– ¿Pero de
verdad te interesa también el partido entre Andorra La Vella y la Antigua
República Yugoslava de Macedonia?
Estamos en
modo Eurocopa, queridos todos. Es hora de administrarse sobredosis de fútbol
para llenar las reservas de balompié como si fueran jorobas de camella, que los
veranos se hacen largos sin un control orientado que llevarse a la boca.
Hablemos de la Eurocopa y dejemos al Atleti de momento aparcado. Eso sí, sin
dejar de vigilarlo como a un coche en doble fila, que el Atleti, o más bien los
que con mano extendida hacia las comisiones dirigen su rumbo, tienen que estar
siempre bajo supervisión, que luego pasa lo que pasa.
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Perplejos
nos quedamos ante las caras de comprensión que se ven cuando esa modelo que se
embolsa doscientos euros por zancada declara traumatizada que de pequeña se
sentía un patito feo:
– Me
llamaban jirafa y, claro, lo pasé muy mal. También tenía bastante complejo por
mi pecho. Yo era muy plana, como Castellón, y me metía de relleno en los
sostenes deportivos kilo y cuarto de manzanas reinetas cada vez que salía de
casa… –dicen las afectadas por tal drama desde una habitación de hotel con
vistas al Duomo de Milán mientras miran con hastío un desayuno ecológico y altamente
proteico apenas mordisqueado.
– ¡Qué asco
de vida, Astrid! ¡Sujetadores deportivos! Con lo malo que es sudar…¡Es de
pobres o de gordos! –añade su compañera Alexandra calculando cuidadosamente el
movimiento de su blanca dentadura para volver enseguida a morderse el interior
de los carrillos y afilar más si cabe sus lobunas facciones.
Lo dicho, perplejos
de que la modelo diga que cuando es realmente feliz es cuando se pone unos
vaqueros y una camiseta de publicidad de Desguaces Silverio deshilachada, de lo
duras que son las jornadas de pasarela y lo que sufre el pelo con tanto tirón y
tanto tinte sin amoniaco. Perplejos ante la capacidad que tienen para buscar un
hueco en sus apretadas agendas para poder pasar tiempo de calidad con sus
parejas, sea en Londres, Los Ángeles o Almendralejo. Les diría más, uno oye
tantas mamarrachadas que ya no es que esté perplejo, es que directamente se le instala
la perplejidad en el bajo vientre…
Se nos ha
ido más de la mitad de la Eurocopa casi sin darnos cuenta y nos ha dejado
cositas, como siempre pasa con estos eventos globalizados. Nos deja a una
Grecia superviviente, a una Alemania eficiente, a una admirable afición
irlandesa y a una reprobable hinchada rusa. Queda el poso de una Holanda
irreconocible por mala, de una Italia irreconocible por su gusto en el trato
del cuero y unas Francia e Inglaterra indefinidas. Queda también una selección
de Portugal llena de jugadores que no desentonarían como cobradores de
atracción de coches de choque y queda España…
– ¿Y qué
pasa con España?
– No se me
impacienten, que ahora vamos con ello.
España
tiene una selección guapa. Si ustedes la ven venir andando por la misma acera
seguro que posarían su mirada en ella con profesional deformación de radiólogo.
Pocos combinados pueden sacar tanta belleza al campo, tanto talento junto. No
siempre fue así, no crean. Antes, la selección iba por la vida convencida de
que era fea. Salía a los campos encorvada y con un flequillo que pretendía
tapar carencias y acnés en la frente. Aparecía llena de centrales y de
complejos, de supuesta furia y de proverbial mala suerte. Esta selección un día
se convenció de que era guapa. No resultona, no, guapa a rabiar, y lo hizo
gracias a un señor de zapatos, patillas y sabidurías enormes. Se creyó lo de
guapa a base de bien porque lo era y pasó a pisar las pasarelas de verde césped
con altivez de triunfadora. Eso sí, aquel señor que convirtió a la feucha eterna
adolescente en mujer de bandera, el de los zapatones, fue prácticamente
licenciado sin honor de su cargo de descubridor de beldades por tener la culpa
del calentamiento global, de la creación del virus de la gripe A y,
principalmente, por jubilar merecidamente a un exjugador que duerme en
atmósferas ricas en ozono.
