Mis héroes fallan
penaltis, pero no por ello dejan de ser mis héroes. Mis héroes se acercan
destrozados a pedir perdón cuando nunca exigieron agradecimiento. Mis héroes no
poseen superpoderes, sino una infinita capacidad de sufrimiento. Mis héroes
conocen las sombras oscuras de la derrota y, aun así, vuelven a intentar llevar
la luz a esos rincones. Mis héroes lloran sobre un césped regado previamente
con su sudor y con su esfuerzo y tú, roto por dentro, sacas fuerzas de donde no
crees que las haya para hacerles saber que hoy y siempre estarás a su lado. Mis
héroes son humanos. Mortales. Terrenales y divinos a la vez. No hay héroes como
los míos.
Mis héroes
son de Fuenlabrada, de Leganés o del barrio de Vallecas. Mis héroes son también
de Crevillente y hasta hay alguno que decidió nacer más lejos, tal vez en
Uruguay. Mis héroes son héroes más allá de un lanzamiento con más o menos
fortuna, de unos primeros minutos en los que la tensión les superó o de no
haber liquidado al rival cuando más tocado estaba. Mis héroes alimentan las
vitrinas de valores más que de títulos. Mis héroes no se retuercen en el suelo haciendo
creer que les falta la respiración tras un balonazo en el brazo. Mis héroes prefieren enseñar las cicatrices antes que los abdominales. Así son mis héroes.
Mis héroes
se dejan la vida, la voz y la cartera en un viaje hacia un sueño. Mis héroes no
se achantan ante diecinueve horas de carretera. Mis héroes lloran en una
esquina de un bar o en la soledad imponente de sus casas. Mis héroes no son
capaces de dormir y la dan vueltas una y otra vez a ciertos lances, creyendo
que se puede cambiar lo inamovible con el poder de los deseos. Mis héroes tienen
un vacío en el estómago difícil de describir. Mis héroes, pese a todo, se
reponen y vuelven a lucir la camiseta rojiblanca al día siguiente, más
orgullosos que nunca. Mis héroes salen a tomar el aperitivo, bajan al parque
con los niños o se reúnen con la familia y los demás les miran con admiración.
Mis héroes sangran a borbotones por una herida que tardará en curar, pero
siguen viviendo. Mis héroes son ustedes.
Mis héroes
visten de negro riguroso. Mis héroes nos han dado todo. Nos hicieron creer. Mis
héroes resucitaron muertos que pedían un entierro digno y los hicieron campeones.
Mis héroes parecen tocados, nunca hundidos. Mis héroes nos han enseñado que si
se cree y se trabaja, se puede. Mis héroes conjugan el verbo fracasar desde la
autoexigencia y en caliente. Mis héroes deben saber que no habría mayor derrota
que su ausencia. Mis héroes no nos dejarían huérfanos y perdidos en medio de
una tempestad. Mis héroes se han ganado el derecho de tomarse el tiempo que
quieran para pensar. Mis héroes deben restañar las heridas y volver a tener fe.
Mis héroes son de otra pasta. Tener a mis héroes al lado es una inmensa
fortuna.
Mis héroes
caen y se levantan inmediatamente. Mis héroes volverán. Mis héroes deben saber
que lo importante es el camino y no la meta. Mis héroes no son los más guapos
aunque lo sean. Mis héroes eran gruñones, tenían las patillas demasiado anchas
y no tenían en cuenta las modas a la hora de cambiar la montura de unas gafas a
través de las cuales miraba la vida en rojiblanco. Mis héroes tenían bigote y
se sumaban al ataque sin ánimo de hacer prisioneros. Mis héroes cayeron en
Bruselas, en Lisboa y en Milán pero no los cambiaría por nada del mundo. Creo
firmemente en que no elegí a mis héroes, fueron mis héroes los que me eligieron
a mí. Mis héroes visten una camiseta a rayas rojas y blancas. Más allá de
cualquier resultado, de las victorias más dulces y las más amargas derrotas que
pudieran darse, mis héroes son del Atleti.
Enormes, como siempre, a la altura de la camiseta que llevan. Orgullo rojiblanco.
