Junio de 1987
El jovenzuelo de camisa profusamente estampada se introdujo en la cabina telefónica en la que el timbre sonaba insistentemente. Descolgó el aparato con curiosidad mientras sus ojos recorrían las pintadas que adornaban el recinto y percibió un olor acre, como de orines olvidados.
– ¿Diga?
– Hola Carlos. Soy tú. Tú mismo dentro de casi veinticinco años –respondió una voz excesivamente familiar.
– ¿Qué? ¿Cómo?
– Sí leche, que soy tú. A ver, escucha que no tengo todo el día y no quiero ni pensar a cuánto andará el minuto de llamada de móvil a fijo del pasado. No te agobies con los exámenes que te va a dar igual.
– ¿Seré abogado?
– No criatura, estarás en el paro, como casi todo el mundo. Tendrás dos carreras, hablarás con fluidez tres idiomas y entenderás varios dialectos regionalistas que te servirán para resolver crucigramas de una dificultad apreciable, pero de trabajo, nada. Además –continuó el Carlos futurista para intentar animar a su yo ochentero–, España ganará la Eurocopa entrenada por Luis Aragonés y el gol lo meterá un chico del Atleti que acaba de nacer como quien dice.
– ¿La Eurocopa del 88?
– No hijo, esa no. Bueno, ya te enterarás. Ahora lo más importante. Pasado mañana son las elecciones del Atleti. Ni tú ni el abuelo podéis votar a quien ibais a votar.
– ¿A Gil? Pero si va a traer a Futre…
– Hazme caso.Al principio parecerá que trabaja para el club, pero no trabaja para nadie que no sea él mismo. Y luego vendrá su hijo con un señor de peluca, las dos mayores calamidades de la historia colchonera. Votad a quien sea, a Cotorruelo o a Santos Campano, da igual, pero no votes a Gil. No habrá manera de echar ni a él ni a su familia en los próximos veinticinco años. Hay que cuidar a nuestro Atleti.
– Vale, vale. Se lo diré a papá –añadió el joven Carlos todavía extrañado pero secretamente convencido de lo que le decía su yo exterior.
– Así se hace. Pues nada te dejo…¡Ah!, otra cosa, ¿ves ese restaurante seminuevo que tienes enfrente?
– ¿McDonalds?
– Sí, pues vete al Burger King. Si entras dentro verás a Julia, otra que parece que de entrada te hará feliz pero que te quitará el coche, la casa de Atocha y no te permitirá ver a tus hijos más que un fin de semana al mes. Nada, nada, tú al Burger o a una casa de comidas caseras, que eres muy propenso al triglicérido alto.
– Ya… –dijo Carlos no entendiendo demasiado lo que él mismo se había dicho.
– Y no te eches tanta laca, leñe, que ahora tengo yo que sufrir con alopecia tus excesos por querer parecerte al cantante de los Cure.
– Muy bien. Oye….gracias –se despidió el Carlos tecnopop. Colgó el teléfono y salió de la cabina dispuesto a hablar con su padre y cambiar el voto en las elecciones del próximo día 26. Si preguntaba por qué, diría que había estado hablando consigo mismo. Ojalá muchos hubieran tenido esa oportunidad.
Buenos días D. Emilio.
ResponderEliminar¡Buenísimo! Y muy bien traido.
Que pase un buen día.
Gracias Don Alberto.
ResponderEliminar¡Ay!, si alguien nos hubiera llamado del futuro a usted o a mi para hablarnos de los perjuicios de la laca y las gominas....no luciríamos nuestra actual claridad capilar..
Un saludo (que lo pase bueno usted también)
Muy lucido el texto (como acostumbra el bloguero, por otra parte). Pero vamos, más que a no votar al del jacuzzi Carlos tenía que haberle aconsejado que se pasara por la comisaría de policía más próxima a ir rellenando las denuncias por sus futuras tropelías, porque le podía llevar tiempo.
ResponderEliminarPudiera ser Don Ricardo, pero, ¿cómo se explica a un mozalbete ochentero que la justicia del futuro se convertirá en un cachondeo tal que no habrá castigo para apropiadores, cooperadores y tertulianos deportivos y del corazón?
ResponderEliminarCasi mejor dejar a la criatura en su inocencia de democracia en prácticas, que si llega a saber esas cosas y lo de las calificaciones de las deudas, se nos mete a anacoreta.
Que pena que ese Carlos de la historia no hubiese sido el famoso terrorista internacional... ese si que hubiera sabido tratar la situación como era necesario. Ya se que estoy un poco agresivo hoy pero ya lo dice el dicho: A grandes males, grandes remedios.
ResponderEliminarGrande historia querido amigo y perdón por participar poco, mis obligaciones, ya sabe
Fuerte abrazo
Si no me constara que es usted ganadero de renombre y tronío, le hubiera puesto falta no cabe duda.
ResponderEliminarEn sus circunstancias, su paso por aquí deja aroma de chuletón del bueno, lo que no es poco.
Abrazos varios
No dejas de sorprenderme. Muy grande. ¿de dónde sale tanta imaginación? Supongo que del mismo sitio por el que alguien es del Atleti, jejeje.
ResponderEliminarPerdona que me devele pero soy madridista. No quiere decir que no me comparezca con vosotros. Ahh, soy fiel creyente de dos artistas Guti y El Niño.
Don Marcos, déjeme una dirección de correo y hablamos sobre el tema de intercambiar enlaces.
ResponderEliminarDon Luismi, a pesar de lo suyo, no puedo dejar de decir que yo también me considero un creyente de Fernando Torres (del otro que usted menciona me declaro agnóstico tirando a ateo confeso, la verdad)
ResponderEliminarUn saludo
Grande,grande,D.Emilio.Me ha encantado.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Se agradece, Don Charly, pero no por ello crea que voy a pasar por alto su absentismo reciente. De hecho, se está planteando seriamente la figura del liberado sindical agónico, para el que se postulan con fuerza y dedicación usted y Don Fran.
ResponderEliminarUn abrazo y no se haga usted tan caro de ver...
Ya,ya.Si tiene ud. razón,pero es que lo siento,no puedo con lo de este equipo?
ResponderEliminarCreáme si le digo que sigo sin perderme ni una de sus entregas,pero lo de comentar lo llevo fatal.Esta mezcla de impotencia,tristeza y mala leche que me produce las últimas apariciones de los nuestros me llevan a callarme por no encontrar nada más que añadir a lo ya apuntado por todos uds.
Y de caro nada,yo con un corto y unas aceitunas ya voy apañao.
Un fiel saludo.
Hombre, si lo pone usted así, no me queda otra que animarle diciendo que en silencio solo se deberían llevar cosas como las hemorroides o tener un hijo admirador de la Rata de Madeira, para el resto de problemas, es casi mejor someterse a la catarsis programada que por aquí solemos sufrir.
ResponderEliminarPues tengo un bidón de Gazpachas que mejoran cualquier caldo que le ponga usted al lado, oiga.
Abrazos desde el control de presencia de RRHH agónicos...
Por cierto, ¿nadie va a comentar la impactante noticia de la posible libertad de Gutihaz?, ¿otro mediapunta que vuelve con las orejas gachas?, ¿bajo nivel en las discotecas de Estambul?, ¿libertad bajo fianza y con cargos?
ResponderEliminarNo duermo desde ayer...
Jajajaja, muy bueno, don Emilio.
ResponderEliminar¿Lo del 14?
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