Tras la
salida de tan maquiavélica mente como ocupante del banquillo patrio, tomó las
riendas de la carrera de la bella escuadra un hombre tranquilo, amigo de no
levantar la voz ni de crearse enemigos. Continuó el nuevo ocupante la labor de
aquel innombrable precursor sin toquetear en exceso lo que funcionaba y fruto
de ello se consiguieron cimas impensables poco tiempo atrás. Llegaron los
títulos a las vitrinas y a los blasones, el país se echó a la calle y fuimos
testigos de cómo el nuevo técnico transmutaba el rojo de su sangre en azul
nobiliario. A medida que se sucedían homenajes, ágapes y entregas de nabos de
oro, el recién estrenado marqués empezó a prestar atención a deslenguados
consejeros que pedían prebendas mientras repartían adulaciones. Comenzó el noble
de nuevo cuño a meter mano en el guiso siempre desde la equidistancia a dos reinos
futbolísticos: que el uno juega sin delantero centro, pues yo también; que el
otro pone a ese que era lateral ahora de central, pues no seré yo menos aunque
se me quede el lateral descubierto; que no me decido entre qué mediocentro poner,
pues pongo a los dos aunque quede redundante…
La
consecuencia de estas intrigas palaciegas es que la selección,
indiscutiblemente guapa la miremos desde el perfil que la miremos, parece
querer convertirse en fea. Da la sensación de que se muestra aburrida ante la
profundidad y la intensidad. Pareciera que cree que es una ordinariez el fútbol
vertical y vertiginoso y se enclaustra en el barroco tardío del toque por el
toque. Tres partidos, tres, nos hemos echado al coleto. Dos de ellos impregnados
por ese aroma a fútbol eufemístico y repetitivo por momentos, un juego que
adolece de ganas de saltar a la yugular del contrario, no vaya alguien a pensar
que eso es de gordos o de pobres. El otro partido fue de otra manera,
probablemente por el menor nivel del rival, pero los tres dejan desazón en la
tropa ¿Bastará la calidad individual para vencer en ulteriores lides? ¿Habrá
una escuadra en la que después de llevar a cinco delanteros, incluyendo a Mata
y Pedro, éstos jueguen menos minutos? ¿Se descubrirá, tras arduas
investigaciones, que la presencia de Torres en el equipo dispara la prima y
hasta la sobrina de riesgo? ¿Hasta cuándo se puede despreciar la banda derecha?
Alarmante
cuando menos esa pretensión de afear lo bello. Esa intención de llevar al
paroxismo el juego combinativo. Todos queremos lo mejor para el equipo, pero si
en el camino hacia lo mejor se puede hacer gala de esa guapura que se atesora
mejor que mejor. Pretender pensar que cuando más guapa está esta selección es
cuando se calza unas zapatillas llenas de agujeros suena peligroso. Un día de
estos alguien se dará cuenta de que ese dedo del pie que asoma tiene un uñero y
lo señalará cebándose. Será tarde entonces para poner mohines y arrojar caídas de
ojos que desarman.
Que ganas de leer, amigo!!! Como le he echado de menos.
ResponderEliminarA mi me parece que esto es como la burbuja inmobiliaria, todos sabemos que hay un problema, pero como se siguen vendiendo pisos, y cada vez mas caros, vamos a seguir hasta donde podamos, y cuando estalle la burbuja... quizas ya sea demasiado tarde.
Ayer algunos sufrieron, otros se exaltaron, los de mas allá se pusieron chuchos... pero seguro que lo que hicimos todos fue aburrirnos como una ostra, porque el partido fue un tostón de tomo y lomo.
Por encima de que el cagón este nos plante a todo vikingo o ex-vikingo que pase por ahí, ha traicionado el estilo, aquello que de verdad nos hacía presumir delante de cualquier extranjero que se nos pusiera por delante: "Es que España juega muy bien al fútbol", cosa que ya no podemos decir, lamentablemente.
Pero como todavía ganamos, pues a aguantar. Hace cuatro años ganamos todos los partidos por aplastamiento del rival, con un solo medio-centro (Senna), dos delanteros (Villa y Torres), y con un Sergio Gramos que parecía Garrincha.
Que jueguen en esta selección Arbeloa, Xabi Alonso Y Navas, y no lo hagan Juanfran, Cazorla y Mata solo lo entiende este noble que ha sido el único en ganar una copa de Europa con el trampas con 5 defensas, pero claro, como ganaba...
Perdón por el desahogo, pero es que la indignación me rebosa
Fuerte abrazo
He estado perdido en las procelosas aguas de las formaciones a deshora y se ha resentido el proceso creativo-tontuno...
ResponderEliminarLo de ayer bordeó el surrealismo. Hasta ahora "solo" teníamos como puntos de fricción un doble pivote (a mí me sobra Busquets, por cierto, no Alonso, pese a esa renovada capacidad para medir tibias rivales) cuya peor derivada es el alejamiento de Xavi de la zona de inicio del juego, un lateral de equipo medianito de segunda B que sube destalentadamente y se convierte en foco de la presión de los rivales por su excelencia con el balón y la insensatez de prescindir de un delantero cuando se lleva a tres arietes de gira pretendiendo inventar la rueda del falso nueve.