ResponderEliminarGracias gracias gracias ... forza atleti
ResponderEliminarGracias gracias gracias ... forza atleti
ResponderEliminarMi padre me dijo ayer, bastante abatido el pobre, que si en lugar de hacerme del Atleti, me hubiera llevado a otro estadio cuando era pequeño, me hubiera ahorrado muchos disgustos y ahora tendría 11 copas de Europa.
ResponderEliminarPero yo le respondí que hubiera dado igual, que yo nací del Atleti y me hubiera cambiado de equipo, y que moriré del Atleti porque eso no se elige, va en el carácter.
Y mis hijos el sábado por la noche lloraban desconsolados, y llamaban tramposos a los que siempre lo han sido, y decían que no era justo. Y yo me ví reflejado en ellos cuando era pequeño, y viví la liga de García Traid, la recopa de Lyon o la copa de Zaragoza contra la Real Sociedad.
Pero nunca dejaremos de creer, lo emocionante, lo difícil, lo especial, es ser del Atleti, lo fácil es lo otro, pero no hay comparación
Tengo un hijo que cumple un año. Soy atletico hasta la medula. Pienso mucho en lo mismo que te ha dicho tu padre. Será más feliz mi hijo si le hago del Madrid? Tus hijos llorando y el recordar como también yo lloré con el robo al atleti fase García Trias me remueven todo. No sé. Quizás como tú dices si él ha nacido del Atleti lo llegue a ser sin que yo haga nada. Quizá. No sé que hacer.
EliminarNo será más feliz. Estamos en el lado bueno de la vida. Aquí todo es más difícil, pero es mucho más especial.
EliminarMi hijo, como yo y como lo fue mi padre, su abuelo que en paz descanse, estoy seguro de que nacimos así. Como siempre hemos dicho del Madrid se hace, pero del Atleti se nace. Estoy seguro de que tu hijo, anónimo, será lo que tenga que ser, pero como dice Don Emilio, estamos en el lado bueno de la vida. Difícil lado, cierto. Mi hijo no pudo cenar durante el partido y no pudo cenar al final. Lo pasa muy mal en esos momentos, pero nunca me ha reprochado, sino todo lo contrario, el ser del Atleti, porque sabe que en realidad yo tengo poco que ver, que nació asi: rebelde. Yo estaba cabreado con la injusticia que supuso, pero él estaba machacado anímicamente. Y lo entiendo. Es muy joven aún, 17 años, y ha conocido más la cara de las victorias que la de las derrotas. Los que vivimos una Champions malograda en el último minuto por un alemán de nombre impronunciable o el descenso a segunda tras un doblete estamos curtidos en estas batallas, pero aunque me duele que estos chavales lo sufran así, sé que ser del atleti te hace más fuerte contra las puñaladas de la vida y serán siempre más felices. Porque siempre soñamos más fuerte.
EliminarA usted Don Emilio, qué decirle, que también es usted mi héroe como lo es cada aficionado de este bendito equipo.
Emilio. Sus cronistas no saben como tapar las manchas que tienen los logros. El Atleti y gente como tú nos hacen creer.
ResponderEliminarGracias a todos por sus amables comentarios. Caemos y volveremos a levantarnos. Forza Atleti...
ResponderEliminarMi héroe ....eres tú y todo aquel que logra desatascar el nudo en que me he convertido para no sufrir....creí, creo y creeré....bendita inocencia de los que creen...presas fáciles en las manos de expertos en artimañas pagadas con dinero, acciones o simplemente asientos en un palco...lloré antes....no lo hice después...hasta que tú, excelso escritor, Cabronito filósofo me has vuelto a mi vida de atlético insumiso y protestón GRACIAS
ResponderEliminarSiga usted con la insumisión. Cada días es más necesaria. Imprescindible incluso. Gracias de nuevo
ResponderEliminarPrecioso! El sábado viendo las lágrimas de mis hijos me sentí más orgullosa de ser del Atleti. Creo q aunque suene a tópico, de las derrotas luchadas se aprende y la vida es así. Por eso nuestras victorias valen infinitamente más. Volveremos y ganaremos! Aúpa Atletiii!!
ResponderEliminarTengo 46 años, el sábado mi hijo lloró por primera vez con una derrota de nuestro atleti. Pero el sábado también lloramos, gritamos, reímos con el gol del empate.
