Artículo publicado en CTXT:
http://ctxt.es/es/20160615/Deportes/6810/Del-Bosque-Eurocopa-Francia-2016-dejacion-inaccion.htm
Ninguna otra sentencia podría resumir mejor cómo gobierna en funciones Del Bosque el vestuario de la selección: “No soy el indicado para decidir quién tira los penaltis”. No hay más preguntas, señoría, no vaya a ser que las conteste otro. El que haya asumido el mando ante tamaña dejación de funciones, por ejemplo.
http://ctxt.es/es/20160615/Deportes/6810/Del-Bosque-Eurocopa-Francia-2016-dejacion-inaccion.htm
Ninguna otra sentencia podría resumir mejor cómo gobierna en funciones Del Bosque el vestuario de la selección: “No soy el indicado para decidir quién tira los penaltis”. No hay más preguntas, señoría, no vaya a ser que las conteste otro. El que haya asumido el mando ante tamaña dejación de funciones, por ejemplo.
Más allá
del fallo de una pena máxima que pedía a gritos una vaselina de lo adelantado
que estaba el meta rival, subyace una sensación conocida: la autogestión por
dejadez o inacción. Pareciera que, una vez superada la molestia de tener que
justificar la convocatoria, el Sr. Marqués alcanza la velocidad de crucero y
activa el seleccionador automático. Las diferentes características de los
rivales no aconsejan cambios en la alineación, las sustituciones se hacen de
rogar y ni tan siquiera declaraciones incendiarias brotando del vestuario hacen
que en las ruedas de prensa el técnico tape el cartel de “No Molestar” con el
que comparece.
Lo más
curioso es constatar cómo la prensa del régimen se ha acomodado también a la circunstancia.
A Luís, a Clemente o al rosario de la aurora les hubieran apedreado por menos. El
síndrome de Estocolmo de combinados nacionales llega a tal punto que se ensalza
hasta niveles de parodia supuestas demostraciones de poderío y mando en plaza de
Vicente, como la de sentar a Casillas y taparlo con una mantita por si
refresca. Llegan a echarse de menos otros tiempos más canallas. Hay ciertas
competiciones que se viven más intensamente navaja en mano.
Ojalá dentro
de un par de semanas los resultados nos obliguen a tragarnos nuestros cenizos análisis
y veamos a Del Bosque, tras ser manteado, analizando vía plasma la victoria bañado
en champán del bueno. Nunca se sabe pese a que el camino se antoje mucho más
complicado tras lo de ayer. Tal vez solo haya que rogar por no tener que
jugarnos cualquier clasificación a los penaltis. No lo digo por los nervios, que
también, sino por no tener que descubrir que no hay quien carajo decida sobre
estas cosas en La Roja.
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