A partir del Biscotto interruptus de ayer, tenemos un cambio que pasará a los anales de la grandeza táctica aplicada: ¡Navas por Torres con 0-0 y a un gol de la eliminación! Sacar un hombre de banda para que no remate nadie...
Esto lo hace Clemente y le quitan la nacionalidad y le confinan en la Isla de Perejil hasta que apostate de sus ideas. En cambio hoy, los periódicos glosan las bondades del Marqués a casi toda página. Estremecedor y alarmante a partes iguales...
Abrazos variados...
Buenos días D. Emilio.
ResponderEliminarComo D. Hopper, yo también le echaba de menos. Es una alegría volver a leerle.
Yo, además de aburrirme, acabé indignándome con el comportamiento del Sr. Marqués, que parece haber transmutado de humilde a soberbio por mor de su título nobiliario y tanto homenaje (nabo de oro incluido, ¿sería con segundas?).
La propuesta de toque infinito que instauró el Barsa, funciona si en el equipo tienes a un tal Leo Messi, pero sin él, como se ha comprobado en dos partidos, no sirve de nada, aparte de ser un tostonazo de juego. Cuando hemos tenido enfrente a un equipo bien dispuesto (tanto Italia como Croacia), han aparecido todas nuestras vergüenzas. La tontería del falso 9 funciona en el Barsa porque juega con 2 delanteros bien abiertos (Villa, hasta su lesión, Alexis Sánchez, Pedro, Tello o Cuenca) haciendo huecos para la llegada de la segunda línea (de 4, con un solo mediocentro defensivo, y 3 con libertad para crear) pero no con 6 centrocampistas (3 de ellos mediocentros) intenado entrar por el centro de la defensa y hasta dentro de la portería (el gol de Navas de ayer es un claro ejemplo). La poca llegada en esos dos partidos se produjo cuando había 1 delantero (no un 9). El partido de solteros contra casados no tuvo mucha historia.
Ayer hubo un momento en que incluso llegué a pensar en que nos volvíamos a casa antes de los cuartos. Los croatas apretaban (aun siendo del Mandril, vaya paradas que hizo Casillas) y el Marqués inmutable, le valía el 0-0, aunque significara acabar segundos del grupo (un equipo que defiende el título y es el campeón del mundo en vigor, inexplicable).
Y, hablando de jugadores, me está decepcionando Iniesta (aunque me echen a los leones), porque me parece que está execesivamente ofuscado en hacer su jugada personal. Evidentemente es una opinión personal, pero aquí la dejo para que me aticen.
Otro día hablaremos del gobierno... Upps! Perdonen el lapsus TIPYCOLL-iano, me refiero al club de nuestros amores y sus fiebres veraniegas.
Que tengan un buen día.
El placer es mutuo, por supuesto.
ResponderEliminarTengo que reconocer que me aburre la selección en casi igual medida que me aburre el Trampes cuando el partido se muestra ante un rival pertrechado atrás porque el guión es de una previsibilidad exasperante.
Estoy de acuerdo en que ese modus operandi sólo se sostiene en base a la genialidad de Messi, que no es solo desequilibrante, sino que tiene gol, algo que no tienen en demasía los actores patrios que debieran hacer de él en la escuadra del señor Marqués (soberbio por no ser discutido, despótico por tener súbditos, no cronistas).
Muy significativa fue la arrancada de ayer de Torres contra el mundo para finalizar la jugada aún sin ángulo, desesperado por la no llegada de balones.
¡Qué sería de este equipo si hubiera continuado el de Hortaleza al frente!
Sean moderadamente buenos...
Qué gusto de artículo D. Emilio, con el Atleti por delante también gusta ver la Selección de vez en cuando.
ResponderEliminarAyer viendo el partido comentábamos en la Peña (Atlética, por supuesto) el nulo planteamiento de Del Bosque, ¿a qué quiere realmente jugar?... pero sabíamos que con la suerte que le persigue todavía le saldría bien el experimento y sería Navas el autor del gol (Nostradamus dixit).
La gestión de la plantilla es más que deficiente, los cambios no tuvieron sentido, pero lo de cambiar a Xavi por Negredo en el minuto 90 con 1-0 rozó lo dantesco... que baje el Marqués y lo explique.
No me gusta la corte de palmeros que atacan cualquier crítica a la selección tildándola de traidora, antiespañola y antimadridista, por ende.
Uno no sabe si el Señor Inda y compañía se han hecho con el poder de lo que un día creó el Zapatones, metiendo con calzador a la prole vikinga... da pena pensarlo y da pena escuchar a tertulianos y narradores, pues se pierde la esencia del deporte con tal proteccionismo innecesario.