ResponderEliminarEl sábado no sólo lloramos, el sábado también él se dió cuenta que nunca dejará de creer.
Los niños son mucho más listos de lo que pensamos y sí, efectivamente aprenden más de cualquier derrota que de infinidad de victorias. Ellos no son conscientes todavía de nuestras guerras, pero ganarán las del futuro.
ResponderEliminarGracias de nuevo a todos por comentar.
Un abrazo
Precioso. Me ha emocionado. Ha descrito usted a la perfección un sentimiento que compartimos todos los atléticos y que por lo visto también solo lo entendemos nosotros. Solo se puede ser feliz conociendo lo bueno y lo malo de las cosas y sabiendo estar a las duras y a las maduras, no como los otros, que al mínimo fallo o desliz de los suyos les sacan los ojos y luego preguntan. Eso sí, tienen 11 copas regaladas muchas de ellas a mi modo de ver, pero es una gesta de campeones. Volveremos y ganaremos. Forza Atleti Siempre!!
ResponderEliminarEn este mundo de hoy en día, escandalosamente manejado por unos pocos (UEFA incluida) le llaman gesta a cualquier cosa.
EliminarGracias
Fantástico artículo, gracias de corazón. Mi hija nació el año del doblete, así que lo lleva en los genes y el sábado con lágrimas en los ojos me dijo : Gracias papá por ser y hacerme del atleti. Así que estoy convencido que lo nuestro no es elegible, esto nos viene de serie cuando nacemos
ResponderEliminarLos del Aleti tenemos héroes simples, humildes, nos conformamos con personas de verdad, cercanas, que sueltan lágrimas contra la adversidad, que saben pedir perdón a sus iguales.
ResponderEliminarNosotros no necesitamos vitrinas llenas de trofeos, (aunque nunca vienen mal, que coño) pero con unas pequeñas victorias de vez en cuando nos conformamos.
Aupa Aleti.
Los héroes humildes son capaces de las mayores proezas. Esos son los míos, los nuestros.
ResponderEliminarEl sábado me hundí, como todos supongo, pero hoy... hoy ya es otro día. Aupa atleti, no sólo el equipo, no, sino toda su gente.
ResponderEliminarMuy emotivo. Y elevando la moral. Como no podía ser de otra forma en usted.
ResponderEliminarEstos héroes, han ganado una liga a dos de los tres “mejores equipos del mundo”; la han luchado esta temporada, hasta un último tropiezo en Valencia; han jugado dos finales de Champions en tres años eliminando, ésta última, a tres campeones de las mejores competiciones europeas y el sábado no se proclamaron campeones porque la diosa fortuna se equivocó de bando. Algún día se valorará, desde fuera, lo que han conseguido. Quien nos iba a decir hace cuatro años, con un equipo aburrido, que iban a llegar a tanto.
Orgulloso de nuestros jugadores…; paseando los colores…; no lo puedes entender…; te quiero…; ole, ole, ole…; Luis Aragonés…
¡Y los hijos de todos ustedes son héroes excepcionales!
Saludos.
Fernandoté.
Fíjense que creo que ser del Atleti ahora, pese a todo, es más fácil. A los pequeños me refiero. Ellos han visto a un Atleti campeón que a nosotros nos contaron salvo excepciones como la copa del 85, con Hugo Sánchez, ese goleador que se ha convertido en una señora, en la rampa de salida.
ResponderEliminarLos atléticos de ahora no moran en la escandalosa minoría que nosotros vivimos en el colegio y han visitado Neptuno de manera más o menos regular. Ellos son héroes que han tenido la suerte de encontrarse con el inicio del reinado de Simeone, y vivirán muchos años de su legado. Nosotros fuimos también héroes, más solitarios, casi malditos, pero héroes.
Gracias a todos otra vez.
Nos quedamos muy cerca de nuevo, pero …. Caída muy grande; pero no pasa nada, nos limpiamos el polvo y para arriba. Muchas gracias por el temporadón a nuestro Equipo. Al año que viene más y mejor (si cabe). Y, por supuesto, muchas gracias a usted, don Emilio.
ResponderEliminar¡FORZA ATLETI SIEMPRE!
Siempre, Don Paul. Gracias a usted, por ser uno de los héroes. Todos lo somos por saber levantarnos.
EliminarUn abrazo