevera de noche con tanta asiduidad, que una cosa es no seguir el precepto de ayuno a pies juntillas y otra zamparse diecinueve torrijas de cada sentada. Mira, mira cómo te queda el hábito, ni al nostálgico Maniche le quedaba la camiseta tan prieta…
Se nos ha echado la Semana Santa encima así, como quien no quiere la cosa, y nos trae de la mano varias citas decisivas para los nuestros. La semana de salvaje pasión empieza mañana con el partido en Alemania. Se rinde visita al “Hanofa” con una renta corta pero esperanzadora gracias al postrer gol en el partido de ida de Salvio, ese jugador con postura corporal de costalero pluriempleado. No por obvio debe dejar de decirse que los equipos alemanes tienen siempre ese toque Merkel que machaca sin piedad debilidades tácticas y déficits de ayuntamientos y diputaciones provinciales por lo que habrá que aplicar oficio y sacrificio a partes iguales en tierras teutonas.
Casi sin hacer la digestión del potaje de vigilia, con sus espinacas, sus trocitos de bacalao y sus siestas colindantes, volveremos a poner la alarma el próximo domingo y retomar esa costumbre tan nuestra que son las “madrugás” para poder ver al equipo en liga. De nuevo saldremos en rutinaria procesión mañanera hacia los sofás con cheslón situados en las salitas de nuestros hogares con la intención de asistir a la escenificación del enésimo reenganche a esos magros objetivos que se nos venden recurrentemente durante cada temporada del mandato de nuestros ilustres gestores. Habrá que ganar en Valencia, algo de obligado cumplimiento mirando presupuestos e historia y de dureza apreciable viendo el desempeño de los veteranos granotas y la poca profundidad del banquillo de nuestro elenco.
Tras estas dos estaciones de penitencia, llegaremos a un partido de esos que antes levantaban pasiones y en los últimos años raramente levantan de los asientos a los colchoneros. Será el miércoles de la semana siguiente, será casi a deshoras para descanso de todos esos aficionados atléticos de ultramar que llevan abusando de la merienda-cena o del café durante varias jornadas. Pero ya les hablaré de ello más adelante, vivamos antes estos días. Disfrutemos de las ocho horas de nivel amarillo con paradas intermitentes a la altura de Tarancón en la A-3 y de los duelos sombrilla en mano por defender honores y sitios donde ubicar la toalla. Permitámonos no pensar en el por qué de esas ovaciones con saludos desde la terraza para ese camarero que nos ha cobrado veinticuatro euros por dos cañas y una de aceitunas gordal con su pepinillo violador. No pensemos en los bichitos que habrá en la cuadra restaurada con denominación de casa rural con encanto. Dejémonos llevar y vivamos con pasión esta semana. Con salvaje pasión, por supuesto…
Excelente blog. Si deseas un intercambio, contáctanos! Un abrazo!
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