Espero que tenga a bien dedicar unos minutos, si le apetece claro, a ojear mi crónica del partido; con menos sarcasmo y creatividad literaria por desgracia que las suyas: http://enclavedefutbol.blogspot.com.es/2012/06/1-0-y-casillas-de-portero.html
Un placer siempre leerle D. Emilio.
Un saludo cordial.
La verdad es que todos los cambios debieran ser estudiados en escuelas de entrenadores con ánimo de deconstruir equipos.
ResponderEliminarLa pleitesía que muestra la corte de pluma poco afilada y la falta de crítica, como en cualquier faceta de la vida, provoca apoltronamiento y sensación de estar por encima del bien y del mal. Y ahí anda instalado el único noble que utiliza más el chándal que el fajín de ceremonia...
Me paso ahora mismo por su blog....
Saludos
Cierto es que los ataques de entrenador pueden salir bien 1, 2 o hasta 3 veces... pero al final los falsos nueves y pamplinas acaban por estallar en la cara por ir contranatura.
ResponderEliminarMuchas gracias por su visita, un honor.
Un saludo
Le diría más, cosas como los falsos nueves o los falsos extremos acaban desenmascarando a los falsos entrenadores.
ResponderEliminarUn placer...
Saludos
Bienvuelto D. Emilio. Nos tenía usted ávidos de tontunas, que la temporada estival se va a hacer larga. Y es que diseccionar jugadas en un Polonia-Grecia de turno no es lo mismo, oiga. No le digo nada si tenemos que analizar la carrera de los 100 metros lisos de los próximos juegos olímpicos...10 segundos no van a dar para mucho.
ResponderEliminarPara la próxima los Cebolla, Cata y Emre...¿¿Diego??. Ojiplático estoy.
Y España...¡Ay, España!. Ya me lo dijeron hace tiempo.- Una de las dos Españas ha de helarte el corazón.- Y si, me lo ha helado el señor marqués. Insisto en mis corrillos futboleros que España puede ser campeona a pesar de DB10 1/4. Y lo hará en la medida que los jugadores autogestionen el grupo. Por eso me preocupa un tanto la actitud de un Iniesta mas cercano al "o musleiro" de Funchal que el tímido muchacho de Fuentealbilla que ha maravillado todos estos años. Ni que decir tiene que los ávidos lectores de los diarios deportivos me tachan de atlético intransigente (cierto, leen esos diarios pero nadie les niega cierta agudeza de entendederas, aunque pueda parecer lo contrario...).
El trato al 9, no voy ni a comentarlo por obvio. El asco que me produce, (el trato, claro).
Y por último no, me olvido de lo finos y agudos que estuvimos usted y yo en el twitter el otro día. Nos gustaron los primeros partidos de Rusia, Ucrania y Suecia. Las tres fuera. Que ojo tenemos. Como para ganarnos la vida de ojeadores. O de futurólogos...
Un saludo y feliz verano.
Debo decir en mi descargo que cuando me refería a la buena pinta de Rusia, Ucrania y Suecia me refería al alto nivel de las aficionadas (principalmente) de las susodichas selecciones...(o lo que más comúnmente podríamos definir como una revisión ventajista por parte del que suscribe del típico "Donde dije digo, digo Diego", muy utilizado entre analistas deportivos, consejeros delegados de asintótica nariz y ministros de economía en busca de salvavidas).
ResponderEliminarIncide usted, al igual que Don Alberto, en el tema Iniesta, no sé a mi no me ha dado esa sensación, pero sí me ha parecido que muchas veces se desespera ante tanto toque inútil y previsible e intenta desbordar aún estando en desventaja.
Lo de Diego suena a sonda veraniega...Muchos kilos de sueldo y de traspaso deberían menguar para que volviera...
Al hilo de este último comentario de don Emilio,y respecto al alto nivel de las aficionadas, hay algo que me acongoja cada vez que veo a España: el paupérrimo nivel estético de nuestra hinchada. Somos patéticos. Parecemos una cuadrilla de gañanes a punto de echar la cabra por la torre de la iglesia. Con esos tricornios, esos toritos, esas monteras, esas macrogafas ridículas. Ayer sacaron unas griegas que quitaban el sentido. No hablemos de las de cualquier país de Europa central u oriental. Pero es que los representantes del bando masculino de esos mismos países no dan la grima que dan los de aquí. ¿Dónde demonios están las españolas guapas? Porque yo salgo a la calle y los ojos no me paran, y el pensamiento, para qué contar.
ResponderEliminarEn fin, que no sé cuándo nos vamos a quitar el pelo de la dehesa. No sé cuándo vamos a dejar el síndrome Manolo el del Bombo.